Por Camilo Suárez
Presidente de Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés

Concluye un año difícil para nuestro sector. En numerosas oportunidades fue necesario manifestarse en diferentes ámbitos de decisión para buscar caminos capaces de solucionar temas espinosos. Se debieron poner sobre el tapete cuestiones complejas: las diversas formas de competencia desleal que perjudican a nuestros establecimientos y a los consumidores,  el funcionamiento de los restaurantes denominados “a puerta cerrada”, la proliferación de alojamientos turísticos ilegales, la exagerada cantidad de reglamentaciones que afectan el desenvolvimiento comercial,  los inadecuados controles vinculados con la recolección de residuos y la discrecionalidad en diferentes tipos de inspecciones y clausuras. También debimos desenvolvernos con esfuerzo y creatividad ante la insostenible presión fiscal, la caída de la rentabilidad, el incremento de los costos, la imposibilidad de trasladarlos a los precios, y otros peldaños sobrepuestos en una escalera inestable y resbaladiza.
Nuestro país acaba de iniciar una nueva etapa política, con nuevas autoridades, tanto en la Nación como en la Ciudad. El momento es oportuno, entonces, para expresar la necesidad de que se tenga en cuenta que somos empresarios de un sector clave para la economía nacional, que nuestros establecimientos realizan sustantivos aportes al fisco, que conforman uno de los sectores de mayor generación de empleo y crecimiento, y que, sin subsidios ni políticas crediticias convenientes, continúan apostando al crecimiento adecuándose a un mercado cada vez más exigente y que, por su propia naturaleza, invierten y reinvierten en el país.
La Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés, ha continuado con su trabajo permanente en defensa de las actividades que agrupa, de las empresas de sus asociados y de quienes cumpliendo distintas funciones trabajan en ellas para fortalecer cada eslabón de la cadena virtuosa que significa el sector.
Por nuestra parte, siguiendo los propósitos marcados por quienes nos antecedieron en la conducción de la AHRCC, vale reafirmar con énfasis lo inalterable de un compromiso firme y persistente. Estamos aquí, invertimos aquí, trabajamos aquí.
Y porque también es aquí donde aprendimos a dar lo mejor de cada uno para lograr nuestros objetivos, seguiremos esforzándonos desde la esperanza para lograr un futuro mejor, para nuestros establecimientos, para nuestra ciudad, para nuestro país.