Las autoridades colombianas limitaron el ingreso de visitantes a las islas, que aún no logran sobreponerse de los destrozos por el huracán Iota.

CORRESPONSAL EN COLOMBIA

A un año del devastador paso del huracán Iota por el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, las afectaciones provocadas aún no han podido ser revertidas, obligando a las autoridades locales a mantener restringido el ingreso de personas, principalmente a la Isla de Providencia.

En 2020, mientras el mundo entero enfrentaba la pandemia de coronavirus, el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina sumaba otra preocupante situación entre sus pobladores. En menos de un año, los habitantes de esta zona del caribe colombiano tuvieron que adaptar su ajetreado estilo de vida a las nuevas dinámicas de la pandemia y sortear las vicisitudes generadas por el huracán Iota, que dejó cuantiosas pérdidas y resultó en la destrucción total de la Isla de Providencia.

La reconstrucción de la Isla ha sido lenta, debido a la dificultad para el ingreso de materiales y las restricciones dictadas por la pandemia. Esto ha generado que en la actualidad, Providencia no cuente con capacidad de alojamientos turísticos, ni con un hospital que permita una óptima atención en salud, pues los enfermos son atendidos en un hospital de campaña o trasladados al hospital de San Andrés.

Adicionalmente en el Archipiélago se ha presentado un aumento progresivo en el número de contagios por COVID-19, con lo que las Unidades de Cuidados Intensivos de San Andrés ya se encuentran al 100% de ocupación.

Esta situación tiene en alerta máxima a las autoridades, y si bien el turismo se ha mantenido activo en San Andrés, poniendo en práctica todas las normas de bioseguridad para prevenir un mayor número de contagios por COVID, en Providencia, la situación ha sido muy distinta y a la fecha no está permitido el ingreso de turistas.

Por estas situaciones las autoridades locales han manifestado que la Isla de Providencia seguirá cerrada para turistas hasta abril de 2022 y San Andrés continuará con las restricciones impuestas por pandemia y aplicando todas las medidas de bioseguridad.