Crece el merchandising y hay expectativa por el turismo jesuita
Como todo megaevento, la elección de un papa porteño y jesuita supone para algunos nuevas chances de ganarse la vida.
Mientras llegan turistas y periodistas de todo el mundo para ver y escribir sobre Francisco, hay expectativas de que se recree el circuito turístico jesuita, con el triángulo Misiones-Córdoba-Flores.
Mientras tanto, luego de la asunción de Jorge Bergoglio como papa, las inmediaciones a la Catedral de Buenos Aires han tomado un nuevo significado y se ha convertido en un especie de “Polo del Vaticano” en Argentina.
Desde el jueves, han aparecido nuevos vendedores ambulantes. Y hay de todo: desde remeras del seleccionado argentino, hasta platos con el rostro del nuevo papa. Lo mismo sucede en el espacio virtual, donde en MercadoLibre se ofrecen todo tipo de accesorios con la imagen del hincha de San Lorenzo.
Paul y su novia son de Holanda. “Es una sorpresa que haya sido elegido y estamos muy contentos de estar acá”, dice Paul, mientras saca una foto a una pequeña hoja de papel que está pegada en una puerta, sobre un vidrio en la entrada de la Catedral, y que dice: “Habemus Papam, Francisco I (sic). A quien Dios nuestro Señor conserve por muchos años, lo haga feliz en la tierra y lo bendiga siempre”.
Los turistas tuvieron que quedarse con esta imagen casera, ya que en la Santería del templo, aún no hay estampita oficial . “Desde el jueves nos vienen a pedir imágenes, cadenitas, todo de Bergoglio pero llegan el martes. Ojalá, porque ya no sabemos qué decirle a la gente ante tanto pedido”, dice la empleada. ¿Precio estimado? Aún no está definido.
Afuera, el mercado de los vendedores ambulantes se hace notar. Marcelo vende almanaques a $ 10, con la figura de Francisco. “Sí, se venden pero más que nada a los turistas. De algo hay que vivir” dice . Otro vendedor ambulante ofrece posters a $ 15. “Vendo cuarenta por día”, explica el hombre que hasta la semana pasada su mercadería eran sólo medallitas y rosarios. Ayer aparecieron los prendedores que cuestan $ 20 y los hay de todos los motivos: Bergoglio solo, saludando y hasta con la remera de San Lorenzo.
Fuente: Perfil