La consultora Ecolatina elaboró un estudio porcentual sobre la actividad turística en cuanto al movimiento de divisas y las alternativas que Argentina tiene para enfrentar el déficit comercial al que está sometida. 

De esta manera, el informe dejó en evidencia que el sector es uno de los rubros que más aportes en dólares deja, sin embargo, el consumo ocasionado por la práctica emisiva es mayor al de la receptiva, lo que provoca pérdidas financieras.

En este contexto, el informe expone que el turismo presenta un déficit externo para la economía argentina desde 2011, donde el superávit cambiario se reemplazó por saldos negativos. Desde hace una década, se observó un “estancamiento en los ingresos y una tendencia creciente de los egresos, que pasaron de cerca de 5000 millones de dólares en 2010 a un pico de 11.400 millones en 2017”.

A su vez, como principal motivo para la condición negativa, Ecolatina afirma que se detectó un “deterioro del balance entre el ingreso y el egreso de turistas internacionales”. Es decir, desde 2011, el emisivo superó por 17 % al receptivo, provocando que sea mayor la cantidad de dólares que sale del país que la que ingresa.

Asimismo, la consultora destaca dos puntos para analizar la actividad de divisas en Argentina: cómo se lleva adelante la competitividad cambiaria, y cómo impacta el atraso y desdoblamiento por medio del dólar turista.

Dólar turista.
Dólar turista.

EL ROL DE LA COMPETITIVIDAD CAMBIARIA

Como primera medida, el informe destaca como variable influyente la relación entre el nivel de salario en dólares y la salida de la divisa por turismo. Este vínculo impacta negativamente en el emisivo, debido a que, si aumenta el tipo de cambio, tiende a caer la salida de residentes, mientras que no genera consecuencias en el receptivo.

En este sentido, Ecolatina justifica: “Esto ocurre porque mientras la reacción de la demanda de turismo desde países limítrofes es sensible a los movimientos del tipo de cambio, la de los países no limítrofes es más inelástica, siendo que estos últimos representan más de la mitad del total de arribos al país. En esta línea, la ventaja competitiva de una depreciación cambiaria se modera por el efecto distancia”.

Además, un factor que contribuye al turismo en el extranjero, y por ende, incrementa la salida de dólares del país, es la accesibilidad, ya que se implementó un mayor desarrollo tecnológico que dio lugar a nuevas ofertas de vuelos más económica.

 Balance del turismo.
Balance del turismo.

CONSECUENCIAS DEL ATRASO CAMBIARIO

En este contexto, el informe establece que “la salida de divisas por turismo se encuentra en niveles relativamente elevados para el nivel de salario en dólares medido en dólar turista”, y explaya: “En el último año, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) se encontró en el nivel más bajo de la década, mientras que el egreso de divisas por turismo se ubicó un 2,5 % por debajo de lo estimado”.

Entre las consecuencias del déficit, Ecolatina argumenta: “En 2017, el BCRA estimó que, de las divisas trasladadas al exterior el último año para saldar deudas de tarjetas, un 15 % correspondió a consumos de bienes o servicios no presenciales en el extranjero, con alrededor de 1300 millones de dólares.

De esta manera, el estudio arrojó que la tendencia global a preferir los viajes al exterior y la necesidad del argentino de quitarse los pesos de encima, provocan desdoblamientos en el dólar turista.

OTROS PUNTOS DESTACADOS DEL INFORME

Ecolatina remarcó que “la vuelta del turismo tras la pandemia tiende a agravar la salida de divisas”, ya que: “La mayor tendencia a viajar al exterior, junto a la baja respuesta del receptivo al nivel del tipo de cambio real, parecen demostrar que un tipo de cambio real competitivo no es suficiente para aumentar las exportaciones a través del sector en el corto plazo, aunque resulta esencial para procurar achicar el déficit turístico”.

Asimismo, dejó en claro que la magnitud del desbalance comercial por turismo dependerá del régimen macroeconómico imperante y del esquema de política económica que se lleve adelante, debido a que se necesitará un tipo de cambio real elevado en forma sostenida.