Por este año la feria de turismo de habla hispana más importante del mundo ha llegado a su fin. FITUR 2013 terminó y la crisis española no pasó desapercibida en los pabellones de IFEMA.
El recorte presupuestario de las comunidades autónomas, que han bajado su gasto hasta en un 50% con respecto al año anterior, produjo una reducción cercana al 10% en los metros cuadrados contratados, dos pabellones vacíos; y producto de la misma falta de presupuesto un diseño mucho más austero en los stands españoles, famosos por la gran producción que ostentaron históricamente.
Y si bien la República de Congo, Mali y Libia se han incorporado a la lista de los 167 países que se dejan ver en esta edición de la feria, la ausencia de países como Francia, Chile y Siria nos muestran también cómo la crisis económica pegó fuerte en FITUR 2013.
A pesar de ello, el sector dedicado a Latinoamérica se llevó todos los laureles y Argentina, Brasil, Colombia y México entre otros destacaron por la creatividad puesta a disposición de tentar al público español a cruzar el Atlántico en sus próximas vacaciones.
La duda razonable es si el público tentado está en condiciones de afrontar el gasto que estos destinos suponen para sus merecidas vacaciones.
Una apuesta fuerte, producto más de los lazos afectivos que nos unen con la península ibérica, que de la razonabilidad que muestran los números de españoles viajando al nuevo mundo.
El escenario español está lejos del que los sufridos argentinos supimos vivir allá por 2002, pero sus más de 6 millones de personas sin trabajo estable son una realidad inapelable que les ha borrado la sonrisa y el buen carácter que siempre ha distinguido al pueblo hispano.
Como muestra digamos que ni siquiera los asientos para ver el partido Real Madrid contra el Barcelona por la Copa del Rey estaban ocupados en su totalidad! Mucho decir, ¿verdad?
La crisis económica que afecta al viejo continente es una realidad que necesitará años para recuperar su antiguo status, tantos años como para dejar de seguir fantaseando con la llegada de cientos de miles de turistas con sus bolsillos cargados de Euros y comenzar a buscar seriamente nuevos mercados que los reemplacen.

por Manuel Sierra
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