Una multitud le puso su sello a un Atahualpa colmado de figuras. El evento musical, auspiciado por el Ente de Turismo, congregó a más de 30 mil personas entre las dos lunas y convocó a miles de visitantes, ratificando que Tucumán es una de las provincias con más variantes a la hora de elegir atracciones.  
Las más grandes estrellas del folclore se dieron cita en el escenario Tucu Tucu del club Central Córdoba el pasado fin de semana, con actuaciones superlativas que hicieron vibrar a la multitud, entre la que había muchos turistas de provincias vecinas y también de Córdoba y Buenos Aires. El Ente Autárquico Tucumán Turismo (EATT), consciente de la importancia del evento, estuvo presente auspiciando el evento y aprovechando la gran cantidad de visitantes para difundir las potencialidades de nuestra provincia como destino.
"El Atahualpa ya resulta un clásico en toda la región, ratificando el liderazgo que tiene la provincia también en materia de festivales. No sólo moviliza a los propios tucumanos para disfrutar de una cartelera pocas veces vista, sino también a familias de otras provincias", dijo Bernardo Racedo Aragón, presidente del EATT, quien subrayó el nivel organizativo y el comportamiento de la multitud durante las noches del evento.   
“Fue impactante la trascendencia del festival por ser un evento privado, con muchas figuras y una gran cantidad de jóvenes”; dijo Alejandro Urueña, uno de los organizadores.
El sábado fue la noche de los grandes ídolos. Eduardo Avila y Sergio Galleguillo y Los Amigos, entre otros, iniciaron el camino de una fiesta inolvidable, que empezó a tener su punto máximo cuando Horacio Guarany, con 87 años a cuestas, arrancó su actuación con El Llanto de las Vidalas. Entero, con gran profesionalismo y su infinito carisma, don Horacio transitó lo mejor de su repertorio con su gran conjunto de guitarras y bombos y hasta ensayó una de sus acostumbradas arengas en contra de la explotación de los trabajadores.
 Luego, el Chaqueño Palavecino continuó con la atmósfera festivalera con su gran dominio del escenario y su histrionismo interpretativo y la primera noche se cerró con todo el atractivo y la fuerza juvenil de Abel Pintos, la gran referencia de los jóvenes de hoy.
El domingo se repitió la concurrencia y no le fue en zaga la calidad artística. Hubo un momento muy emotivo, en el homenaje a los Tucu Tucu y la actuación de su ex integrante, Roberto Pérez junto a Coco Martos y el dúo Yuchán.
También Los Huayras pusieron su cuota de calidad, y cuando llegó Soledad Pastorutti, las ovaciones comenzaron a tener efecto multiplicador. El “Tifón” de Arequito, junto a su hermana Natalia brindaron un show lleno de matices, con éxitos históricos como A Don Ata y algunas canciones de la etapa melódica de la cantante.
Coplanacu dejó en claro que su vigencia es perenne y que marcan el punto exacto entre el folclore tradicional y la renovación.
Y la última parte del festival estuvo marcado por la presencia de Jorge Rojas, que con su repertorio logró provocar decenas de miles de suspiros en el nutrido público femenino.
El cierre trajo la juventud, la excelencia y la musicalidad de Los Tekis, que con una actuación memorable le pusieron el digno broche de oro a una edición que se recordará por mucho tiempo, de un Atahualpa que, año tras año, se muestra superador.

Fuente: Ente Tucumán Turismo