Sorprendió leer algunos titulares de medios españoles en estos días donde don Díaz Ferrán aceptaba ser culpable de robar 4,4 millones de euros de pasajeros de Marsans que abonaron sus viajes pero no pudieron realizar. Y la sorpresa no viene a cuenta de la “supuesta honradez” del mencionado personaje sino más bien de entender que esta maniobra jurídica, aprovechada hábilmente por sus abogados, deja sin efecto el pedido de más pruebas ya que al reconocer “parte” de los hechos que motivaron la quiebra del grupo Marsans esto le sirvió a la Fiscalía el bajar el pedido de prisión de cuatro a dos años de cárcel.   
Así lo ha dado a conocer su defensa en la vista que este jueves se ha reanudado ante el tribunal, presidido por la magistrada Teresa Palacios, en el procedimiento en el que el Ministerio Público acusa al exjefe de la patronal y al antiguo director general de la compañía de un delito continuado de apropiación indebida y solicita el pago de sendas multas de 12.000 euros, a razón de una cuota diaria de 50 euros durante ocho meses.
Para hacer memoria, al momento de pedir la quiebra de la operadora mayorista el déficit patrimonial era de 271 millones de euros (373 millones si se tienen en cuenta sus filiales), ya que contaba con un pasivo de 552 millones, frente a un activo de 281 millones de euros y con 11.409 acreedores.
También sobre Díaz Ferrán pesa el cargo de fraude tributario con una deuda que asciende a los  43,5 millones de euros por el conjunto de filiales de Viajes Marsans (entre las que se cuentan la red minorista, Viajes Crisol, y Air Comet. 
Y no queda ahí la historia ya que pesa sobre él y su ex socio Antonio Mata la acusación de apropiarse de 453 millones de dólares que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) entregó en 2001 a su compañía, Air Comet, para que los destinara a la “implantación de un plan industrial” en la recién adquirida Aerolíneas Argentinas.

Echando la culpa afuera
En la primera sesión del juicio, Díaz Ferrán culpó a la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) de provocar el hundimiento de Viajes Marsans, de la que era propietario junto al ya fallecido Gonzalo Pascual, al retirarle la licencia para vender billetes de avión en abril de 2010 por los impagos que presentaba la compañía. “Ustedes se cargaron Viajes Marsans”, dijo.
Allí había declarado: “Nunca me he llevado dinero de los clientes de Marsans ni he tenido intención de hacerlo”. Había llegado incluso a atribuir el fraude al ya fallecido fundador de la compañía, Gonzalo Pascual
En su escrito provisional de acusación, el fiscal Daniel Campos defiende que tanto Díaz Ferrán como el último director general de la compañía, Iván Losada, se apropiaron indebidamente de las cantidades entregadas por los clientes para la adquisición de billetes y que los usuarios de Viajes Marsans y sus filiales Tiempo Libre, Rural Tours y Viajes Crisol perdieron las cantidades depositadas por sus reservas de viajes cancelados.

El caso Jaime
En nuestro país algo similar se nos presenta con el caso del ex funcionario Ricardo Jaime, sobre quien rondan en Tribunales más de 20 causas pero fue condenado por un caso menor.
El ex secretario de Transporte de la Nación se declaró culpable en dos causas menores para acordar una pena reducida de un año y medio de prisión en suspenso, lo cual le evitaría ir a la cárcel.
Se trata del expediente por presuntas dádivas, en la que está acusado de recibir coimas, como viajes en aero-taxis, de TBA, empresa que manejaba la concesión de ferrocarriles y que el exfuncionario debía controlar. En la otra causa, también por dádivas, se sospecha que la empresa Terminal de Buenos Aires (TEBA), concesionaria de la Terminal de Ómnibus de Retiro, pagaba el alquiler de su departamento.