Miles de argentinos se trasladan hacia los puntos principales turísticos del país en un inusitado auge del turismo interno potenciado por las restricciones fiscales a los viajes al exterior. Una medición en el peaje de la Bahía de San Borombón, sobre la ruta 2 contabilizó un promedio 500 autos por hora, en la primera semana de este mes, con lo que se estima un ingreso cercano a los 200.000 visitantes a Mar del Plata.
La alta temporada veraniega mueve multitudes y San Juan merece estar dentro de los centros convergentes porque posee bellezas naturales de alto impacto y únicas, como Ischigualasto, patrimonio de la humanidad y, además, numerosos atractivos culturales, históricos, ecológicos, el desarrollo agroindustrial y lógicamente el turismo de aventura y los deportes extremos, entre otras alternativas. Pero, además, nuestra provincia ofrece el don de la hospitalidad de su gente que hace del turismo receptivo un imán para mantener la convocatoria y retornar a nuestra tierra a quienes tuvieron aquí una buena experiencia.
Por eso lo importante es ampliar y fortalecer los llamados 'productos turísticos', resultado de una serie de combinaciones de servicios para hacer agradable la estadía del visitante. La buena información y la correcta atención al cliente son factores que dinamizan el turismo sustentable. Y esta oferta debe hacerse tangible a los ojos del consumidor, para lo cual se necesitan elementos claves que van desde la estrategia promocional hasta la verdadera realización de la idea, a fin de mostrar al turista las bondades de lo ofrecido.
Hacer posible esta realización no es una quimera sino el resultado organizado de un núcleo de voluntades que con inteligencia y recursos propios en algunos casos y otros a través de la sponsorización, logran el éxito que posiciona con hechos relevantes con ingresos significativos que promueven la inversión en una industria en crecimiento.
Los imponderables son muchos pero más allá de ellos están las zonas turísticas en expansión por el empuje del sector privado y las obras y los servicios públicos provinciales y municipales que apoyan a este crecimiento significativo con festivales y encuentros sociales de trascendencia nacional e internacional.
El turismo receptivo requiere gran dinamismo y trabajo coordinado entre prestadores y funcionarios, de manera de cubrir los peligrosos baches que suelen presentarse cuando se descuidan detalles que pueden ser determinantes para sostener una buena imagen

Fuente: Diariodecuyo