Mientras que desde los gremios y voces privadas más prominentes del rubro aseguran que los restaurantes que cierran están casi triplicando a los que abren, y que los despidos alcanzan una masividad temible, desde el Ministerio de Trabajo se mostraron escépticos.
 
No vieron muchos cambios
Según el organismo la tasa de despidos en relación al empleo fue durante septiembre del 0,7%, la misma cifra que se registró en el mismo mes de 2013. Por otro lado, en sus datos recabados las suspensiones laborales en el mes nueve afectaron a sólo el 0,5% del total de los empleados registrados.
Además, desde agosto, los trabajadores del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) se extendieron a 45 mil asalariados, cuando antes alcanzaban a 35 mil, lo que implica una suba en la subvención al salario de los trabajadores y a la salud económica de las compañías. Además, la variación del empleo en septiembre frente a agosto fue del 0,1%, y del 0% en la comparación entre el mismo rango temporal entre el 2013 y el 2014.
Por otra parte, en relación a las expectativas de creación de empleo, el 62% de los empresarios encuestados por el Ministerio de Trabajo dijo que esperaba aumentar la dotación neta de personal. Sin embargo, en esta proyección no sólo hay englobadas empresas gastronómicas, sino que también de otros rubros.
“En el último año, pese a la desaceleración del intercambio comercial a nivel mundial y de las economías de una gran cantidad de países, en Argentina se sostuvo el nivel de empleo registrado en las empresas privadas” señaló el informe.

Pequeña retracción
No obstante, la misma publicación reconoció que el empleo en comercio, restaurantes y hoteles sufrió una baja del 0,3% pero, acorde al estudio, es un nivel de despidos “esperable para esta época del año”, englobando a todo el espectro laboral en general, cuya baja alcanzó el 0,7%
La crisis no sólo afecta a los improvisados o recién llegados al negocio: ya está arrastrando a los empresarios tradicionales del sector. Desde el inicio del año, indican que cerraron más de 250 restaurantes, contra sólo 100 aperturas.

Antagónicos
En contrapunto con el pregón oficial, en el sector gastronómico aseguraron que empeoró en los últimos meses, y que septiembre fue el peor mes en varios años.
A esto, la Unión de Trabajadores de Hoteles y Gastronomía (UTHGRA) comunicó que, según sus cálculos, las pérdidas de puestos de trabajo fueron mucho más numerosas dado que, si se añaden los empleos en negro al conteo, sumaron más de 3 mil empleados.
Desde UTHGRA explicaron que históricamente el sector siempre se manejó con un equilibrio entre aperturas y cierres de restaurantes, pero que en lo que va de 2014 sólo en la Capital Federal registraron el cierre de más de 260 restaurantes y bares, contra apenas 100 aperturas.
El mal momento del sector también es confirmado por el gobierno porteño. Según la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad, en el segundo trimestre del año la facturación en pesos de los restaurantes cayó un 4,1%.
Caen los que saben
En el sector además advierten que la crisis de la industria gastronómica tomó un cariz más preocupante en los últimos meses no sólo por la multiplicación del cierre de locales, sino también por el tipo de restaurantes que están bajando las persianas.
Respecto a este tema, Verónica Sánchez, presidente de la Cámara de Restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires, explicó: “La industria gastronómica siempre tuvo muy bajas barreras de entrada, lo que explica que haya muchos locales que abren y cierran al poco tiempo, porque detrás hay gente que no conoce del negocio. Pero lo grave que estamos viendo ahora es que se multiplicaron los cierres de clásicos del rubro, que no se pueden explicar por un tema de falta de conocimiento del mercado”.


Mientras tanto…
Carlos Tomada y su par de Turismo, Enrique Meyer, firmaron un convenio mediante el cual el Ministerio de Trabajo colaborará para desarrollar el turismo rural.
El objetivo es lograr que los agricultores, los protagonistas estratégicos del acuerdo, puedan asumir un doble rol que implique la producción de alimentos, a la par de sus funciones culturales, económicas, sociales y ambientales. El turismo rural constituye una oportunidad para los pequeños productores de diversificar sus actividades productivas tradicionales, complementando y potenciando a la vez otro tipo de actividades frecuentes en el sector social de la economía tales como elaboración de comidas regionales, artesanías y servicios orientados