La desaceleración económica no llegó solamente a los paquetes de Semana Santa, la caída del consumo se siente también en el sector de los tiempos compartidos. De acuerdo a un informe publicado por el sitio web Infobae.com, la caída en las ventas de esos productos alcanza el 20 por ciento y los empresarios auguran pérdidas de hasta 10 millones de pesos.
Las compañías que venden de manera financiada estas opciones turísticas arrastran una caída del 30 por ciento desde 2008, producto de la escasez de crédito o lo caros que éstos resultan al momento de evaluar los intereses de las entidades financieras. Si bien la conceptualización del turismo se ha modificado en los últimos años, sigue siendo considerado un consumo de lujo y, junto a los restaurantes, son los primeros en ser recortados a la hora de las crisis como las que atraviesa actualmente el mundo. Aunque las empresas a la hora de vender se defienden porque la adquisición de un tiempo compartido se ha transformado en un seguro de vacaciones que involucra un menor desembolso al momento del viaje.
Según la Cámara de Tiempo Compartido el cliente de tiempo compartido gasta hasta un 25% más que el que se aloja en un hotel. Sucede que en ese caso el usuario ya tiene cubierto el pago del alojamiento, por ende cuenta con mayor cantidad de dinero en el bolsillo.

Idas y vueltas
Sin embargo, la Cámara de Tiempo Compartido aseguró que la ocupación durante el 2008 creció un ocho por ciento con respecto al año anterior. Así, a lo largo de 2008, 350.000 personas utilizaron sus tiempos compartidos en distintos meses.
En la actualidad, los destinos donde los tiempos compartidos son más exitosos se ubican en el sur de nuestro país: Bariloche, San Martín de los Andes y Villa La Angostura. Aunque los de la costa atlántica también concentran preferencias, como los de Mar del Plata y Cariló.
En ese sentido, los empresarios apostarán durante 2009 a la diversificación de destinos como Iguazú, Salta, Córdoba y Mendoza.
Además, las ventas apuntan, al igual que sucede en los paquetes turísticos tradicionales, a fortalecer el mercado regional. A falta de turistas europeos o estadounidenses que visiten, por ejemplo nuestra nieve durante el invierno, los indicadores señalan a Brasil como el gran cliente al cual apuntar los cañones en el 2009. Si bien la devaluación del real nos quita competitividad, será la gran vedett