"La pandemia nos desafía a acelerar un proceso de cambio"
Fernando Gorbarán, presidente de AOCA, habló con Mensajero en "Charlas de turismo". Dijo que el MICE debe reconciliarse con la tecnología y reinventarse a sí mismo.
¿Cómo están viviendo toda esta situación desde el segmento corporativo?
-Fue un proceso en el que primero tuvimos una pequeña esperanza de que el coronavirus llegue tarde a Argentina, pero de pronto nos chocamos con la realidad y en marzo nos hicieron parar. Después se empezó a dar una catarata de cancelaciones y una necesidad de reprogramar los grandes eventos que esperaba el país. Ahí hubo una buena noticia y fue que en la mayoría de los casos se habló de posponer y cambiar fecha y no de cancelar. Esa fue la primera foto del arranque de la pandemia.
¿Cuánto tiempo más pueden resistir las empresas vinculadas al turismo de reuniones con este nivel tan alto de restricciones a los viajes?
-En la medida en que siga existiendo el apoyo del Estado, el sector podrá surfear este tsunami y pensar en el día en que volvamos a esta nueva normalidad de la que se habla. Acá tenemos pymes muy pequeñas con capacidad financiera prácticamente nula que dependen puramente del apoyo estatal. Hay otras compañías que pueden recurrir a otras formas de financiamiento, pero no es la gran mayoría. No hay negocio en el mundo que resista sin facturación, y esto es algo nunca visto. Nadie tiene previsto un escenario en el que no puedas llevar adelante tu actividad.
Desde el 11 de marzo, cuando empezaron a hablar desde la Cámara Argentina de Turismo con el ministro Lammens sobre una serie de medidas a implementar para las empresas del rubro, ¿cuánto se avanzó y qué falta aún conseguir?
-Yo creo que no se logró transmitir bien a todos los sectores del turismo la importancia que tuvo la reunión con Alberto Fernández. Ese encuentro marcó un antes y un después porque encontramos una predisposición al diálogo y un entendimiento. El presidente los instruyó a los ministros Kulfas y Lammens a atender la particularidad de la dinámica del turismo, entendiendo que las medidas pensadas hasta ese momento no eran suficientes. Para nosotros lo fundamental es que estas disposiciones se puedan mantener en el tiempo. Nuestro problema es cuándo la actividad volverá a una cierta normalidad. Mientras tengamos ese acompañamiento del Estado vamos a estar bien. Pueden haber quedado en el tintero dos o tres cosas de una lista original de 15 puntos, pero los temas de financiamiento, diferimiento impositivo y apoyo para pago de salarios salieron y día a día recibimos comunicaciones en el Boletín Oficial. Nos pasó de tener empresas que no pudieron acceder a los beneficios y logramos corregirlo con diferentes presentaciones. Se generó un muy buen espacio de diálogo. Hay muchos temas muy preocupantes para adelante, pero lo importantes es que exista un lugar para plantearlos. El ministro Lammens dijo que el apoyo del Estado está pensado hasta el mes de octubre. Hay que ir con calma, y de esa forma podremos ir transitando estos meses.
¿Ven una luz al final del túnel? ¿Creen que podrá haber algún evento presencial antes de fin de año?
-Tenemos una expectativa de que algún nivel de actividad habrá entre octubre y diciembre, con distanciamiento social y medidas de seguridad. Debemos hacer un trabajo muy serio para garantizarle al participante que los eventos se desarrollarán con todas las normas de seguridad e higiene, y con las recomendaciones locales y de la OMS. Aspiramos a eso. El resto ya está todo reprogramado para 2021.
¿Creen que pueden ser el primer sector del turismo en retomar parcialmente su actividad una vez que se levanten las restricciones?
-Tenemos algunas ventajas objetivas que pueden ayudar al Estado a tomar una decisión. Hay buenas noticias que vienen de China y Alemania, en donde se habilitaron las exposiciones y eventos con el enfoque de no considerar a los encuentros B2B (business to business) como iguales a un acontecimiento masivo, ya que se desarrollan en lugares amplios y nuestros asistentes siempre se registran, así que podríamos llegar a trackear con quienes estuvo en contacto cada participante. Estos son todos elementos que nos desafían. Seguramente los registros a partir de ahora serán online, probablemente tengamos que respetar el distanciamiento social y utilizar un sistema de medición de temperatura. Viviremos en un mundo distinto, en el que claramente habrá empresas o visitantes que no se van animar a viajar. Hay que tener eso en claro. No vamos a lograr que todos viajen de la misma manera en que se hacía antes. Por eso tenemos que preparar nuestra oferta para llegar a una mayor audiencia. En ese marco es que se habla de los eventos híbridos y de combinar lo que suceda en el espacio físico con lo virtual y las redes. En eso está trabajando la industria hoy en día.
Para graficar la importancia que tiene el MICE en el desarrollo de los destinos vale la pena citar el Proyecto Iceberg, que presentaron el año pasado en Expoeventos y que explica que el aporte del segmento corporativo va más allá de lo estrictamente económico.
-En el ánimo de darle visibilidad al sector, convertimos nuestro mensaje en algo muy turístico. El Proyecto Iceberg busca eso: visibilizar todo lo que está por debajo de la superficie. Días antes de la pandemia tuvimos una muy buena reunión sobre eso con el secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale. Hablamos acerca de cómo los eventos dinamizan las economías. Hoy el empresario pyme utiliza la plataforma de la feria para conectar con sus clientes. En Argentina, la mayoría de las ferias tienen un perfil internacional, con compradores de la región que llegan a buscar productos, así que para las empresas son una excelente herramienta. Industria se había comprometido a apoyar las rondas de negocios, copiando el modelo de Brasil. Eso es una parte, pero después está el conocimiento. Cada vez que se realiza un evento, el know-how se queda en el lugar. Es decís, traés la foto de lo último de una industria a un destino, y eso permanece. Esa pata es muy importante porque hace que mejore la calidad de nuestros profesionales.
¿Cómo es el turismo de reuniones que se viene en la era post coronavirus?
-La pandemia nos desafía a acelerar un proceso de cambio. La esencia de nuestro negocio no cambiará, seguirá siendo el encontrarse frente a frente. Lo que sí ocurrirá es se desarrollarán más rápidamente los procesos de digitalización y automatización. La virtualidad no es la solución al encuentro físico, pero sí será una herramienta que nos puede ayudar a enviar un mensaje a más gente. Somos una de las pocas industrias que tienen la posibilidad de reinventarse a sí mismas. Somos protagonistas de nuestro propio cambio. Hay sectores que no tuvieron esa posibilidad. Eso ocurre porque sigue existiendo la necesidad humana de reunirse. Es a lo que aspira hoy la mayoría de la población mundial.
Sin embargo, aún hay mucha gente del MICE que le tiene desconfianza a la hibridación de los eventos.
-Nos vamos a reconciliar con la tecnología. Las soluciones aún no están, porque lograr hoy que una exposición internacional con 500 o 600 expositores y 40.000 visitantes pueda funcionar en un entorno virtual es muy complejo. Probablemente la parte académica, las capacitaciones y hasta algunos encuentros de matchmaking puedan mutar a una plataforma virtual, pero el resto permanecerá en lo físico. Lejos estoy de tenerle miedo a eso, pero sí tenemos que ser muy rápidos y profesionales para contener a nuestros visitantes.
Todos dicen que el segmento corporativo será fundamental para el despegue económico del turismo en una primera etapa. ¿Por qué?
-Argentina tiene recursos naturales únicos y no hay duda de que la gente buscará eso para sus viajes, pero no les dará volumen económico inmediato a los destinos. Yo coincido con la lectura de que este pasajero corporativo, que gasta hasta dos o cuatro veces más que cualquier otro turista, generará un ingreso de divisas muy necesario para el país. Ahí es dónde estamos viendo la capacidad de recuperación a partir del MICE.
¿Están avanzando en la conformación de protocolos específicos para el MICE?
-Ya hay protocolos a nivel latinoamericano. Nosotros armamos una mesa interdisciplinaria que ya se reunió con la Ciudad de Buenos Aires, con el CFT y también con el Ministerio de Turismo y Deportes para empezar a tener unos documentos más precisos en los próximos días.
¿Cómo es el trabajo con los distintos bureaus de convenciones?
-Ya conformamos desde hace muchos años un gran Equipo País, compuesto por casi 50 destinos que representan 32 bureaus. Eso nos permitió llegar al primer puesto de Latinoamérica en la captación de congresos internacionales según el ranking ICCA. Sin ese trabajo serio no se hubiera logrado y ese es el gran éxito de este fantástico equipo que ya lleva dos años trabajando.
¿Sos de los que creen que en toda crisis hay una oportunidad?
-Más que una oportunidad, hay una necesidad imperiosa de adaptarse porque la pandemia no nos dio tiempo a nada. La oportunidad está dada por la urgencia de acomodarse a la nueva realidad. En este caso, hay un dilema mucho más fuerte que exige que seamos protagonistas.
¿Ya tienen alguna decisión tomada con respecto a Expoeventos?
-Será en el último trimestre del año y si no tendrá que hacerse en 2021. Todavía estamos con el deseo de poder realizarla.
¿Cómo se explica que Argentina haya mantenido el mismo puesto en el Ranking ICCA de 2019, teniendo en cuenta que 2018 fue un año récord en cuanto a calidad y cantidad de eventos realizados en el país?
-Fue tanto el impacto del derrame económico del 2018 en términos de eventos que será un año muy difícil de equiparar. Eso nos dejó una visibilidad, que fue lo que ocurrió en 2019 en congresos internacionales. Sin embargo, cuando tengamos las cifras finales del Observatorio Económico del Turismo de Reuniones veremos que el crecimiento del año pasado se produjo en cantidad, pero que hubo una merma en el número de visitantes producto de la situación de la economía argentina. Estos 11 años consecutivos de Buenos Aires como primera ciudad de Latinoamérica son muy importantes, porque siempre se habló de la necesidad de que la ciudad sea la que le abriera al resto del país la posibilidad de captar eventos. De hecho, en este ranking también creció el número de destinos nacionales. Además, superar a México y Brasil, que son dos tremendos mercados, es el resultado de un trabajo en equipo y de sueños. En 2008, cuando pensamos en este plan de marketing de turismo de reuniones, este era el objetivo más difícil de alcanzar. Se le puso trabajo, pensamiento positivo, una articulación público-privada pocas veces vista y el compromiso de mucha gente. A mí me tocó ser presidente de AOCA en 2008 cuando iniciamos este proceso y ahora soy presidente cuando sucede lo del primer puesto en la región. Me enorgullece en lo personal, pero más me reconforta porque pasaron muchos dirigentes en la asociación, ministros de turismo, mucha gente en el sector y nadie abandonó este proyecto. El verdadero trabajo en equipo paga tarde o temprano. Nos llevó 12 años, pero nunca dijimos que se iba a lograr en dos años.
¿Qué mensaje podrías dejarle a la gente que trabaja directa o indirectamente en el turismo de reuniones, frente a un escenario de tanta incertidumbre?
-Hay un claro compromiso con nuestra gente de parte de todos a los que nos toca conducir organizaciones en este momento. Nosotros no producimos bienes de capital, sino que agregamos valor, creamos y organizamos eventos. El verdadero capital que tenemos son nuestros profesionales y eso es lo que estamos tratando de cuidar hoy. Tenemos que dar ese mensaje. Hay que intentar llegar al otro lado de la orilla. Es doloroso y va a ser largo, pero debemos ser creativos y no perder la esperanza.