Una visión de género
“En el sector privado como en el sector público, las mujeres están aprovechando el potencial del Turismo para ser económicamente independientes, combatir los estereotipos e iniciar sus propios negocios”, dicen las conclusiones preliminares de la Segunda Edición del Informe Mundial sobre Mujeres en el Turismo que se presentó en el marco de la Feria Internacional de Turismo de Berlín, ITB2019.
El informe en cuestión fue realizado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en colaboración con ONU-Mujeres; la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), Grupo Banco Mundial y Amadeus. Y en su edición, distingue como ejemplo que una línea aérea del Reino Unido duplicó la cantidad de mujeres piloto que emplea; por otro lado, destaca que la Asociación de Hoteles de Uganda está liderada por una mujer y que, en Marruecos, por primera vez, se les han otorgado licencias para trabajar como guías de turismo a las mujeres. Estos son solo algunos ejemplos del cambio que se está produciendo en todo el mundo y que forman parte de una tendencia creciente.
En la misma línea, en las conclusiones presentadas en la misma Feria pero en 2011, se reflexionaba sobre las condiciones de las mujeres en la actividad a nivel mundial. En aquel año se distinguía al Turismo como una producción donde se abren espacios para la participación en la toma de decisiones y se ponía como ejemplo que, uno de cada cinco ministerios de turismo en el mundo estaban conducidos por mujeres y que esta situación superaba ampliamente a la realidad de otros sectores del ámbito gubernamental. También se refería a que el trabajo femenino en el Turismo concentraba empleos precarios, peor pagados y de baja cualificación como cocina, limpieza, hospedaje, con salarios entre 10 y 15 por ciento menos que los percibidos por los hombres. En aquel momento, el entonces Secretario General de la OMT, Taleb Rifai, destacó que “el informe puso de relieve el empoderamiento de las mujeres en el plano político, social, económico. Pero deja muy en claro que hay que esforzarse más por cerrar la brecha de género en particular por garantizar la igualdad de los salarios de hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo, mejorando la calidad de empleo, y poniendo fin a todo tipo de discriminación”.
Fue en enero de este año, durante la Feria Internacional de Turismo de Madrid, FITUR2019, cuando la charla “Mujeres, Turismo y otras visiones” mostró una realidad que, no por reiterativa, es menos esclarecedora: “en el mundo del turismo, seguimos ganando un 25 por ciento menos que los hombres”, dijo entre otras cuestiones la embajadora de Costa Rica en España, Ana Elena Chacón.
Y aquí, la grieta mundial. “¿Cómo podemos conseguir la igualdad en este campo? Es un desafío dentro de la Industria”. Se preguntó, se contestó y nos preguntamos todos.
Claro que, cuando hablamos de género, de hombres, de mujeres, de trabajadores, de empresarios, estamos hablando de un todo ideal inmerso en un ciclo económico virtuoso, es decir, hay trabajadores, empresarios, empleados, un Estado y en ese ciclo, el período de descanso y vacaciones pagas, derechos adquiridos y leyes laborales.
En el mundo más moderno que podemos imaginar, el descanso es lo que permite a la población económicamente activa producir más y mejor y realizar sus proyectos de vida.
¿Suena discursivo? Todos los informes mundiales, atienden a situaciones bien diferentes de cada país y, de pronto, parecieran arrojar sólo títulos. Hoy, en la Argentina, hasta pareciera un ideal el de pensar en el trabajo estable, el salario que permita prever vacaciones y consolidar proyectos, grandes y pequeños.
En territorio santacruceño, justo en el área de Turismo, los cargos de conducción de la gestión están equilibrados siendo región norte y oeste dirigidas por mujeres como representantes territoriales de un área provincial la Secretaría de estado de Turismo, también es conducida por una mujer, y tenemos una gobernadora: Alicia Kirchner.
Es una provincia, como lo hay en toda la Argentina, con historias de leyendas, como las Tehuelches en nuestro caso como La Viento. Con historias de pioneros europeos que hoy se pueden conocer con sus descendientes que aún permanecen en estancias legendarias conducidas por mujeres. Los trabajadores en cada rincón de esta Patagonia infinita, como nos gusta describirla, que también se convirtieron en un producto turístico como la “Huella de los Huelguistas” y “De Cara a la Livertá”, que recorren los pasos de los peones asesinados por reclamar mejores condiciones de trabajo en la primavera de 1920 y el verano de 1921.
Pero siempre volvemos a lo mismo. Al trabajo. Al proyecto. En Santa Cruz, el 6,5 por ciento de de la población económicamente activa tiene un empleo que proviene de la actividad turística, apenas detrás de los hidrocarburos y la minería. La visibilización de la movida mundial y nacional respecto del empoderamiento de la mujer es una realidad. Pero por sobre todas las cosas, sabemos que el trabajo por los derechos, es permanente. Y es una condición para transformar la realidad.