En el mismo barco
Enrique Meyer se reunió con la ministra Débora Giorgi para impulsar la llegada de cruceros a los puertos argentinos y, en especial, al de Buenos Aires. La reunión mostró la voluntad de la titular de la cartera de Producción por instalar al turismo a la altura de los motores productivos del país.
Cuando las autoridades del Ejecutivo decidieron que la Secretaría de Turismo de la Nación dejaría la órbita presidencial para pasar a formar parte de una nueva estructura ministerial de Producción bajo el mando de Débora Giorgi, se dispararon las opiniones al respecto. Los más incrédulos pensaron que el alejamiento de la órbita presidencial le significaría a la actividad la pérdida de ese contacto fluido que, se creía, ostentaba por su cercanía al despacho de Cristina Fernández. Por su parte, aquellos que siempre reclamaron una estatura de primer nivel para la actividad, vieron que la medida era más que auspiciosa: no sólo Turismo formaría para de un Ministerio, sino que también compartiría un mismo nivel de relevancia con Industria y Agricultura, las dos economías que dirigen los designios de nuestro país, alternativamente, desde los comienzos de la historia política nacional. Se veía materializado así, uno de los reclamos de mayor data por parte de algunos protagonistas de la actividad: reconocer al turismo como una industria, como una economía multiplicadora de ganancias y empleo a nivel nacional, en el marco de un área directamente vinculada a los números del Producto Bruto Interno. Palabras más, palabras menos, la mayoría de los funcionarios se inclinaron por esta última postura. Sin embargo, surgió otra piedra en el camino. El conflicto del campo y su intensificación en los últimos meses, hizo que la Ministra se ocupara de otros asuntos.
Y Débora atendió
Todo indica que el 16 de abril hubo un giro de 180 grados en la conducta de Débora Giorgi. La funcionaria se embarcó en una medida concreta que tiene que ver con la actividad y con una de las modalidades que más tránsito de turistas genera en el país: los cruceros. Estos gigantes suelen atravesar el océano con dólares frescos y turistas ávidos de compras. Y en tiempos donde la crisis acecha cada vez más, un impulso a ese arribo de alta gama, no es para nada despreciable.
Fue así que la ministra de Producción, Débora Giorgi, junto al secretario de Turismo, Enrique Meyer, analizaron con el interventor de la Administración General de Puertos (AGP), Luis Diez, medidas destinadas a impulsar la operatoria de los cruceros que llegan al país y, en particular, la actividad del Puerto de Buenos Aires ligada a estos arribos.
En ese marco, el secretario de Turismo de la Nación, se refirió a las ventajas que, no sólo para la industria del ocio, sino también para otras economías, las medidas pueden acarrear: “Buscamos articular, desde el Estado, una estrategia que nos permita el desarrollo de la industria de cruceros, potenciando la infraestructura del Puerto de Buenos Aires, para que aumente la presencia de estas embarcaciones en los puertos de la Argentina. Esto permitirá, en paralelo, impulsar el consumo de productos argentinos a bordo y sumar personal calificado local”.
Al respecto, este medio dialogó con la presidenta del Instituto Fueguino de Turismo (InFueTur), María Silvia Boutellier. Sin dudas, su opinión es más que autorizada, dado que Ushuaia se ha convertido en el principal puerto de cruceros de la Argentina con un total, durante la última temporada, de casi 400 atraques de buques. “Esto es fundamental; que la Nación junto con las provincias que tienen puertos de cruceros se junten a impulsar algo que es beneficioso para todos, es muy auspicioso. Esto quiere decir que ya no nos veremos enmarcados en esfuerzos aislados e individuales, sino que se está empezando a trabajar en conjunto y esto es realmente para destacar”.
La ministra Giorgi, por su parte, puso de relieve la importancia, tanto de la provisión de vinos, lácteos, carnes de aves, entre otros productos para el catering de los cruceros, así como la de este mercado, que no sólo se debe evaluar por el volumen de venta de los productos locales, sino también por la difusión de Argentina en el mundo. “Se trata de uno de los mejores medios de promoción de las exportaciones argentinas”, dijo en el encuentro con Meyer y Diez.
El apunte de Giorgi estaba directamente vinculado a un largo reclamo de las provincias donde los cruceros echan amarres. Aquella petición referida a abastecer a los barcos en alimentación e insumos, para multiplicar las ganancias de las ciudades portuarias y no depender sólo de los ánimos consumistas de los pasajeros. “Nosotros estamos tratando, con Producción y Turismo, de impulsar este aspecto. En el puerto de Ushuaia la carga es, por lo general, de alimentos no perecederos y a veces hay requerimientos muy específicos que no podemos satisfacer. Estamos analizando este aspecto para ver de qué forma podemos proveer, además de perecederos, alimentos congelados o con algún otro formato para darle más beneficio a otros sectores productivos y la Provincia en general. Yo creo que este es el meollo de la cuestión, que el puerto pueda abastecer al crucero para que realmente se de una utilidad mucho más significativa”, afirmó la presidenta del InFueTur.
Un puerto para cruceros
Entre los temas analizados en la reunión, por iniciativa del titular de la Administración General de Puertos figuró el de las obras prioritarias para incrementar la llegada y de las acciones desplegadas en los últimos tres años que permitieron al puerto de Buenos Aires pasar de recibir 44 cruceros a 145 en la última temporada.
La llegada de cruceros a la Argentina ha crecido significativamente en los últimos años, convirtiéndose en un factor de impulso para el turismo local, ya que el perfil de los visitantes es de alto poder adquisitivo.
Los principales destinos elegidos por estas embarcaciones son las ciudades de Buenos Aires, Ushuaia, Tierra del Fuego, y Puerto Madryn. La temporada de cruceros se inicia cada año en el mes de septiembre y finaliza en abril y, para la última, se dio el notable número de arribos de 145 cruceros al Puerto de Buenos Aires, 396 a Ushuaia y 40 a Puerto Madryn con un total de más de 200.000 pasajeros. Las expectativas indican que la próxima temporada superará a la de 2008/2009.
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