Hasta no hace mucho tiempo, pensar en sentarse a comer un rico plato en una de las favelas de Río de Janeiro era algo absolutamente impensado. Ni siquiera uno se imaginaba en pasar por las zonas periféricas. Durante décadas, estos barrios humildes de la Ciudad Maravillosa eran auténticos campos de batalla, donde los narcotraficantes y demás delincuentes gobernaban y dirigían todo lo que sucedía allí.
Afortunadamente, la actualidad marca otros tiempos. Después de lograr pacificar a la mayoría de las favelas, éstas se fueron integrando poco a poco al circuito turístico de la ciudad carioca. De la mano de la actividad gastronómica, los vecinos vieron una buena posibilidad para ganarse la vida de otra manera, lejos de la violencia de años anteriores.

Restaurantes acogedores
Puede resultar raro, aunque la idea de cenar en una favela va tomando más fuerza y cada vez más turistas se animan a esta aventurera experiencia.
Por estos días, surgió una guía de gastronomía que promueve restaurantes en las favelas, lejos del circuito tradicional de Río. Este manual le recomienda a los turistas visitar y pasar una velada diferente en las comunidades de Rocinha – la favela más grande y conocida de la ciudad-, Santa Marta, Alemao, Vidigal y Tabajaras. En estos sitios se puede degustar platos abundantes y sabrosos de pescados y crustáceos, o la clásica hamburguesa. Pero ahí no se detiene el boom: en los barrios de Tavares Bastos y Cantaglio abrieron locales pequeños donde además pasan música, pero no la típica samba. Aquí se escucha jazz, para atraer a los ciudadanos con más recursos.
Por otro lado, la pacificación atrae a los negocios inmobiliarios, que ya estudiaron la posibilidad de transformar estos terrenos en barrios residenciales y en sets de filmación que apuntañem la industria del cine.

Una lucha de siempre
Cabe destacar, que el plan integral de pacificación de las favelas continúa. Ya lograron pacificar a 30, pero la meta es llegar a 40 para el año próximo. La Unidad de Pacificación Permanente (UPP) y los agentes especiales de policía del BOPE vigilan a toda hora los movimientos en los barrios. De todas formas, aún resta mucho camino.De hecho, el tráfico de drogas sigue siendo muy importante, y el Comando Vermelho, el Terceiro Comando y los Amigos dos Amigos, las bandas que controlan este flagelo