Con la quiebra de la aerolínea Spanair aún en la retina, y el recuerdo de los casos de Air Madrid (2006) o Air Comet (2010), las agencias de viajes españolas están presionando para la creación de fondos de garantía que respondan ante el cese de operación repentino de una compañía aérea.
Si bien el énfasis está puesto en las agencias de la península Ibérica por haber sido estas empresas arriba mencionadas todas de origen español, el caso es igual allá donde se mire. Sino basta con recordar los que sucedió en Argentina cuando LAPA o Dinar dejaron de volar. Pasajes vendidos, pasajeros fuera y dentro del país tratando de conseguir asientos en otras compañías (ya de por sí saturadas de pasajeros) y reclamos a los operadores y agentes de viajes que simplemente habían sido “intermediarios” entre las compañías aéreas y sus pasajeros.
En los últimos años, los problemas financieros sumados a las malas administraciones se han cobrado varias víctimas del aire, y una serie de quiebras pusieron sobre la mesa la posibilidad de necesidad y urgencia de contar con una póliza de seguro para los consumidores, operadores turísticos y agentes de viaje que terminan siempre pagando los platos rotos de empresarios aventureros que creen que poner un avión en vuelo ya es suficiente para considerarse una “aerolínea seria”.
En un reclamo que no es nuevo tanto de un lado como del otro del Atlántico. La Confederación Española de Agencias de Viajes y Turopeadores (CEAVyT) agudiza el trabajo con  las asociaciones implicadas y los responsables de aseguradoras, persiguiendo el sueño de que los usuarios puedan recuperar el 100% de los servicios aéreos en caso de quiebra de una aerolínea, al tiempo que se facilita su recolocación en otros vuelos.
Con este mecanismo, la Confederación sostiene que se evitarían los conflictos respecto a las exigencias a las agencias de viajes para que devuelvan el importe de las prestaciones pagadas y no usadas.  “Es necesario reforzar los derechos de los pasajeros, paliando su indefensión en casos de desaparición de aerolíneas, el fondo de garantía es la única fórmula de proteger los derechos de los consumidores, no un capricho del sector”, declaraba un dirigente gremial en España, y vaticinó que “si la situación en el mercado aerocomercial sigue así, el caso de Spanair no será el último”.
Cabe destacar que hasta ahora son las agencias de viajes y los operadores quienes deben responder puntualmente ante la IATA por el cierre de las empresas aéreas, mientras que las aerolíneas no cubren garantías con los principales puntos de comercialización de su producto.

Carreteando

En la entidad que nuclea a los agentes de viajes de España tratan de explicar que la garantía que proponen crear “es un fondo que consiste en incrementar un euro el pasaje de avión para evitar que en circunstancias del cese de operaciones de aerolíneas el pasajero se quede desamparado”, explican.
Las agencias ven indispensable la creación de esta fórmula dado que junto al consumidor están indefensos frente a las quiebras de las aerolíneas, y creen que finalmente IATA y el BSP podrían promoverlo y así proteger los derechos del pasajero
Desde hace años se viene solicitando la implantación de un fondo de garantía de pasajeros, que supondría un adicional por cada pasaje emitido, pero que evitaría situaciones como las mencionadas y que ha sido frenada tanto por las aerolíneas como por la propia Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
Cabe destacar que la quiebra de Air Comet les costó a todos los españoles unos 9 millones de euros, pero “si hubiese existido el fondo de protección se hubiera recaudado unos 12 millones de euros por los billetes emitidos”, comentan.
Sin eso son las agencias quienes afrontan las consecuencias del cierre de una aerolínea asumiendo los costos de cancelaciones, como pueden ser las noches de hotel u otros servicios contratados en un paquete turístico.

¿Puntapié inicial o un modelo a seguir?

Una compañía aseguradora especializada en el sector turístico europeo, Intermundial, propuso la comercialización de su propia solución “anti-quiebras”. A partir del 28 de mayo, lanzará al mercado este nuevo producto que en un principio sería totalmente compatible con las pólizas que se le reclaman al Gobierno, según manifestó el fundador y consejero delegado del grupo, Manuel López.
La compañía anunció que el producto podrá ser contratado tanto por el consumidor final como por las aerolíneas, los tour operadores y las agencias minoristas, ya sean tradicionales u online.
Por otra parte, y aunque el límite de cobertura que garantizará la aseguradora en caso de insolvencia de una compañía aérea aún no está cerrado, desde la compañía sostuvieron que éste se situará entre los 10 y  los 20 millones de euros, y el costo por pasajero estará en torno a uno o dos euros.
No obstante, no son todas buenas para la compañía dado que según López, “el principal enemigo de las aseguradoras son las propias empresas turísticas, que esperan a que pase algo para asegurarse y por ello se asumen muchos riesgos”, y sentenció: “Las compañías del sector en España reaccionan sólo cuando hay un  problema”.
En tanto que, si bien las líneas básicas están ya definidas y responden a la “ausencia de una solución de la administración”, aún falta definir el nombre comercial del nuevo seguro, que será un producto revolucionario en la esfera turística.

Reacios
En sintonía con que el fondo de caución que ofrecería la cobertura completa del pasajero lo costeen las compañías aéreas a raíz de un aumento ínfimo en sus tarifas, fueron varias las aerolíneas que ya rechazaron la medida. Con el argumento de que es injusto que empresas con probada solvencia tengan que cubrir un fondo de reserva para que se compense a pasajeros afectados por quiebras, la propuesta parece perder peso.
Desde la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (ACETA) advirtieron que esta medida supondría encarecer el precio del transporte y distorsionaría la competencia, y por ello no la ven viable.
Debido a esto, la contraoferta que se baraja es que la garantía estuviese nutrida únicamente por las aerolíneas cuya tesorería revelase indicios de que a corto plazo podrían tener problemas financieros. Sin embargo, todos sostienen que el principal problema sería establecer los puntos en que se considera una aerolínea solvente, y en qué punto deficitaria.
“Si el fondo es universal, habrá compañías que se nieguen, que no entenderán porqué se mete a todas en el mismo paquete, pero si es local, las aerolíneas que aporten fondos competirán en desventaja”, simplificaron desde IATA, que desde hace varios años tiene en carpeta esta problemática pero no ha otorgado ninguna solución.

En la dulce espera

Sin embargo, y pese a que las agencias de viajes no se rinden por conseguir que se apruebe una ley que fije un fondo de garantía de las aerolíneas para proteger a los viajeros en caso del cese de actividad de una compañía aérea, el sector continúa a la espera de una resolución favorable.

No está exenta
En diálogo con el Presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo, Fabricio Di Giambattista reconoció que “es un tema histórico la preocupación ante la quiebra de una aerolínea y siempre fue prioridad para la Asociación porque con las reglamentaciones actuales no hay quien cuide a los consumidores”. Además, recordó que la Asociación ha presentado proyectos ante IATA, golpeado las puertas de la Secretaría de Transporte en más de una oportunidad y nunca se obtuvieron respuestas favorables.
En lo que respecta esta disyuntiva y su gestión como titular de la AAAVyT, el dirigente adelantó que desde enero están trabajando en una nueva propuesta para conseguir garantías, y en el Congreso de Salta se tratará con los agentes el proyecto para validar y diagramar el plan de acción.
Consultado sobre quien debería costear el fondo, Di Giambattista sostuvo que todas las aerolíneas deberían comprometerse a financiarlo y garantizarle protección al consumidor ante cualquier eventual; y explicó: “En la actualidad no existe una compañía aérea, por más importante que sea, que tenga un ejercicio económico en superávit y por ello ninguna está exenta a participar del fondo”.

Para anotar
Tras un estudio realizado por la responsable de agencias de viajes corporativos Gebta en Europa, el 68% de los viajeros de negocios españoles estaría dispuesto a pagar más para garantizar la repatriación o la devolución del dinero en caso que de que la compañía aérea cese sus operaciones. Sin embargo, en los países vecinos se muestran menos proclives. Sólo un 55% pagaría más; mientras que, un 35% dispone de coberturas o seguro de asistencia en sus viajes de empresa