El hotel se adapta a cada temporada para hacer que la estadía para la pareja, la familia o el que viaja por negocios sea amena. En esto juega un papel importantísimo la vista hacia el Lago Nahuel Huapi, que proporciona calma y belleza, dos elementos que en la ciudad abundan, y que están en confluencia con el hotel. 
Además, es preciso tener en cuenta que la decoración fue recientemente renovada con tonos cálidos, madera, con pintorescas lámparas de astas de ciervo. También está La Cave, un íntimo restaurante  y el lobby bar sumado a la atención a cada huésped, uno de los puntos donde el hotel pone más énfasis. 
La cantidad de servicios facilitan la estadía, según promete el Panamericano Bariloche, que cuenta con transfer a los cerros y un local cerca de la cabina séxtuple para agasajar al alojado, brindarle un espacio para leer, tomar algo caliente después de esquiar o disfrutar de un lunch. También cuenta con el servicio a pedido de niñeras para las vacaciones en familia.