Esta semana la elegancia fue a parar a la basura. Es de conocimiento público que el tema de los residuos en los comercios de la Ciudad los tiene en vilo a todos, pero no por eso es necesario perder la compostura. Durante un encuentro realizado la semana pasada un dirigente sectorial “se sacó” y bastante encolerizado decía a quienes lo escuchaban: ¿por qué yo tengo que bancar toda esa porquería en mi local hasta que se les cante el jopo venir a retirarla? La otra vez dijeron que venían y nunca aparecieron. Voy a tener que empezar a tirar perfume porque no se aguanta más”. Basura cero, problemas muchos…

Durante una jornada de capacitación para agentes de viajes se habló mucho de las diferentes opciones en materia de programas y precios. Sin embargo, en un momento la conversación se tornó complicada: “Sabrán ustedes que hay problemas con las transferencias y el valor del dólar. Pero siempre que llovió paró”. Algunas miradas incómodas se cruzaron, puesto que uno de los presentes era un reconocido detractor de ese tipo de comentarios. Por poco la tormenta se armaba ahí nomás! 

La falta de conocimiento del mercado puede ser contraproducedente. Lo bueno es que el actor principal de este “error” lo reconoció a viva voz y prometió no volver a equivocarse. Es que el jueves a la noche se jugaba el segundo Boca-River de la semana y muchos de los invitados se excusaron de concurrir al evento, organizado en una tabaquería, bajo los pretextos más insólitos, hasta que uno de ellos confesó que tenía entradas para la cancha y por eso no iba a estar presente. Por esta vez el turismo perdió por goleada!

Hablando con el gerente de una operadora sobre el recambio generacional y los nuevos empleados éste dijo tajante: “Lo único que noto es que no sirven para nada. Llegan tarde, no saben qué hace la empresa, no te preguntan nada, y lo primero que quieren saber es cuánto pagan. Una vergüenza, me parece que no vamos a incorporar a nadie”. “Préstame un sentimiento”, será el hit de los rechazados por la operadora.