Allá por 2018, el sector celebraba el avance de un reclamo que venía arrastrando el sector hotelero: se estaba dando un proceso de estabilización en lo que se pagaba por concepto de derechos de autor en los alojamientos de Argentina. 

Este paso se materializó un año después por medio de un decreto dictado por el Poder Ejecutivo Nacional que regulaba el cobro de aranceles en concepto de derechos de autor en los establecimientos hoteleros en todo el país. Pero aún hoy, la presión que los establecimientos sufren por este tema sigue siendo fuerte y en las últimas horas se conoció que desde la gestión de la subsecretaría de Turismo, Ambiente y Deportes que encabeza Daniel Scioli se está trabajando para eliminarlo

Para conocer más sobre este camino de reclamo de los hoteleros, Mensajero conversó con Aldo Elías, quien actualmente es el vicepresidente I de la AHT; Y vicepresidente II de la CAT. Además, el dirigente y dueño de Hotel Presidente, se refirió al escenario actual y a las posibilidades que tiene el sector en la temporada baja. 

¿Cómo surge el cobro de derechos de autor a los hoteles?

- Es una historia eterna. En diferentes momentos del país, en algunos casos en el ámbito de gobiernos militares y en otros, durante el Gobierno de Kirchner, se crearon sociedades de derechos de autor. Cada una tenía la posibilidad de cobrar prácticamente hasta un 20 % de los ingresos de los hoteles. 

En 2019 salió un decreto que vino a ordenar, de alguna manera, toda esta problemática que generaba la arbitrariedad y la facultad que tenían las sociedades de derechos de autor para cobrar lo que quisieran. Todo esto sin considerar que, además, cuando se paga la factura del cable, ya se está cobrando derechos de autor. Un punto a tener en cuenta es que, actualmente, el impacto en la recaudación de las sociedades de derechos de autor por las cobranzas a hoteles representa entre el 4 y el 6 %. 

¿Cuál es el reclamo que vienen haciendo los hoteleros y que cambiaría si se logra eliminarlo, tal como dijo el secretario Daniel Scioli?

- La hotelería viene planteando desde hace muchísimos años que la habitación de un hotel sea considerada de ámbito privado. Por ejemplo, si se quiere fijar domicilio en una habitación de hotel, se puede hacer y se asemeja a la privacidad que se tiene en una casa. Entonces, el planteo de la hotelería es que se está cobrando por un televisor colgado en una pared, sin saber si el huésped lo utiliza o no. Por lo cual, si se establece que es de ámbito privado, se cae toda la cobranza que pueda pretender hacer una sociedad de derechos de autor. 

¿Este avance vendría a subsanar una problemática de muchos años?

- Sí, porque ahora hay una lógica dentro de este formato en el cual las sociedades de derechos de autor pretenden cobrar lo que cobran, pese a que se mejoró mucho la condición con el decreto de 2019. Esto vendría a emprolijar por completo la condición. Insisto, cuando pagamos la factura de la televisión por cable, estamos pagando derechos de autor, o sea que es una falacia decir que se está atacando a los autores o demás trabajadores del rubro. Porque lo que hay es una doble imposición. 

El impacto en la recaudación de las sociedades de derechos de autor por las cobranzas a hoteles representa entre el 4 y el 6 %.
El impacto en la recaudación de las sociedades de derechos de autor por las cobranzas a hoteles representa entre el 4 y el 6 %.

¿Cómo ve la situación de la industria turística en esta coyuntura?

- Estamos en una situación crítica, no ya como sector, sino como país. Entonces, se está tratando de buscarle todas las soluciones posibles para justamente encontrarle la vuelta a lo que es una temporada baja, que históricamente la tuvimos. Se apunta a interactuar con el sector público para generar un escenario un poco mejor de lo que estamos viendo que tenemos por delante para mayo y junio concretamente. Si esto va a alcanzar o no, no lo sabemos. 

¿Las proyecciones les dan esperanza sobre la mejora del sector y del escenario actual?

- Estamos de alguna manera esperando y deseando que efectivamente logren controlar el enorme fracaso que significa la inflación. Si eso se resuelve, empiezan a ordenarse muchas variables. La baja de la inflación, que aparentemente se estaría dando, nos permite generar un escenario en donde dejemos de manejar precios alocados con subas espasmódicas sin ningún justificativo y sin ninguna razón. Esto es un poco ordenar el escenario que venimos teniendo desde diciembre, que fue la devaluación. 

¿Por qué cree que se llegó a este punto?

- Se disparó la inflación porque estaba condenada a hacerlo por todo lo que veníamos atravesando en el país en materia de no cumplimiento de pautas tendientes a contener el escenario político-económico que cayó sobre el país con las elecciones; la posibilidad de cambio de autoridades; la necesidad del oficialismo de salir a respaldar a su candidato sin prestar atención a si se emitía de más o no se emitía de más. Entonces, en este escenario, si se logra empezar a contener la inflación y a ordenar un poco la macroeconomía, por rebote, las medidas que están impulsando, van a terminar resultando favorable mucho más por lo otro que por esto.

¿Crees que puede estar muy complicada la temporada baja?

- Argentina toda la vida tuvo temporada baja en el primer y segundo semestre. Es cierto que cuando estuvo el Previaje, eso se morigeró bastante, pero también tuvo mucho que ver con que acabábamos de salir de la pandemia y el pasajero tenía desesperación por viajar. Entonces se juntaron dos escenarios muy propicios para que se acomoden las temporadas bajas. Hoy la situación es diferente, el viajero ya recuperó cierta normalidad en comparación con la desesperación que tenían por salir, producto del encierro que trajo la cuarentena obligatoria. 

¿Nota una preocupación mayor de parte del resto del empresariado de la actividad? 

- El sector está preocupado, como es lógico, y lo que se está viendo de alguna manera es el temor de no tener en claro algunas cuestiones que sí son importante saber. Por ejemplo, hoy podríamos estar hablando de un tipo de cambio atrasado, y digo, ´podríamos´ porque hay muchos que dicen que no está atrasado, entre ellos el presidente. Entonces, si el tipo de cambio no está atrasado es una cosa, pero si lo está es otra. Lo que es cierto es que nos hemos puesto caros de vuelta como país. Entonces, frente a ese escenario, sí hay preocupación en el sector, más que nada por la definición de hacia dónde vamos con el tipo de cambio. Además, hay un trabajo a realizar que tiene que ver con la baja de impuestos, que todavía no se pudo dar. 

"Es una falacia decir que se está atacando a los autores, porque lo que hay es una doble imposición"

¿Por qué es importante lo que pasa o puede pasar con el tipo de cambio?

- Termina resultando trascendente a la hora de traccionar turismo de la región. Una cosa es que la región venga a la Argentina porque el tipo de cambio la favorece y otra cosa es que la Argentina salga a la región porque el tipo de cambio la favorece. Aun así, también es bueno mencionar, que no está bueno que la región venga porque el tipo de cambio la favorece. Lo ideal es que se pueda bajar la presión impositiva para que Argentina turísticamente hablando pueda ser competitiva y no que dependa de un tipo de cambio más alto para poder atraer turismo de la región. 

¿Este tema tendría que sumarse a la agenda del Gobierno?

- Entendemos que todo no se puede hacer al mismo tiempo y que venimos de muchos años de debacle, y cuando digo muchos años, yo no estoy hablando de los últimos cuatro, ocho o dieciséis años, estoy hablando de los últimos cien. Este es un país que se ha jactado como única idea política económica de crear todos los días un nuevo impuesto, una nueva tasa o una nueva contribución para cubrir un déficit fiscal que nunca alcanzaban a cubrir. Hoy estamos pidiendo soluciones y respuestas en 90 o 120 días a una problemática de 100 años.