Gracias a este hallazgo se pudo saber que los herbívoros de gran porte comenzaron a evolucionar mucho antes de lo que se estimaba.
Con el “Panphagia protos, con una antigüedad estimada en 228 millones de años, se podrá tener más certezas científicas para determinar cómo los pequeños saurios del Triásico pasaron a convertirse en las enormes moles del Cretácico, aquellas que comían varias toneladas de plantas por día.
Hasta ahora, los paleontólogos del mundo creían que el antepasado más antiguo de los gigantes herbívoros, cuyos fósiles se habían encontrado, era el Satrurnalia tupiniquim, hallado en Brasil e investigado en 1999, pero el descubrimiento de Ischigualasto echa por tierra esa presunción.
Este hallazgo es considerado el más importante después de 1991, cuando en el Valle de la Luna encontraron los restos del Eoraptor lunensis, hasta el día de hoy considerado el animal más antiguo de todo el planeta. Con el paso de los años se descubrieron otros fósiles, pero ninguno con la trascendencia científica de Panphagia (que en griego quiere decir come de todo) cuyos fósiles fueron descubiertos en el 2006 y desde entonces especialistas de la Universidad estudiaron la situación y corroboraron las afirmaciones actuales.
El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, felicitó a los paleontólogos Ricardo Martínez y Oscar Alcover y destacó que con ello se arrojó luz sobre el origen de estos animales gigantes, de los cuales se conocía muy poco y se demuestra que las evolución de este tipo de dinosaurios herbívoros comenzó millones de años antes de lo estimado, llevando el origen de este linaje de herbívoros prácticamente al momento mismo en que surgieron los dinosaurios, en algún momento del Triásico Medio, puesto que siempre se creyó que esta radiación había sido posterior, durante el Triásico Superior.
Gioja dijo que se sea orgulloso y contento con el anuncio formulado y señaló que es fruto de un camino que ha trazado la Universidad Nacional de San Juan y Gobierno de San Juan, integrados junto a la comunidad. Apuntó que es un trabajo permanente en un sitio que es Patrimonio de la Humanidad, como lo es Ischigualasto.