Gustavo Esusy: “Era imposible pensar en tener aeropuertos del primer mundo si no había vuelos”
Reportaje con el Gerente Regional para el Mercosur de COPA Airlines explica los motivos por los cuales tienen grandes expectativas de crecer en la Argentina y cómo más vuelos generan más empleos y negocios genuinos.
¿Cómo está estructurada la empresa en la actualidad?
Cuando me nombraron Gerente Regional para el Mercosur tuve la responsabilidad de Brasil, pero cuando cambiamos nuestro Vicepresidente de Ventas, hace ya año y medio, yo pasé a reportarle directamente a Christophe Didier, que es el Vicepresidente global de Copa AIrlines, y él reestructuró todas las regiones.
Didier tiene hoy un Gerente Regional en Miami, que tiene responsabilidad sobre Estados Unidos y Canadá; otro Gerente está en Panamá y es el responsable de Centroamérica y el Caribe; luego hay un Gerente en Colombia, responsable del norte de Sudamérica y México; otro en San Pablo, para todo Brasil, y estoy yo, basado en Buenos Aires, con responsabilidad sobre Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia y Paraguay.
Esa reestructuración ¿tiene que ver con el crecimiento que tuvo Copa?
Exactamente. Hasta hace un año y medio, cuando yo tenía a mi cargo el mercado de Brasil, la aerolínea tenía muchas menos operaciones que hoy. En este momento Copa Airlines vuela a nueve ciudades brasileñas, son 90 vuelos semanales desde Brasil hacia el hub de las Américas, en Panamá, que es una región en sí misma. Además, la visión estratégica de nuestro Vicepresidente hizo que en las cinco ciudades donde hay un Gerente regional, se correspondan con los cinco países de mayor peso dentro de la estructura de la compañía. A partir de ahí, los valores absolutos de la composición de todos los ingresos, están bastante repartidos.
La región Mercosur es muy importante dentro de la compañía, y si bien Argentina es el país de mayor peso, Chile es muy importante y ambos se complementan con Paraguay, Uruguay y Bolivia. En la región crecemos de manera sostenida, afortunadamente, en los últimos dos años también lo hizo Argentina, a pesar de que veníamos relegados.
Por ese crecimiento hoy tienen vuelos desde cuatro ciudades argentinas ¿no?
Vamos camino al año 19 desde que comenzamos a volar a Buenos Aires, y empezamos sólo con cuatro frecuencias semanales. Hoy volamos a Panamá desde Buenos Aires tres veces por día, y con oportunidad de volar más, si es que logramos permisos de ruta. Luego, hace 11 años empezamos a volar a Córdoba. Y si bien dentro del plan estratégico de la compañía siempre existió la oportunidad de seguir creciendo en frecuencias, hubo un impasse, durante un tiempo, cuando no se autorizaban frecuencias en nuestro país, y hace dos años empezamos a volar a Rosario. En el 2017 incoporamos Mendoza, y hoy estamos con tres vuelos por día desde Buenos Aires, dos de Córdoba, uno de Rosario y uno de Mendoza.
¿El mercado nacional ha crecido para cubrir todas esas plazas, o las plazas quedan cubiertas con capacidad insatisfecha de Uruguay, Chile, etc.?
Hay una combinación de todo. Pero cualquiera de las diferentes ecuaciones que tomes en cuenta son positivas para la Argentina. Vimos que había una oferta muy reprimida, había mucha demanda y poca oferta en nuestro mercado. Eso hacía que los argentinos, para volar, cuando se llenaban los vuelos de Argentina, automáticamente desbordaran por las fronteras. Hay pasajeros que naturalmente van a seguir saliendo por las fronteras, por ejemplo, un pasajero de Chaco, que no tiene un vuelo directo saliendo de Resistencia va a seguir yendo al aeropuerto de Asunción, además, culturalmente se siente parte. Ahora bien, un mendocino, cuando no tenía opción de volar desde su provincia, se iba a Chile. Hoy, con la oportunidad del vuelo directo, ya no tiene esa necesidad. Y el de las provincias vecinas también tienen la posibilidad de llegar a Mendoza, sin tener que ir a Chile.
Obviamente, no todas las ciudades tienen el potencial para mañana tener un vuelo, por eso digo que habrá situaciones que se seguirán dando, pero hay otras que no.
Decías que cualquier de esas ecuaciones terminan favoreciendo al país, ¿porqué?
Por un lado, cuando nosotros abrimos una ruta, se genera un montón de empleo, el directo con el personal propio que la compañía contrata para manejar su operación, más el personal de mantenimiento y el de venta; pero está el indirecto, que naturalmente se genera por un vuelo.
Cuando anunciamos la ruta a Rosario, por ejemplo, el primer escollo que tuvimos que salvar fue que, excepto Ezeiza, Córdoba y Aeroparque, no había ningún aeropuerto en todo el sistema nacional que ofreciera servicio de catering a bordo. Para muchas rutas regionales poder abastecerse de un sándwich en el origen, y traerlo para el vuelo de regreso, era viable. Para la ruta de Copa, que son siete horas nosotros damos comida, y además comida caliente, y tenemos doble servicio, con lo cual esa solución del sandwich era inviable. Pensar en poder abastecer esa comida en Panamá, que vuele siete horas hacia el destino, que esté una hora y algo en tierra, y que una hora antes de llegar se sirva un desayuno con esa comida que lleva casi un día a bordo. Era impensable.
¿Cómo se solucionó ese inconveniente?
Nuestro proveedor en Córdoba nos dijo: “si ustedes van a volar a Rosario, yo abro una sucursal ahí”. Y se instaló. Para eso tuvo que construir la cocina, contrató mano de obra para la construcción, tuvo que contratar cocineros, personal de planta, y eso se replicó luego en el Aeropuerto de Mendoza, porque tampoco teníamos servicio de catering, y el mismo proveedor se posicionó en Mendoza. Eso es generación de empleo, lo que es positivo para la provincia y para el país. Además, está la puerta de conexión que se abre. Por ejemplo, nosotros abrimos la ruta a Mendoza donde este año fue la conferencia anual del BID, y muchos de los pasajeros que tenían que llegar desde Washington volaron directo a la provincia sin tener que pasar por Chile o Buenos Aires. Eso genera trabajo para los taxistas, para el kiosco del aeropuerto, que ahora vende a la 1 AM. Pero además de todos esos eventos particulares, está la posibilidad y la oportunidad que tiene cada una de las provincias, en salir a ofrecerse al mundo.
Por eso, de alguna manera estás contribuyendo al desarrollo económico del país.
Además, Copa firmó un compromiso, junto con el Ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, para promover Argentina en el extranjero, y garantizar un mínimo de pasajeros. Para eso va a trabajar cooperadamente con el Ministerio de Turismo de la Nación y de las provincias para hacer promoción de Argentina en el exterior, y ¿cómo lo hemos hecho? Porque no te hablo de lo que vamos a hacer sino de lo que ya hicimos. Por ejemplo, en Times Square (Nueva York), desde noviembre hasta marzo, había una valla publicitaria hablando de Mendoza y de la ruta de Copa a Mendoza, obvio, más acciones en vía pública, y en medios internos como externos. El compromiso es medible, porque de nada sirve decir voy hacer todo esto, si no puedo mostrar resultados. Nuestro compromiso es aportar, por lo menos, un 30 por ciento de los pasajeros que vuelan en Copa que sean receptivos. Desde que se firmó, hasta la fecha, lo venimos manteniendo. Eso nos permite pensar en poder seguir expandiendo nuestras rutas.
La Revolución de los Aviones puso a la aviación aerocomercial en el inconsciente colectivo de la gente, ¿cómo repercute?
Puedo responder como ciudadano, como pasajero y como persona de la industria. Nuevamente, desde cualquiera de los tres ángulos es positivo. Como ciudadano, queremos oportunidades, ofertas, poder elegir cómo cuándo y dónde volar. Cuanta más competencia hay, mejores ofertas se encuentran. Como persona de la industria, creo que es totalmente positivo, porque la competencia es sana, y además porque cuando uno tiene la oportunidad de ver cómo creció la región en aviación y cómo Argentina estaba años atrás de ese crecimiento y ver cómo se lo impulsa, el propio y el de los competidores y socios en Star Alliance lo están consiguiendo también es muy, muy bueno. Como pasajero lo celebro, porque quiero más conectividad en mi país. Sé que es positivo.
¿Los aeropuertos del interior hoy están en condiciones de recibir vuelos internacionales, como los de Copa?
Nosotros empezamos a volar, después de Córdoba al de Rosario, que tenía muchas oportunidades. Recuerdo un periodista de La Capital de Rosario que me preguntó qué pasaba con el aeropuerto de Rosario y yo le dije que le faltaba mucho, pero lo primero que le faltaba eran vuelos. Y es cierto que uno tiene que tener previsión y anticiparse, pero cuando durante muchos años la entrada de esos vuelos está totalmente prohibida, llega un momento en que no tiene sentido invertir. Nuestro compromiso fue empezar a volar y confiamos en que el aeropuerto iba a mejorar. Y lo vemos. Falta, sí, todavía opera sin mangas, por ejemplo, pero lo primero que tenían que mejorar fue la plataforma y lo hicieron. Ahora están trabajando en un Plan Maestro para el edificio Terminal, lo cual celebramos. Seguimos apostando a Rosario que nos aceptó de una manera positiva, y creemos que hay posibilidades de crecer, y que el aeropuerto se va a aggiornar.
El resto donde volamos, Córdoba, tuvo una mejora importante; el aeropuerto de Mendoza, lo acaban de inaugurar y quedó bonito. Ahora es tiempo para ver hacia dónde va a crecer porque suponemos que va a recibir más operaciones. Recientemente estuve visitando otras ciudades de la Argentina, explorando oportunidades en Salta y Tucumán y ambos aeropuertos, a nivel edilicio tienen una oportunidad. Sabemos que hay un proyecto también para mejorarlos. Pero era imposible pensar en tener aeropuertos del primer mundo sin vuelos. Creo que va en paralelo, quizá un poco diferido, pero por lo menos las obras se están haciendo y los aeropuertos se están mejorando.
Desde aquella Copa Airlines de hace 19 años a la de hoy, ¿qué cambió?
Es otra empresa. Lo que no cambió es la visión. Copa tiene una visión, bien clara que explica su negocio. Esa visión es: “queremos ser la aerolínea líder en Latinoamérica, y la conexión preferida a través de Panamá, conectando Norte, Sur, Centroamérica y Caribe”. Es lo que hacemos. Alguna vez nos preguntan ¿cuándo vamos a volar a Madrid? y nuestro CEO responde “el día que modifiquemos la visión”. Y el hecho de que la visión no haya cambiado, hace que tengamos muy claro nuestro norte. Y hay muchas oportunidades de crecimiento.
Digo que somos otra empresa porque mejoramos la flota; somos más puntuales que antes, aunque seguimos siendo la más puntual de América pero siempre nos esforzamos más; la mejora continua es un valor en Copa que siempre se trabaja para ser los mejores en lo que hacemos. Y sobre todo, hemos crecido en rutas: si miro el mapa de hace 19 años, o 12 años cuando yo entré a la compañía, la cantidad de destinos hoy es el doble. Y en cuanto a Argentina, antes volábamos a Buenos Aires solamente y hoy a cuatro ciudades con varios vuelos al día.
¿El aeropuerto de Panamá también creció?
Sí. Hace un par de años se inauguró el muelle Norte, un satélite de la terminal actual y a fin de año se inaugura la Terminal Sur. Es un edificio totalmente nuevo, con un diseño bien moderno y nos amplía la oportunidad de operaciones. Para poder seguir creciendo requeríamos un aeropuerto más eficiente. Recordemos que sólo Copa vuela a 78 destinos y las otras compañías totalizan más de 90 destinos desde la ciudad de Panamá al mundo.
¿Qué oportunidades les brinda Argentina?
Tenemos posibilidades de seguir creciendo, y estamos evaluando oportunidades, pero eso depende de que se vuelva a ampliar el acuerdo bilateral entre la Argentina y Panamá. Todo lo que está disponible está volándose. Confiamos en que el gobierno argentino va a reconocer el compromiso de Copa, que ya se está cumpliendo; el beneficio económico y la generación de empleos que producen los vuelos, como para que vean con buenos ojos esa ampliación.
El modelo de negocios nos permite tener más operaciones desde Argentina, y el mercado todavía tiene la necesidad de más conectividad. Existe una oportunidad de crecer en frecuencias en Buenos Aires y estamos analizando para agregar frecuencias a alguna ciudad que ya volemos, y ¿porqué no? pensar en el norte de Argentina.
¿El precio del petróleo está empezando a incidir nuevamente en los costos?
El combustible viene subiendo en los últimos meses y en la línea de costos es el mayor. Después de eso vienen los GDS y el personal. Pero obviamente el combustible es el primero sobre el cual no tenés mucho control. Influye, y por eso Copa mantiene una disciplina muy rigurosa en cuanto al control de costos. Y eso hace que hayamos estado entre las aerolíneas más rentables en los mejores momentos del petróleo, y en los peores también.
¿Qué imaginás para el futuro de la aviación aerocomercial en la región?
Si lo miro como Argentina, creo y deseo que se siga consolidando la revolución de los aviones. Pero que el argentino pueda seguir conectándose con el mundo de la mejor manera. Que la gente del interior si está en Neuquén y quiere ir a Salta no tenga que pasar por Buenos Aires. Y creo que eso va a pasar. Cada vez más vemos la descentralización de las rutas aéreas donde ya no pasan por ciudades principales, sino que se empieza a ver cada vez más conectividad entre ciudades secundarias de los países. Por otro lado, creo que se fue dando una consolidación de los grupos aéreos, y todavía hay espacio para que eso suceda. Pero no mucho más. Hoy hay grandes grupos de aviación tanto en Europa como en América.
Tuvimos hace poco un serio inconveniente en la región cuando el gobierno venezolano cortó relaciones comerciales con empresas y con el gobierno panameño lo que nos impidió seguir volando a Venezuela, pero afortunadamente hace ya unas semanas nos pudieron autorizar nuevamente y ya republicamos los vuelos a Caracas, Valencia y Maracaibo. De un día para otro los venezolanos expatriados en el resto de América se encontraron sin ese puente que los unía con su país. Por suerte ya se está volviendo a la normalidad.