En un mercado que a nivel mundial tiene un crecimiento sostenido, las oportunidades de negocios en el rubro turístico siguen apareciendo. Y en ese contexto, el turismo de espanto y de actividades paranormales se está transformando en un segmento que se expande en todo el mundo, y la Argentina no es la excepción.
Si bien en la Argentina las actividades turísticas relacionadas con este tipo de viajes es incipiente ya hay varios emprendimientos vinculados con el “turismo de terror”.

Algunas opciones
“Misteriosa Buenos Aires” es un paseo turístico en bus que cuenta con el audio de la narradora Alejandra Parets. Durante el recorrido se cuentan historias de crímenes y leyendas urbanas. La versión Uno recorre barrios de zona sur de la Capital Federal, como Montserrat, Constitución, Parque de los Patricios, Barracas, San Telmo y San Nicolás. El segundo circuito incluye a los barrios de zona norte como Balvanera, Retiro, Recoleta, Palermo, Colegiales y el cementerio de Chacarita. El tercer tour incluye el centro y el Cementerio de la Recoleta.
El precio promedio es de $55 por persona.
En el interior del país también hay lugar para el turismo del espanto. En la actualidad, se organizan excursiones a las ruinas del Gran Hotel Viena, en la costa de la laguna de Mar Chiquita (Córdoba). Allí se realizan visitas diarias de noche para conocer la historia del hotel que comenzó a construirse en 1941 y que fue financiado enteramente por Máximo Pahlke, un inmigrante de origen alemán que llegó a la Argentina a principios del siglo XX.
También en Córdoba, en la localidad de La Falda, se levanta el abandonado Hotel Edén. Allí también hay excursiones en las que se narran historias vinculadas con los nazis llegados a la Argentina en la década del ’40.<br