Al placer de navegar en barcos de pequeño porte a los que nos tiene acostumbrados Paul Gauguin Cruises, se le suma la llegada de su última adquisición, el Tere Moana, que con sólo 45 cabinas, puede asemejarse más a un yate privado que a un tradicional crucero, pero con todos los servicios y la mejor de las gastronomías.
La nueva joya de la compañía fue totalmente renovada antes de entrar en servicio para adaptarse a los más altos estándares.
Si bien todas sus cabinas son externas, 18 de ellas cuentan con balcón privado. Generosamente amplias, están equipadas con camas King Size, convertibles en dos camas individuales; TV pantalla plana, reproductor de DVDs y CDs; estación para iPod; escritorio y sillón; batas de baño; minibar con gaseosas, agua y cerveza, y amenidades de L’Occitane, lujosa marca francesa en productos de higiene y belleza.

Comer y beber
La oferta gastronómica es una de las áreas donde más se destacan los barcos de Paul Gauguin Cruises, especialmente en su restaurante principal L’Etoile donde se incluyen las creaciones culinarias del chef Jean-Pierre Vigato, propietario del restaurante Apicius de París, que ha sido catalogado con dos estrellas Michelin.  
En el restaurante La Veranda se ofrecen deliciosos desayunos y almuerzos con la posibilidad de hacerlo bajo techo o en su espacio al aire libre; por otro lado Le Salon, es un glamoroso espacio ambientando con piezas de arte tahitiano e iluminado con delicadas lámparas de cristal en cada mesa. El perfecto lugar para disfrutar de un cóctel con música en vivo a cargo de un pianista.

Los destinos
No menos importante que su servicio y vida a bordo, la elección de los recorridos hacen a la experiencia en el Tere Moana un viaje muy distinto, especializándose en destinos de climas cálidos, utilizando puertos adonde los grandes barcos de cruceros no pueden llegar habitualmente. El pasajero puede elegir recorrer el Caribe saliendo y llegando desde la isla de St. Martin o hacer el cruce del Canal de Panamá para llegar a Costa Rica, cruzar el Atlántico para llegar a Portugal o recorrer la Europa Mediterránea, con especial énfasis en la costa croata, visitando también Venecia, Roma, Barcelona y las Islas Griegas.

Servicio superior
La escasa cantidad de pasajeros garantiza una atención personalizada las 24 horas del día. A esto se le agrega la modalidad de Todo Incluido, desde las propinas a las bebidas alcohólicas y las excursiones en tierra.
Si bien el idioma a bordo de los barcos es el inglés y el francés siempre hay miembros de la tripulación que hablan español, e inclusive su capitán ha vivido varios años en Argentina hablándolo perfectamente. Igualmente los shows están pensados para que todos a bordo puedan disfrutarlos sin necesidad de traducciones.
En definitiva un lujo accesible y para recomendar sin temor alguno, ya que seguramente los pasajeros bajarán del Tere Moana diciéndole a todos Maururu (“muchas gracias&rd