Salta honra a su héroe gaucho
En este desfile, no sólo participan gauchos sino también las diferentes fuerzas de seguridad, e instituciones educativas. Miles de personas se hacen presentes este día como una tradición de los salteños, para homenajearlo. El desfile esta presidido por el pretal que llevaba el caballo del General Güemes durante toda la gesta emancipadora, y la Virgen Peregrina a caballo, ubicados en los costados del palco oficial.
El monumento a Güemes en Salta esta ubicado sobre la avenida Uruguay, una de las más importantes del Este de la ciudad. Se trata de una imponente obra de arte que lo recuerda. Güemes está montado sobre un caballo criollo, parado sobre los estribos, vigilando la frontera. Las escalinatas y el pedestal fueron construidos con piedras de cerros vecinos, con frisos alegóricos; en la parte delantera, tiene una palma en la que figuran los nombres de los oficiales que acompañaron al general, encabezados por el coronel Jorge Vidt. En el friso norte, se observan las milicias gauchas; al sur el regimiento de los Infernales, creado por el general Güemes, y detrás, se representa el sacrificio del pueblo, que da todo por la Patria.
Las actividades güemesianas inician con la Marcha de la Traición, el día 7 de Junio que encabeza todos los años el Sr. Gobernador de la Provincia, recorriendo a caballo el camino que transitó el héroe gaucho cuando fue herido de muerte.
El 16 de junio se realiza la “Guardia bajo las Estrellas”, donde el gauchaje se reagrupa como lo hicieron en el año 1821 cuando el general Martín Miguel de Güemes estaba en su lecho de muerte. Hoy, esta guardia no sólo se realiza en el monumento ubicado al pie del cerro San Bernardo, sino también en mismo lugar donde murió, en la Quebrada de la Horqueta, y en localidades de la provincia como Metán y Rosario de la Frontera entre otros.
Con el mismo sentido, se realiza también el 16 de junio la “Serenata al Héroe Gaucho” en la localidad de Vaqueros. Las actividades finalizarán con el festival de La Patria Grande que se realizará el 17 de junio en las adyacencias del Monumento a Güemes, tras el desfile gaucho.
La historia
Ubicada entre Lima - refugio realista - y Buenos Aires - foco de la desobediencia independentista de los criollos (descendientes de españoles que nacieron en América) -, Salta quedó entre dos fuegos y fue la barrera de contención de los españoles que desde el Norte pretendían ingresar a estas tierras. En esta zona del país, quien mejor anticipó los tiempos que se venían fue Martín Miguel de Güemes, iniciado en la carrera militar e hijo de uno de los más importantes ilustrados funcionarios españoles de la Intendencia de Salta. Siguió sus estudios en Buenos Aires, donde participó contra las Invasiones Inglesas. De regreso a Salta, tras la muerte de su padre, el joven fue destinado a la Quebrada de Humahuaca, destino que le permitió extender sus conocimientos del territorio de la intendencia Salta del Tucumán y mostrar su destreza de jinete, y su capacidad de organización y de mando.
En Buenos Aires sabían que el movimiento independentista duraría poco si no se extendía hacia el Norte, puerta natural de ingreso de las tropas españolas acantonadas en Lima (Perú). Güemes había estudiado los principios de la guerra, pero sobre todo conocía el terreno salteño. La primera gran prueba fue la Batalla de Suipacha.
Luego, tras la derrota patriota en Sipe Sipe, en el Alto Perú, San Martín entregó el mando del Ejército al Gral. Güemes en la Posta de Yatasto, hoy Museo Histórico Nacional (ubicado al sur de la Provincia de Salta. Salta rechazó siete invasiones realistas: este fue el mérito de Güemes y sus gauchos que lo acompañaban, por lo que recibieron la Estrella Heráldica Militar. A partir de 1815, desde el cargo de gobernador civil - tenía 30 años - transformó su poder militar en político y, entre otras decisiones, eximió del pago de arriendos y deudas a quienes participaran de las luchas por la Independencia.
En mayo de 1821, el Cabildo de Salta en alianza con el general realista Olañeta, lo depuso al General Güemes. Su presencia y la de 600 lanceros gauchos en la ciudad acabaron con la intentona política. Güemes recuperó el mando y el pueblo lo repuso en el cargo.
La noche del 7 de junio fue emboscado por una partida realista; montado en su moro Güemes enfrentó el piquete enemigo pero fue mortalmente herido y aferrado a su caballo galopó hacia la Quebrada de la Horqueta, donde agonizó hasta su muerte, el 17 de