Para Fabián Szewczuk, “Bariloche es un destino muy buscado, una marca muy impuesta”, y uno de los principales objetivos del Emprotur es quebrar la estacionalidad, tarea en la que están embarcados desde hace ya unos  años contándole a la gente que así como en invierno no es sólo nieve, en primavera y verano “hay un Bariloche muy diferente que no todos terminan de conocer”.
Cuando el clima es más benigno “tenés la posibilidad de hacer actividades al aire libre: tanto en el lago como en los ríos con el rafting, el remo, con kayaks, con daquis, como con el bosque con canopy en las copas de los árboles, a caballo o en bicicleta, y ahora algo que está muy de moda que es el  senderismo, fundamentalmente con el turismo internacional. Bariloche concentra la mayor cantidad de refugios de montaña en Sudamérica y esto te da la posibilidad, no solamente de trasladarte de refugio en refugio sino también de poder pernoctar y tener mínimos servicios de comida, y es alucinante cuando te quedas a dormir en lo alto de la montaña”. Gracias a todo eso fue distinguida como la Capital Nacional del Turismo Aventura de Argentina por el Congreso Nacional.
También se fomenta el prestigio de la gastronomía, ya que Bariloche tiene 300 restaurantes con una variedad muy amplia donde se mezclan las recetas clásicas de los primeros pobladores de origen europeo y las carnes salvajes de jabalí, la trucha y el ciervo con la impronta de los nuevos chefs. Todo eso se refleja en una gastronomía única en el país con algunos platos exclusivos como el Curanto.

Del ayer al mañana 
Se trabaja mucho en el segmento de Turismo de Reuniones participando en todas las ferias del sector. “Estuvimos en Inglaterra, Alemania, Las Vegas, voy a Barcelona, y seguimos trabajando mucho en el turismo estudiantil, donde acumulamos una  historia de más de 60 años. El primer paso fue encuadrarlo para que no se moleste con el turismo individual y lo hemos logrado, jerarquizamos el servicio. Hoy los chicos tienen alojamiento en hoteles 3 estrellas superior y más, desayuno buffet, comidas a la media carta, sommier, TV Lcd, y cuando tuvimos todo esto nos preguntamos: ¿qué hacemos ahora para ocuparlo todo el año? entonces empezamos a ofrecer el producto estudiantil en el exterior. Hace 3 años que lo comercializamos en Chile y hoy ya tenemos 20 mil chicos trasandinos por año. Después seguimos con Uruguay, y ahora tenemos 5 mil chicos viajando a nuestra ciudad, y creo que cerraremos en 7000 en el 2015 y estamos poniendo un pie firme en Brasil, Paraguay, Bolivia y Colombia, que son los otros mercados de Latinoamérica en los que notamos el interés que despertaba el destino para el turismo estudiantil. El viaje de egresados genera un lazo afectivo con el destino que no lo tiene ningún otro segmento y crea el deseo de volver más tarde con sus familias. Es un semillero para el turismo del futuro”.