Ernest Hemingway nació en los Estados Unidos a fines del siglo 19 pero encontró su hogar en Cuba. Esta isla lo hizo descubrir sabores, olores, aromas y lo llevaron a vivir experiencias que se traslucen en muchas de sus más importantes obras literarias y que lo convirtieron en un artista de trascendencia mundial, al igual que la tierra que le dio cobijo.
El mismo escritor diría de Cuba: “Amo este país y me siento como en casa; y donde un hombre se siente como en casa, aparte del lugar donde nació, ese es el sitio a que estaba destinado”.
Hoy en día, más de 80 años desde que pasara su primera estancia en Cuba, son tantos los lugares que lo recuerdan (y que llevan su nombre) que sigue vigente entre quienes tuvieron la edad suficiente para conocerlo en persona, pero también en aquellos que se acercaron a él a través de su magnífica obra.
¿Cuáles son esos sitios emblemáticos? ¿Qué rincón del bar Floridita frecuentaba? ¿Cómo es que una playa fue bautizada en honor de su yate? ¿Porqué muchos sitios relacionados con la actividad náutica han sido bautizados con su nombre? ¿Cómo recorrer Cuba de la mano de este anfitrión de lujo?
   
Su hogar en La Habana
Su andar por la isla se hizo intermitente desde 1932 adonde acudía en busca de ejemplares de ese animal combativo de los mares caribeños, el pez Aguja o Marlin, pero fija un domicilio permanente ya en 1939, en la casa del barrio de San Francisco de Paula, Finca La Vigía, hoy un museo que lo recuerda en detalle.
Esta casona, comprada y restaurada por su esposa Mary, fue su hogar durante veinte años. En ella escribió gran parte de “Por Quien Doblan las Campanas, el Viejo y el Mar e Islas del Golfo”.
La mansión, cedida por su viuda al Estado cubano, ha sido convertida en museo y en ella se conservan la biblioteca y objetos personales del escritor, entre ellos el atril donde Hemingway escribía, siempre de pie. Abandonó la finca en 1960, pensando volver a ella y dejando, por lo tanto, todos sus libros, sus muebles, sus trofeos, su ropa. Da la impresión de que el escritor va a llegar de un momento a otro.
Finca Vigía, con casi cuatro hectáreas de extensión, posee una abundante vegetación donde conviven especies de la flora y la fauna tropical que convierten el lugar en una pequeña reserva ecológica. Formando parte de este espacio subyugador, y en espera del visitante, se encuentran la casa, el bungalow, la torre, la piscina y el yate Pilar.
Toda la casa se encuentra rodeada de terrazas que facilitan la comunicación con las habitaciones y demás lugares de la finca. Desde ellas pueden verse las distintas dependencias: la sala principal, la biblioteca, el comedor, el cuarto de huéspedes, la habitación de Mary Welsh, el cuarto de trabajo de Hemingway, el baño y la cocina.
Una pieza que se destaca en su jardín es el Yate El Pilar, mandado a construir por Hemingway en 1934 para la pesca de altura en un astillero de New York. El Pilar se convirtió en uno de sus sitios favoritos y fue el medio que lo unió por siempre a la corriente del golfo y a sus peces, que constituyeron una fuente para su creación literaria.
Horarios de visita: excepto martes y días lluviosos, de 9 a 12 horas; domingos, de 9 a 12 horas.

Hotel Ambos Mundos

Antes de tener su propia casa, el escritor había dejado sus huellas en la ciudad capital cuando eligió hospedarse en ese hotel que se conserva tal cual estaba en la década de 1930, el Hotel Ambos Mundos, en La Habana Vieja.
Aunque toda descripción del hotel incluye una referencia obligada al escritor Ernest Hemingway, el atractivo principal del Ambos Mundos es indudablemente su ubicación: en la esquina de las calles Obispo y Mercaderes, a sólo unos pasos de la Plaza de Armas, este inmueble de principios del siglo 20 –ahora restaurado- se yergue sobre una de las esquinas más animadas de la Habana Vieja, cerca de casi todos los sitios más interesantes del casco histórico de la ciudad.
En el lobby se realizan exposiciones de arte, y de vez en cuando se presentan jazzistas y otros músicos en el escenario del piano bar. El lugar, que suele llenarse de turistas, es un espacio agradable y animado. Otro detalle es el antiguo ascensor de los años 30, que si bien se dice requiere algo de paciencia, no deja de darle al hotel un toque encantador.
La habitación, marcada con el número 511 se mantiene tal como él la conoció. Desde ella miraba el azul marino por el norte, y por el este la entrada del puerto.
En la actualidad la habitación no se alquila para los huéspedes pero sí puede ser visitada.

El Floridita y La Bodeguita del Medio

Es bien sabido que al escritor le gustaba mucho el alcohol y encontró en el ron cubano una bebida ideal para saborear esos tragos que han pasado a la fama, tanto como los lugares adonde prefería ir a tomarlos Así se lee en un antiguo cartel escrito por el mismo Hemingway “mi Mojito en la Bodeguita del Medio y mi Daiquiri en La Floridita”.  
Ambos bares siguen en pie y reciben a miles de turistas para probar si la elección del famoso artista sigue siendo recomendable. Tanto es así que en el rincón preferido de Ernest Hemingway en El Floridita se levanta una estatua del escritor y que es fotografiada por cada uno de los turistas (seguramente muchos sin saber de quién se trata ese señor de barba y con una simpática sonrisa!).
Este famoso bar se encuentra en la calle Obispo No.557 esquina a Monserrate, de La Habana Vieja, cuya historia se remonta a más de 195 años (pero no exactamente en esta ubicación). En 1953 la Revista “Esquire” lo reconocería como uno de los 7 bares más famosos del mundo y en 1992 se le concede el Premio Best of the Best Five Star Diamond Award de la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas como el Rey del Daiquirí y Restaurante especializado en pescados y mariscos más representativo.
Su otro sitio favorito en la ciudad era La Bodeguita del Medio, ubicado a pocos pasos de la Catedral, sobre la calle Empedrado, tiene una zona de bar abierta hacia la calle, con poco espacio pero siempre con un mojito bien frío para disfrutar, y hacia atrás se ubica la zona del restaurante con sus mesas y platos típicos de la cocina cubana. A este atrayente lugar el escritor solía acudir para conversar, entre mojito y mojito con el viejo Martínez, dueño del establecimiento.
Además del Premio Nobel otros visitantes famosos dejaron sus huellas en el local: Errol Flynn, Salvador Allende, Pablo Neruda y Agustín Lara, entre otros. Y lo de las huellas es concreto ya que muchos de ellos no solamente están con sus fotos sino también con frases firmadas en las paredes o algunos objetos que estos personajes dejaron tras su paso por La Bodeguita.
El sitio que abrió sus puertas en 1942 bajo el nombre de Casa Martínez y se convirtió en 1948 en la Bodeguita del Medio es uno de los paseos obligados para los turistas y para aquellos que deseen probar el típico trago cubano: el mojito. Muchos dicen que no se ha visitado Cuba si no se estuvo allí.

Cojimar

En este pueblo de pescadores el escritor conoció a Gregorio Fuentes, inseparable compañero de pesca tras las especies marinas en aguas del Golfo y que lo inspiró para su obra maestra “El viejo y el mar”.
Allí Hemigway compartía su tiempo con pescadores y amigos en La Terraza, un bar-restaurante a orillas de las aguas del Mar Caribe. Abierto en 1925, con los años se convirtió en una modesta fonda para pescadores y transeúntes, hasta llegar a manos de Salvador Blanco, quien le otorga su actual título y la lleva a la fama con el respaldo involuntario del popular escritor Ernest Hemingway, quien describió el paisaje de esta maravillosa manera: “A través de la terraza abierta miro el mar, de un azul profundo y con crestas blancas, entrecruzado por las barcas pesqueras que curricaneaban en busca de dorados”.
La Terraza fue sometida a una reparación capital en 1991, tras lo cual se convierte en centro obligado del turismo internacional y premiado en dos ocasiones en la Feria Turística de Madrid como uno de los mejores restaurantes de la isla.
El salón principal mantiene sus amplios ventanales, que ofrecen una vista panorámica del mar, con sus pescadores y embarcaciones en plena faena u oscilando al vaivén de las olas en el sitio de su estacionamiento.
La presencia de Hemingway y sus acompañantes habituales llega hasta nuestros días con los tragos Don Gregorio y el Daiquirí Hemingway, imprescindibles acompañantes de una de las mejores cartas de comidas marinas para degustar cómodamente sentados en un mobiliario de época.
Cojimar forma parte del Municipio Habana del Este, a 7 Km. al este de la Ciudad. Tiene componentes, naturales, históricos y socioculturales; entre ellos el Río Cojimar, la playa, el valle, la vegetación, y el Torreón, perteneciente al sistema de fortificaciones de La Habana, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Playa El Pilar

Existe en Cayo Guillermo una franja de arena blanca de singular belleza, tanto que le ha valido ser elegida una de las 25 mejores playas del mundo y una de las mejores 10 del Caribe. ¿Su nombre? Playa Pilar.
Se dice que ésta lleva el nombre del yate de Ernest Hemingway, ya que él consideraba esta playa la más hermosa y tranquila de toda la isla de Cuba y a la que llegaba regularmente con su yate a veranear. Razones no le faltan ya que se trata de una gran franja de fina arena, de casi un kilómetro de extensión, donde se ubica la mayor duna arenosa del Caribe, con unos 15 metros de altura.
Con mareas bajas y tranquilas, un agua transparente y fondos arenosos son la clásica tarjeta postal del paraíso terrenal que invita a descansar bajo el sol, rodeado de cocoteros y otras especies endémicas.

Torneo de Pesca de la Aguja “Ernest Hemingway”
El Torneo ya ha cumplido 61 años de existencia. Su historia es huella permanente de la presencia del gran escritor y premio Nobel de Literatura, quien, con su pasión y entusiasmo por la pesca deportiva, apoyó incondicionalmente durante los primeros años su realización, ganándolo en varias oportunidades.
Desde 1960 se realiza en su actual sede la Marina Hemingway de La Habana.
El gran cambio se produce en 1997 cuando se establece como modalidad del Torneo la pesca con devolución, para contribuir a mantener saludable la especie del pez aguja o Marlin.
El 62º Torneo se realizará del 28 de mayo al 2 de junio del 2012 y forma parte del programa de actividades con motivo del 20 Aniversario del Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba.

Obra y legado
El escritor dio forma y escribió importantes crónicas y novela en Cuba, por ejemplo: “Por quién doblan las Campanas”, “París es una fiesta”, “Nadie muere nunca”, “El gran río azul”, “Hombres en guerras”, “Tener y no tener” y “El Viejo y el Mar”.
El 26 de agosto de 1956 en la revista Carteles anunció que donaba su medalla del premio Nobel a la Virgen del cobre patrona de Cuba, a quien le encargó a su gran amigo el periodista artemizeño Fernando G. Campoamor quien la entregó al arzobispo de Santiago de Cuba para ser llevada a su santuario en el poblado minero de El Cobre.