Entrevista a Alfredo Cornejo
Cuál es su visión sobre la actividad turística en Mendoza?
En principio, lo veo como una industria. Mendoza tiene mucho para ofrecerle al mundo, pero estamos lejos de los principales mercados consumidores del turismo.
Creo que lo que impactó muy favorablemente en estos últimos años fue el nuevo aeropuerto, reabierto en 2016 tras la refacción y ampliación del mismo. Hoy en día tenemos más de 200 vuelos semanales y una conectividad internacional que asombra, como el vuelo directo de Copa Airlines a Panamá, por ejemplo. Los de LATAM y Avianca a Lima también son muy importantes. Los viajes a Brasil de San Pablo y Río de Janeiro con GOL, la mayor frecuencia de vuelos con Santiago de Chile, otro hub importante... todo eso generó un aumento del turismo, y sin dudas, no se puede desconocer que la devaluación de nuestra moneda ha abaratado los costos para el turista extranjero. Tenemos una oferta gastronómica y de vinos, con la cepa emblemática del Malbec, que permite que Mendoza sea un lugar apetecible para visitar. Es cierto que teníamos una capacidad instalada que no la estábamos cubriendo en su totalidad, con más de 35.000 camas. En temporada baja, que han sido los veranos, hemos tenido buenos resultados, ya que el último ha sido uno de los mejores en muchas décadas. Es una gran ventaja, porque el turismo, para tener tarifas razonables, debe tener un volumen y una demanda estable, que siempre nos costó en la provincia.
¿Porqué cree que le ha costado tanto a la provincia tener una demanda estable?
Por falta de la conectividad aérea. Llegar a nuestra provincia era más dificultoso con el aeropuerto anterior, ya que había quedado muy desactualizado. Hoy es un poco más fácil. Teníamos pocos vuelos, prácticamente llegaban a Mendoza sólo desde Buenos Aires o Santiago (Chile). Ha costado mantenerlo en el tiempo. Sabemos que los veranos sufrimos de altas temperaturas y tenemos un calor muy seco. Hay muchos lugares más agradables para pasar el verano que la ciudad, lo reconozco. Pero así y todo hay muchas actividades que se pueden realizar como el rafting, trekking en las montañas, enogastronomía, donde el clima no impacta tanto.
Se ha dicho que la mayor conectividad aérea de las provincias con el exterior permite que más argentinos salgan del país y no que vengan más extranjeros. ¿Está de acuerdo con eso?
No, y no es lo que se está viviendo en Mendoza ya que hemos aumentado el turismo receptivo. Si comparamos el 2017 con el 2018, creció un 16% y uno de los mercados que más creció fue el de Brasil. La composicion del vuelo de GOL tiene un 80%-20% (más brasileros entrando que argentinos saliendo).
Esa conectividad los coloca a ustedes en el mapa de Brasil, ya que la nieve para el brasilero era casi exclusivamente Bariloche, ¿no?
Sin dudas, pero la nieve es un factor secundario, porque el protagonista fundamental es el turismo enogastronómico, con una combinación entre conocer bodegas y comer bien. Es lo más valorado por el turista brasilero, y muestra mucho interés en el consumo, porque tiene un nivel adquisitivo alto, con un gasto promedio de 150 dólares diarios, toma servicios privados de excursiones, se aloja en hoteles 4 y 5 estrellas, y consume en bodegas o buenos restaurantes de la ciudad.
También valoran mucho la vida nocturna en la ciudad con una oferta lúdica y cultural muy grande.
¿Cómo impactaría en las expectivas de la provincia que Avianca deje de operar la ruta Mendoza-Lima?
Impactaría mucho porque venía bien. Estaba funcionando porque no solamente tenía clientes turísticos, sino que también había muchos viajeros por negocios -sobre todo de la industria vitivinícola-, que estaba usando la ruta. Además se estaba generando un flujo muy interesante de peruanos, un mercado que se empezaba a distinguir entre los otros presentes. Desde que comenzó la ruta el año pasado, realizamos tres viajes de familiarización, todos muy buenos y exitosos con buenos resultados. De todas formas, para nosotros Avianca sigue siendo un aliado estratégico porque sigue volando en la región y llega a mercados que nosotros trabajamos. Perú es un mercado emisor, pero además es un hub super importante. Si bien Mendoza no se quedaría sin conexión a Lima- porque aún queda LATAM-, sería lamentable la pérdida de esta ruta.
¿Cómo influye todo esto políticamente?
El turismo, afortunadamente, genera mucho empleo en donde tiene un impacto directo, en la parte gastronómica, en la hotelería, y demás. La pérdida de empleo público la recuperamos con empleo privado del turismo, básicamente. El petróleo también ha crecido, aunque reconozco que otros sectores decrecieron, lamentablemente. Creo que estamos en deuda como Estado. Tenemos que mejorar nuestras capacidades para prestar servicios turísticos. Hay que reconvertir mucho más el sistema educativo. Casi todas las carreras se han montado en base a teorías, pero no a prácticas concretas. Una Licenciatura en Turismo es muy interesante, pero quizás necesitamos más Chefs, más camareros, más conserjes, o más ayudantes de cocina. Los empresarios no se construyen en la universidad, prácticamente. Faltan mandos “medios”, digamos. Otro punto fundamental es el aprendizaje del inglés. Es un idioma súper importante, al igual que el portugués, debido a la visita de turistas brasileños. Necesitamos mejorar eso y el Estado va más atrás en ese sentido. Las propias restricciones no han asumido estas situaciones como algo prioritario para la reconversión productiva. Tener mucho más turismo requiere más empleo, pero un empleo calificado para ese servicio y la calificación en ese sentido es clave en cuanto al idioma para poder atenderlos correctamente. Deberíamos tener sin dudas una mejor fluidez en los idiomas en el sistema público. También hacer hincapié en lo que refiere a taxis, remises, aplicaciones de movilidad urbana como Uber, Cabify...
Estando en la Feria Internacional de Turismo de Madrid pudimos ver que Uber y Cabify generaron un clima de hostilidad como pocas veces se ha visto, sin embargo, en Mendoza los aprobaron como prestadores de servicios. ¿Cómo hicieron?
Los regulamos con anterioridad a su llegada. Esa es una gran ventaja. Tuvimos un proceso anterior, y nos sirvió muchísimo. En San Rafael por ejemplo les generamos una App, “Tango Taxi”, que la están usando muy bien, y por un año no entra Uber ni Cabify hasta tanto se afiance esta aplicación. En la práctica, hoy están funcionando bien y pueden convivir con los taxis. Es positivo que no haya conflictos. Es lenta la inscripción de autos de Uber y Cabify, porque, en principio, los requisitos indican que deben ser autos nuevos. Hay que invertir, no queda otra. Los primeros que empezaron a pasarse son particulares, pero también taxistas que no eran propietarios, y que fueron analizando el “negocio”. Es interesante ese punto.
Ustedes tienen uno de los eventos más característicos del mundo, comparable con muchos que tienen más difusión (caso del Carnaval de Venecia, o el de Oruro), que es la Fiesta de la Vendimia. ¿Cómo se puede conseguir más reconocimiento mundial?
A pesar de que no está masificado como producto turístico, y teniendo en cuenta que afuera mucho no se conoce, creo que Mendoza ha hecho sus esfuerzos todo el tiempo, durante muchísimos gobiernos, con distintos signos políticos. Han venido embajadores, empresarios y todos quedaron fascinados. Lo hemos difundido, pero no es tan masivo como los carnavales que vos mencionaste. Sin embargo, no tiene nada para envidiarles. La Vía Blanca del viernes a la noche y el Carrousel del sábado, ni que decir de la Fiesta con más de mil artistas en el escenario, con juegos de luces impactantes en un anfiteatro natural, en el medio de los cerros. La música es en vivo la mayoría de las veces, por lo tanto, es un espectáculo digno de conocer, pero no hemos logrado difundirlo todavía. La idea es que haya un aluvión de extranjeros. Sólo hay un porcentaje que ronda entre el 10 y el 15%.
En esta misma feria también mantuvieron una reunión con los directivos de Air Europa para negociar un vuelo directo entre Mendoza y Madrid. ¿Cómo les fue ?
Nos fue bien. Nos dijeron que estamos en “la mira”, luego de Córdoba, Buenos Aires e Iguazú y eso tiene que ver con que naturalmente Mendoza recibe más turistas extranjeros -después de Buenos Aires- según cifras de la EANA. Hablamos de la posibilidad de hacer una conexión directa. Ellos van a estar viendo la evolución del mercado emisivo y receptivo, porque los vuelos no se sostienen sólo con el emisivo, y cuando los argentinos dejamos de viajar los vuelos se hacen más insostenibles. A corto plazo existe un compromiso con el acuerdo con Aerolíneas Argentinas para vender el tramo de cabotaje incluído en el internacional y así conectar a Mendoza con Madrid a través de alguno de los puntos que ya poseen.
También vamos a empezar a trabajar con sus mayoristas para armar paquetes y ellos nos ayudarán en la estrategia de comercialización, todo esto en el corto plazo, hasta que se establezca el vuelo directo.
Además hablamos de hacer un Fam Tour para que los vendedores más grandes que tienen nos visiten, conozcan el destino y puedan paquetizar el producto Mendoza en combinación con otros destinos argentinos.
¿Cuáles son las obras públicas que la provincia considera fundamentales para el desarrollo turístico?
El aeropuerto fue la primera gran obra que ya está en funcionamiento y ahora estamos trabajando en la Terminal de Ómnibus de la Ciudad de Mendoza. Se realizó una concesión que está a cargo de una UTE y su primera obligación era la modernización de la Terminal, en la infraestructura y en materia de seguridad. La idea es generar un espacio de Preembarque donde sólo tengan acceso los pasajeros y que evite los robos, tan comunes precisamente en esas áreas. Ya se pueden ver las mejoras edilicias en la parte Norte, y en materia de seguridad hay delegaciones de la Policía Turística y de Gendarmería en el interior. Se está trabajando mucho en lo vial. Se han hecho cantidad de rutas tanto nacionales como provinciales. Entre ellas está la Ruta 40 Sur, que ya está por terminarse y que incluye una traza nueva que va desde Pareditas y sale a El Sosneado en Malargüe, y acorta 100 kilómetros la distancia hacia la ciudad de Mendoza. Esa es una gran obra nacional, pero hemos hecho muchas rutas sobre todo en el sur de la provincia, que se han mejorado mucho, sobre todo en aquellos aspectos más importantes como rediseñar las curvas para mejorar las condiciones de circulación en una zona de montaña. Mendoza tiene 15 mil kilómetros de rutas provinciales de la cuales muchísimas se han puesto en valor, como la RP 222 que une la RN 40 con Las Leñas; se terminó Paso Pehuenche y tenemos un Plan de Desarrollo de Alta Montaña y estamos avanzando en la puesta en valor de Puente del Inca, Las Cuevas, Penitentes, y más. El plan surgió ante la necesidad de desarrollar, fortalecer y comunicar la oferta turística de Alta Montaña, desde Polvaredas a Las Cuevas. Para eso se realizó previamente un diagnóstico porque es una zona interjurisdiccional con una gran tránsito vehicular y con las dificultades propias de la zona: peligro de aludes, de nevadas.
Contamos con el asesoramiento de una agencia de marketing de Andorra en una propuesta de mediano y largo plazo que pone en marcha un valioso instrumento de planificación, en línea con las pautas consignadas en la Agenda 2030 y con las premisas que la Organización Mundial de Turismo (OMT) ha fijado para el desarrollo turístico sostenible: la conservación de los recursos naturales, históricos y culturales, la necesidad de una adecuada planificación y gestión de la actividad, la satisfacción de la demanda y el amplio reparto de los beneficios del turismo por toda la sociedad.
¿Dónde más se encuentran trabajando?
En Valle de Uco estamos encarando su plan de desarrollo que ya tiene ejecutado un sistema de señalización, puestos digitales de información turística, todo un sistema de marketing que incluye una página web más videos y folletería, etc.
Como uno de los destinos sede de Congresos y Convenciones más importantes del país hemos mejorado los dos Centros de Convenciones con los que contamos: uno en la Ciudad de Mendoza y el otro en San Rafael, además de incorporar a la oferta un estadio cubierto que se hizo en el gobierno de Pérez y que era como un elefante blanco, pero ya estaba muy avanzada la obra y decidimos terminarla. Lo interesante es que puede captar eventos tanto deportivos como culturales.
Lo que nos queda es avanzar con la instalación de baños públicos en cada uno de los distintos departamentos en lugares que cada Municipio determinó que son útiles y que si bien es una problemática menor, beneficia tanto a los residentes como a los visitantes. Se están señalizando las bodegas y se está recuperando la Casa Fader, del Museo Emilio Guiñazú, que estaba casi en ruinas.
Algo que puede ser muy importante a futuro es recuperar el túnel del tren que unía con Chile para convertirlo en vial de modo de dar una alternativa al túnel existente en Las Cuevas.
¿Cómo ve a la actividad turística a nivel nacional?
La veo en crecimiento, y creo que va a ser una fuente de ingresos en el país muy importante, siempre y cuando se pueda mantener esta política macro-económica. Hay que mejorar los costos internos, tanto los laborales como los impositivos, porque si se logra eso seguramente tendremos más inversores locales que amplíen sus hoteles y restaurantes. Y también se debe proyectar un crecimiento de vuelos.