Ya fue planteado por varios: la libertad de viajar está en peligro. Puede sonar alarmista, es verdad, pero a raíz de los últimos atentados terroristas (casi todos adjudicados a ISIS), se han ido intensificando las medidas de seguridad, en el mejor de los casos. En el peor, aún se plantean qué hacer. Esto, invariablemente, ha ido modificando el mapa turístico a nivel global. 

Triste y solitario inicio
Los ataques perpetrados por grupos extremistas (¿religiosos?) fueron varios y claves. Por caso, Turquía (el sexto país más visitado del mundo) sufrió, en junio, un atentado en el Aeropuerto Atatürk, de Estambul. Después del ataque, las reservas de estadías en la capital turca bajaron un 69 por ciento. 
Francia, la nación más convocante de todas, verá afectada su copiosa recepción de visitantes (cerca de 80 millones), producto del devastador atentado (el tercero en 18 meses) perpetrado en Niza, donde fallecieron 84 personas.
También el panorama turístico de Egipto es negativo. Y es que, según la Organización Mundial de Turismo, producto de turbulencias políticas y desastres aéreos, el país pasó de tener 14 millones de turistas, en 2010, a 9, en 2015.
Ubicado entre Argelia y Libia, Túnez es un pequeño país al norte de Africa, el cual experimentó una merma del 20 por ciento de sus visitantes en el primer trimestre del año, luego de que ISIS, cuando no, realizara dos ataques dirigidos a los turistas sumamente efectivos: ambos hechos se cobraron más de 50 vidas. 
Este breve resumen lo cierra Bélgica. Resulta que en marzo del corriente año, el aeropuerto de Bruselas fue destrozado por tres detonaciones, también adjudicadas al Estado Islámico.

La violencia y el Tío Sam
De acuerdo al Índice de Confianza Vacacional, una encuesta realizada por la aseguradora Allianz, el 6 por ciento de los estadounidenses consultados ha cancelado sus vacaciones. ¿El motivo? Los ataques terroristas perpetrados en Turquía, Bruselas, Israel y Francia. 
El relevamiento también reveló que la mayoría de los norteamericanos, el 86 por ciento, guarda cierto temor acerca de un eventual atentado. Los lugares que más preocupan: Medio Oriente, primero; Europa, segundo, y África, completa el nefasto podio.
Al margen de los resultados mencionados, cabe destacar que un 5 por ciento cambiaron su destino y que un 4 por ciento ha modificado las fechas del viaje o su modo de transporte. Por otro lado, un 3 por ciento ha optado por elegir otro tipo de alojamiento o un seguro de viaje.
“Estamos viendo que el viajero estadounidense es un grupo más complejo que comparte los temores y preocupaciones comunes, pero se desvía en gran medida de donde se encuentran esos miedos”, destacó Daniel Durazo, director de comunicaciones de Allianz Global de Asistencia de Estados Unidos.
No obstante, otra encuesta, pero realizada por el medio Eye for Travel, apuntó que sólo el 18 por ciento de los viajeros internacionales de Estados Unidos parten hacia Europa. Según el estudio, los destinos más elegidos son México (por más que le pese a Donald Trump, candidato Republicano en las próximas elecciones presidenciales) y Canadá, vecino del norte. 
Por otro lado, uno de los destinos que puede resultar favorecido es Reino Unido, puesto que, a diferencia de Francia, es percibido como más seguro. A esto se le suma la reciente devaluación de la libra esterlina, tras el Brexit, famoso referéndum que la separará de la UE. 

Vencidos y vencedores
Pero Reino Unido no es un caso aislado, ya que hay países que podrían resultar “beneficiados” por el cambio en el paradigma mundial.
Portugal es otro caso emblemático, de los que pateó el tablero. Según expresó, mediante un comunicado, el Ministro de Economía luso: “2016 será un año record en turismo. La tendencia positiva se ha observado desde el comienzo del año”. 
Tras cartón, Italia es uno de los destinos fortalecidos. En el verano boreal las reservas en las islas de Puglia y Sicilia estaban completamente copadas, una inclinación que se espera se mantenga, según los operadores turísticos locales. 
España, el tercer destino turístico mundial después de Francia y Estados Unidos, está registrando tendencias positivas, que alcanzan un alza del 20 por ciento en llegada de pasajeros a las islas Baleares y Canarias. Medios locales, como La Tercera, estiman que inclusive la Isla de Mallorca (con 800 mil habitantes) podría recibir alrededor de diez millones de turistas.
Según Bloomberg, renombrado medio estadounidense, al país arribarían alrededor de 74 millones de visitantes, un récord sin precedentes. Sin embargo, hay que hacer una salvedad, ya que no todos los efectos son positivos: muchos trabajadores del sector turístico han elevado su queja, producto de los contratos precarios; y son varios los residentes que están comenzado a manifestarse en contra del exceso de visitantes. 
Asimismo, son muchos los europeos que están decidiendo recorrer sus propios países. Fue el caso de los alemanes en 2015. Un 29 por ciento de los turistas germanos decidieron pasaron las vacaciones en su nación, privilegiando el turismo local antes que el extranjero.
En relación a esto último, la situación de Suiza es, cuanto menos llamativa. Actualmente evitan viajar a Turquía, Túnez y Francia, en cambio, optan por destinos nacionales como el Tesino, el Lago Lemán o el Oberland Bernés, donde se sienten más seguros. Según datos oficiales, entre enero y mayo han aumentado las pernoctaciones respecto a 2015.
No obstante, estadísticas recientes revelan que han aumentado también las pernoctaciones de suizos en las vecinas Austria y Alemania, regiones consideradas igualmente seguras.

Aerolíneas, presas del terror
En materia de compañías aéreas, el terrorismo también está causando estragos. Los ejemplos, aunque contados, son significativos. La situación de Lufthansa es una de la que más eco tuvo. 
Mediante un comunicado, la aerolínea (propietaria, además, de Brussels Airlines y Swiss) indicó que las reservas hechas con antelación “han caído significativamente, especialmente en las rutas de largo recorrido, en particular como consecuencia de los constantes ataques terroristas en Europa y una mayor incertidumbre política y económica”.
También Japan Airlines afronta una situación similar. De acuerdo a Masaru Onishi, máximo directivo, la compañía nipona afronta un largo período de crisis económica debido a los atentados terroristas en Francia. 
En sintonía con el caso anterior, desde EasyJet, la low cost británica con fuerte presencia en territorio galo, advirtieron que los tiempos turbulentos amenazan a su marca y a la aviación mundial.
Al margen de los problemas antes mencionados, actualmente las aerolíneas deben afrontar otro tipo de contratiempos. La ya citada EasyJet, Ryanair y grupo IAG (British Airways), por ejemplo, padecen las consecuencias del debilitamiento de la libra esterlina, que encarece sus insumos (sobre todo combustible) y rebaja sus precios. Por su parte, el Brexit también ha generado incertidumbre en el sector.