Las aves, sin embargo, encuentran alojamiento gratis en el Great Florida Birding and Wildlife Trail, una ruta que se extiende por más de 3200 kilómetros.

Algunos de los mejores hábitats son: J.N. ‘Ding’ Darling National Wildlife Refuge (Sanibel). Pantanos con manglares, marismas, ríos, lagos y bosques donde viven garzas, garcetas, ibis, cigüeñas, espátulas, patos, gorriones, mirlos y aves de costa. Se aconseja pasear en tranvía por Wildlife Drive o en canoa o kayak para adentrarse en los manglares vírgenes. Algo especial es hacer un crucero a la puesta del sol por Tarpon Bay.

Fisheating Creek Wildlife, Management Area (Moore Haven) En los 65 kilómetros del único afluente que fluye libremente al lago Okeechobee, hay pantanos con cipreses y montes que atraen osos negros y panteras, así como a una gran variedad de aves como la grulla trompetera y la grulla canadiense y el halcón tijereta. Ibis, garzas, halcones, lechuzas y el águila americana disfrutan de una Florida donde el tiempo se suspende.

Tomoka State Park (Ormond Beach) Tomoka Marsh Aquatic Preserve es un paraíso para observar más de 160 especies de aves como el tántalo americano, zancudas, gaviotas, somorgujos y el águila americana. Merritt Island National Wildlife Refuge (Titusville) Este majestuoso refugio de 57 mil hectáreas ofrece gran variedad de hábitats y es el lugar favorito de 330 especies de aves. Tal vez se puedan ver hasta charas y un frailecillo silbador, ambas en peligro de extinción.