Misión cumplida
La Presidenta de la Nación creó por decretó la nueva cartera y el Sector recibió la noticia con una ovación. Los antecedentes del proyecto, las internas políticas, la creciente participación económica de la actividad, los cambios que vienen y la legitimidad del ministro Enrique Meyer en la voz de los propios protagonistas.
El rumor ya estaba presente desde hacía algunos días entre las filas legislativas del kirchnerismo, pero la confirmación oficial se hizo esperar y la ansiedad ganaba espacio entre los dirigentes, funcionarios y periodistas que habían sido citados a la Casa Rosada.
Cuando todavía no habían dado las siete de la tarde, la Presidenta Cristina Fernández acomodó los micrófonos, y pronunció las siguientes palabras ante un auditorio colmado: "Los hemos convocado para anunciarles algo vinculado a una de las actividades más importantes de la Argentina y el mundo, y que era un reclamo del sector desde hacía muchísimo tiempo -años diría yo- y que es precisamente la creación del Ministerio de Turismo de la República Argentina".
La mandataria apenas pudo culminar la frase, porque la ovación se extendió por toda la sala y los ecos llegaron a los pasillos cercanos, dejando tras de sí una sensación de misión cumplida.
Consenso ganado
Cuando hace cuatro meses un importante dirigente del sector hotelero gastronómico ponía el tema nuevamente en agenda, en una entrevista con Mensajero, la sensación de algunos colegas era de que se trataba de una expresión de deseo sin demasiado asidero.
Prácticamente una utopía
No obstante, el tema empezó a circular entre los medios, las cámaras empresariales y hasta la comisión de Turismo en Diputados estrenó las sesiones anuales con un proyecto propio.
En paralelo, las cifras récord de viajeros en Argentina durante el primer semestre, pusieron en la vidriera pública a esta industria que, a pesar del desconocimiento del grueso de la ciudadanía, representa el 7,7 por ciento del PBI nacional.
A pesar de las diferencias políticas, generacionales o los resquemores que nunca faltan en el mercado, uno de los puntos sobre el que más consenso había en Turismo era el escaso reconocimiento institucional que recibía la actividad, a pesar de su enorme contribución económica y social (más de 1.200.000 empleos registrados en el 2008).
Finalmente, el anhelo de tantos años se convirtió en realidad el lunes 28 de junio, cuando la Presidenta anunció en el Salón de las Mujeres del Bicentenario la creación, por decreto, del nuevo Ministerio, y a Enrique Meyer como responsable de la flamante cartera.
El elegido
El designado Ministro de Turismo reúne dos características que, juntas, son poco usuales: aunque se sabe que es uno de los funcionarios más allegados a los Kirchner y su ascenso en la función pública es inseparable del camino recorrido por el matrimonio; su labor al frente de la actividad también tiene amplio reconocimiento por parte de las empresas que componen el sector, y tanto los partidarios del actual gobierno, como los opositores, no dudan en afirmar que hoy es la persona indicada para el puesto.
Apenas terminada la conferencia, un Meyer visiblemente emocionado respondió las primeras preguntas como miembro del gabinete:
¿Cuándo se lo comunicó Cristina Fernández?
Hace un par de horas, y es un orgullo para mí poder llevarlo a cabo con todo el empeño de mi parte.
¿Qué diferencia a la Secretaría del Ministerio de Turismo?
Es un posicionamiento para el sector turístico, tanto para las provincias que hacen mucho hincapié en esta actividad como para el sector privado que está generando trabajo para los argentinos y el sector público que también se esmera para darle importancia a esta actividad que está creciendo.
¿Va a tener un presupuesto distinto?
El posicionamiento es lo más importante, temáticas como el presupuesto son batallas diarias que iremos llevando a cabo. De hecho, en prácticamente toda Sudamérica, existen los respectivos Ministerios de Turismo.
¿Va a haber una renovación del equipo de trabajo que existía en la secretaría?
No, seguimos con el mismo equipo.
En buena hora
Durante el anuncio del nuevo ministerio, Cristina Fernández compartió con el auditorio los números más recientes que indican el eficaz sorteo de la crisis económica en la región, y un panorama alentador para el Turismo en los próximos años, ocasión que fue aprovechada por la mandataria para traer a colación nuevamente su máxima de la "Argentina que no será publicada".
Bajo la atenta mirada de Meyer, la Presidenta explicó desde el estrado: “el año pasado, el turismo internacional decayó en el mundo entero un 8 por ciento, mientras en la Argentina aumentó el turismo emisivo el 8 por ciento. Nos va bien a los argentinos y estamos muy contentos de que sea así”, afirmó.
Flashback a 2001
A partir del juramento y asunción efectuada el miércoles 30 de junio en el elegante Salón Blanco de la Casa Rosada, y la publicación del decreto correspondiente en el Boletín Oficial ese mismo día, los argentinos cuentan ahora con 14 Ministerios. Sin embargo, no es la primera vez que se instaura esta cartera específica.
A mediados del año 2001, Hernán Lombardi, actual funcionario del Gobierno porteño como presidente del Ente Turismo Buenos Aires y ministro de Cultura, fue convocado por el entonces presidente argentino, Fernando de la Rúa, para integrar el gabinete que había conformado La Alianza.
En ese entonces, el Poder Ejecutivo había decidido crear un Ministerio de Turismo, que no iba a perdurar en el tiempo dado que la crisis económica y social que se precipitó en el mes de diciembre, y desarmó el andamiaje político que había instrumentado De la Rúa, sentó un precedente importante para la actividad.
Llamado de atención
Durante el discurso de Cristina, tampoco faltó la referencia a los gremios aeronáuticos que habían sido invitados. “Quiero pedirles -dijo la Presidenta- a todos los sectores que tienen que ver con el transporte, que pongamos mucha pila, que cuando nos enojemos por algo le saquemos la lengua al presidente de Aerolíneas Argentinas, o pongámosle cartelitos de: “no me gusta esto, no me gusta lo otro”, pero no paremos el servicio porque hacemos muchísimo daño cada vez que se cancela un vuelo. Esto no significa clausurar la actividad sindical, pero les reitero encontremos modos de reclamo más novedosos.