No hace mucho tiempo el panorama para el turismo en general, incluyendo la industria de cruceros, la aviación comercial y hasta los medios de transporte terrestres, se debatían ante un futuro incierto ya que los costos del combustible, derivados directamente del precio del barril de petróleo, subían incesantemente dejando en riesgo toda su ganancia futura.   
Una de las medidas más concretas fue el cobro de un “suplemento por combustible” denominado Q, entre las compañías aéreas que variaba según el petróleo aumentaba más y más.  
Otras empresas hicieron compras de combustible por anticipado tratando de cubrirse las espaldas ante los incrementos futuros, acopiando tanto como pudieran para perder lo menos posible. 
Mientras tanto el temor generalizado del mundo de que esos valores se correspondieran a que la oferta de petróleo iba disminuyendo nos planteaba a todos una disyuntiva: ¿cómo consumir menos o qué alternativas de energía podían suplantar al combustible fósil?
Fue cuando comenzamos a ver por las calles los autos híbridos, y hasta los eléctricos, también fue el tiempo en que las aerolíneas comerciales comenzaron a buscar alternativas a su “kerosene aeronáutico” con combustibles vegetales, creándose plantas generadoras hasta en Brasil.  
Y no se quedaron las cosas así, ya que United Airlines comenzó a estudiar la posibilidad de crear una planta de biocombustible para aviones a partir de ¡excremento de animales! Cabe destacar que esta aerolínea se ha mantenido al frente de la inversión en combustibles amigables con el medio ambiente, ya que además han anunciado una inversión de 30 millones de dólares en la empresa Fulcrum BioEnergy, una de las compañías más grandes en desarrollo e investigación de nuevas tecnologías para la creación de biocombustibles.
Pero ¿qué pasó para que el petróleo bajara tanto? ¿Deberían bajar sus precios las aerolíneas, los cruceros y los buses de turismo al bajar el precio de los combustibles que utilizan para alimentar a sus motores? 

Una breve historia
Buscando entender porqué el desplome de los precios del crudo, que bajaron más del 60 por ciento desde junio de 2014 nos encontramos con un artículo del New York Times firmado por Clifford Krauss que se pregunta: ¿Por qué bajó tan rápido el precio del petróleo? y ¿Por qué ahora? Esto es lo que analiza: 
“Son preguntas complicadas pero, en esencia, se puede explicar con el concepto económico de la oferta y demanda. La producción de Estados Unidos casi se duplicó en años recientes, por lo que dejó de importar petróleo, y este ha tenido que ubicarse en otros mercados.
El crudo de Arabia Saudita, Nigeria y Argelia, que antes se vendía en Estados Unidos, tuvo que comenzar a competir de manera repentina en los mercados asiáticos, por lo que sus productores debieron bajar los precios. La producción y exportación en Canadá e Irak aumenta cada año. Incluso los rusos, con todo y sus problemas económicos, han mantenido la extracción de petróleo.
Sin embargo, algunos indicadores señalan que Estados Unidos y otros países productores de petróleo están reduciendo su producción por los recortes en las inversiones de exploración. Pero la reducción en las tasas de producción no se ha dado con suficiente rapidez, pues aumenta con la producción de nuevos proyectos en aguas profundas del Golfo de México y Canadá.
Del lado de la demanda, las economías europeas y los países en desarrollo son débiles y los vehículos utilizan sus combustibles cada vez con mayor eficiencia, así que la demanda se ha rezagado un poco”. 
Durante el año pasado los precios se recuperaron en varias ocasiones, pero el barril de petróleo se derrumbó este 2016 a su nivel más bajo desde 2004. Los ejecutivos piensan que pasarán varios años antes de que el precio regrese a los 90 o 100 dólares por barril, la norma general durante la década anterior.

Los que más pierden
Para empezar, los países y estados productores de petróleo: Venezuela, Irán, Nigeria, Ecuador, Brasil y Rusia son unos cuantos de los estados que sufren turbulencias económicas, e incluso políticas. Es probable que los estados del Golfo Pérsico inviertan menos en el extranjero y tal vez recorten la ayuda que dan a países como Egipto. En Estados Unidos, Alaska, Dakota del Norte, Texas, Oklahoma y Louisiana enfrentan retos económicos
Sin ir más lejos los petroleros de Chubut están embarcados en una lucha por sostener sus puestos de trabajo ante la paralización general de la producción en la cuenca del Golfo San Jorge, ya que producir un barril de petróleo en la provincia de la Patagonia cuesta más de 54 dólares, barril que se debería vender a precios internacionales que apenas superan los 30.
Los más memoriosos tendrán presente el rol que jugó la OPEP en décadas pasadas fijando el precio internacional del petróleo, pero que ahora brilla por su ausencia. 

¿A qué se debe?
Según el artículo de The New York Times “para los analistas un factor en la drástica caída de los precios es la renuencia de la OPEP para intervenir y estabilizar los mercados, pues la opinión generalizada es que hay exceso de oferta.
Irán, Venezuela, Ecuador y Argelia han ejercido presión para que el grupo recorte la producción y estabilice los precios, pero Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y otros aliados del Golfo se niegan a tomar esa medida. Además, Irak extrae más y se espera que Irán vuelva a convertirse en un exportador importante gracias al reciente acuerdo nuclear.
Los funcionarios de Arabia Saudita han declarado que si recortan la producción y los precios suben perderán participación en el mercado, y lo único que lograrán es beneficiar a sus competidores. Afirman estar dispuestos a dejar que los precios del petróleo bajen mucho más, pero algunos analistas piensan que solo quieren aparentar dicha indiferencia.
Si los precios se mantienen bajos durante un año más, por lo menos, el Rey Salman podría tener dificultades para persuadir a otros miembros de la OPEP a mantenerse firmes ante las tensiones financieras. El Fondo Monetario Internacional calcula que Arabia Saudita y sus aliados del Golfo Pérsico perderán más de 300 mil millones de dólares en utilidades este año”.

Pero los pasajes de avión no bajan
Mientras el precio del combustible de aviones ha caído 70 por ciento desde principios de 2014 en Nueva York, las tarifas por asiento no han reportado ningún cambio, pero una reducción en costos no necesariamente significa una baja en el precio al que se ofrece los servicios.
Los consumidores han tenido cierto beneficio del menor costo del combustible de aviones en más de 12 años, pero no en la misma medida que las compañías. Si bien los viajeros pagan menos en promedio por los traslados, las tarifas básicas -los precios asignados a cada asiento- no experimentaron grandes cambios desde 2014, según Rick Seaney, máximo responsable de la compañía de análisis FareCompare.com.
Una razón por la cual no bajaron más es que el derrumbe de los precios del petróleo no ha desencadenado una fuerte desaceleración económica, lo que reduciría la demanda. Las líneas aéreas también aprovechan los costos más bajos para pagar dividendos, recomprar acciones, reducir o refinanciar deuda y sumar capacidad.
Según un artículo del diario especializado El Financiero de México, “el sector dio a conocer pérdidas totales de 58 mil millones de dólares en los nueve años hasta 2009, de modo que “haremos todo lo posible por ganar dinero en estos buenos tiempos, ya que no se sabe qué puede pasar”, dijo Britton, que se desempeñó en American como director gerente y asesor del presidente.
Delta Air Lines, United Continental y Southwest Airlines dieron a conocer ganancias ajustadas récord en 2015 y pagaron un total de 7600 millones de dólares menos por combustible, que históricamente representa alrededor de un tercio de los costos operativos del sector. Las compañías dijeron que habrían ahorrado más de no haber sido por contratos que fijaban algunos precios a niveles superiores a los del mercado. American, la aerolínea más grande del mundo, dará a conocer sus resultados anuales el 29 de enero.
United, Delta y Southwest estiman que gastarán en conjunto unos 6400 millones de dólares menos en combustible este año, mientras que Hunter Keay, un analista de Wolfe Research en Nueva York, pronostica que una parte mayor de esos ahorros se trasladará a los pasajeros.
“Estimo que las aerolíneas se quedarán sólo con el 31 por ciento de los menores precios del combustible en 2016”, menos que el 50 por ciento del año pasado, dijo Keay. “El resto se trasladará a los consumidores con precios más bajos de los pasajes o a sindicatos de pilotos” que buscan un incremento salarial. Los costos laborales compiten con el combustible como mayor gasto del sector”. 

Reconvirtiéndose
Arabia Saudita, gran productora de petróleo, está analizando su futuro económico ya que si los precios siguen bajando en el mundo deberán reconvertirse o perder mucho dinero y el sustento de su economía.
Entre sus alternativas se encuentra el desarrollo del turismo religioso. El reino Saudí ha estado diversificando su economía en la década pasada pero la abrupta caída de los precios de este 2016 los obliga a acelerar los tiempos de cambio. Especialmente deberán enfocarse en aquellos sectores que puedan hacer la mayor contribución en términos de creación de puestos de trabajo, diversificación económica y localización de productos y contenidos. 
No hay que olvidarse que el gran crecimiento experimentado por Dubai y Qatar, también países ricos en petróleo, se ha debido a su apuesta por el sector turístico desde hace más de una década logrando ubicarse entre los principales destinos del mundo con dos aerolíneas comerciales fuertes como Emirates Airline y Qatar Airways respectivamente. 
Tanto es así que en el 2022 Qatar será sede del Mundial de Fútbol.