Si bien era un paso esperado desde que American Airlines se acogiera al Chapter 11 en noviembre, la situación empeoró a un ritmo vertiginoso cuando la número tres de las aerolíneas estadounidenses no pudo afrontar la drástica subida del precio de los combustibles, el aumento de gastos de personal y las deudas, lo que derivó en un fin de año muy turbulento.
En un hecho transcendental para la historia aerocomercial, las acciones de la compañía aérea cayeron a 34 centavos de dólar, luego de haber arrancado el 2011 en U$S 8 y desde el pasado 5 de enero salió de la Bolsa de Nueva York (NYSE) tras más 72 años.
Sin embargo, aún debe recibir el visto bueno de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos.
¿Porque salió?
El regulador del NYSE determinó que la compañía ya no era apta para ser incluida en el listado de valores y detalló que los títulos afectados por esa decisión son los que cotizan bajo las siglas “AMR”, “AAR” y “AMR16″.
La decisión remite a que las acciones de la matriz no alcanzan los estándares mínimos que establece el NYSE para las compañías que cotizan en la Bolsa de Nueva York, ya que la media del precio de cierre de sus títulos ha sido inferior al dólar durante el último mes. Sin embargo, esperan que sus títulos comiencen a cotizar en los mercados secundarios.
En tanto que, según los documentos presentados al acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas estadounidense, la deuda de AMR aumenta hasta los 29.550 millones de dólares, mientras que sus activos se reducen a los 24.720 millones.

No se rinde
American Airlines es la última gran aerolínea estadounidense que no ha pasado un proceso de insolvencia, y aún hoy sigue operando sin ningún inconveniente.
La aerolínea, alguna vez la mayor de EE.UU. relegada ahora al tercer puesto del sector mientras se fortalecen sus competidoras, recurrió el pasado 29 de noviembre a la suspensión de pagos para reestructurar su abultada deuda, reducir sus costos y tratar de volver a ser competitiva, tal como hicieran Delta y United en su momento.