Off the record, un funcionario de la AFIP le comentaba a un periodista de nuestra editorial que la salida de divisas del país a través de las DJAS no está fácil para ninguna empresa de ningún sector, y aseguró que mucho más difícil está si las empresas que las gestionan no cuentan con todos los papeles en orden a la hora de solicitarlas.  

Semanas atrás, en las empresas vinculadas al turismo, se notó un mayor control tributario, hecho que sirvió de argumento para justificar las demoras a la hora de realizar las transferencias por pagos de servicios en el exterior. Sin embargo ese mayor control trajo aparejadas consecuencias sospechables, y fundamentalmente, ocultadas.

Aparentemente la lupa del sabueso de la AFIP, encarada por el reordenamiento de los chequeos del sistema de la Matriz DJAS, encontró ciertas inconsistencias en algunas empresas del sector que les habrían impedido operar con normalidad, retrasando los pagos en el exterior y obligándolas a subsanar el problema observado para poder continuar con el trámite. En algunos casos, esta situación también provocó que los Bancos se vieran obligados a bajar los montos máximos autorizados a transferir a las empresas. 

De ahí, a decir que no se pueden transferir divisas al exterior para efectuar pagos de servicios turísticos con la posibilidad de perjudicar a los pasajeros, existe un trecho muy largo y difícil de desandar.

Como nos contaba el funcionario, no es fácil transferir divisas al exterior, pero es una situación que afecta a todos los sectores, pero que en el caso de las empresas turísticas es justo reconocer que la gestión de FAEVyT ha logrado, entre otras cosas, que sean beneficiadas en los tiempos de respuesta de la propia AFIP a diferencia de otros sectores.

Empresarios y dirigentes del sector expresaron que la situación ya estaría solucionada, aunque nadie se anima a poner las manos en el fuego por aquellos que fueron observados por cuestiones tributarias o previsionales.