La comunidad de Purmamarca invita a lugareños y visitantes a unirse el sábado 1º de agosto desde las 10 horas en la Plaza Central; a la manifestación popular que según el Diccionario de Mitos y Leyendas de NAYA, para los Quichuas, Pacha Mama es la Madre tierra. Deidad máxima de los cerreros peruanos, bolivianos, y del noroste Argentino. Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que Mama es madre. La Pacha Mama, es un dios femenino, que produce y engendra.
La Pachamama es la más popular de las creencias mitológicas del ámbito incaico que aún sobrevive con fuerza en algunas regiones de nuestra provincia. La evangelización no logra extirpar la presencia de la Madre Tierra en la vida espiritual de las comunidades aborígenes, ni termina con las manifestaciones rituales campesinas con las que se la venera.
En Jujuy, la gente de la montaña que profesa intensa¬mente la fe católica, continúa venerando a la Pachamama, como siglos atrás lo hacían sus antecesores. Muchas son las ceremo¬nias en su honor: cuando comienza la siembra y la cosecha, en las marcadas y señaladas de la hacienda. Pero el homenaje princi¬pal se observa durante el mes de agosto, especialmente el primer día del mes.
La ceremonia comienza a horas muy tempra¬na, con el sahumerio de la vivienda. Cerca del medio día empie¬zan a llegar los invitados del dueño de casa, entre ellos vecinos, compadres. Luego de los saludos y bienvenidas, com¬parten un almuerzo. Luego de la gran comilona, llega el momen¬to de la esperada ceremonia: se trasladan hasta el centro del patio, donde se procede al cavado de un hoyo, o recavado y se da de comer y de beber a la Madre Tierra , depositando hojas de coca, chicha, alcohol y cigarrillos. Luego se procede al tapado del hoyo, enterrando, en algunos casos, botellas de alcohol y vino; y para completar la ceremonia, los presentes se toman de la mano para expresar el espíritu de hermandad que reina, y en rueda danzan alrededor del hoyo ya tapado, al son de la caja, flauta y la copla.
A partir de mañana, tanto turistas como lugareños, podrán trasladarse a cualquier localidad norteña y aún en la ciudad Capital, para presenciar esta recurrente ceremonia; que se lleva a cabo en cada pueblito y caserío de la Quebrada y Puna, donde los lugareños abren las puertas de sus casas para que todos puedan brindar su ofrenda anual a la Madre Tierra.