Si bien son muy pocos los actores que lo reconocen, los despidos en la industria turística local se vienen produciendo desde fines de 2008, intensificándose en los primeros meses de 2009. La perspectiva indica que se van a incrementar cuando se empiece a sentir en serio la merma de turistas extranjeros.

Los efectos de la crisis se manifiestan de una u otra forma según el país donde se hagan sentir. Cuando las naciones comparten una región hay, por lo general, puntos en común y características similares. De ahí que las consecuencias de un eventual conflicto se muestren con facetas afines. No obstante, las crisis no son un fenómeno externo que se cierne sobre la humanidad, desvalida y dejada a la buena de Dios. Toda manifestación de carácter económico, político o financiero es producto del accionar de los hombres, de la toma de decisiones equivocadas o irresponsables en su momento, que a largo plazo se pagan, por lo general, en los círculos más desfavorecidos. Es así que esta crisis financiera se está cobrando ya las principales victimas. Los despidos, es decir, el aumento de una masa de desempleados cada vez más voluminosa, es una de las formas que el empresariado local, a semejanza del mundial, encontró para achicar sus gastos y para retraerse cada vez más, por lo menos hasta que cambie el panorama.

Números preocupantes
Según un informe rubricado por un alto dirigente de la actividad, el cual ratifica una brusca caída en el tráfico turístico, “en Argentina se calcula que, ligados directa o indirectamente, el sector aporta 1.700.000, puestos de trabajo”. La cifra es importante y la pregunta que viene a continuación causa escalofríos: ¿Cuántos de estos empleos se perderán?, o mejor dicho, ¿cuántos ya se están perdiendo?
Luego, el informe ahonda en una advertencia: “España, a través de datos del Ministerio de Trabajo, ya dio un alerta: con respecto al 2008, el aumento de desempleados fue de casi 1,2 millones de personas y en cuanto a los sectores afectados, el mayor incremento fue en el de servicios, área de la cual el turismo es uno de los máximos actores”. “El turismo receptivo -continúa el informe-, ha mermado alrededor de un 30 por ciento y las previsiones para la temporada 2009/2010 son peores.
Finalmente, el autor del análisis concluye: “Teniendo en cuenta que la actividad turística da trabajo a 1.700.000 argentinos, la baja en la actividad será de un 30 por ciento y la crisis influye directamente sobre 510.000 puestos de trabajo que se pierden, qué estamos esperando para tratar de revertir esa situación”, se pregunta y continúa: “Es urgente que la actividad privada se siente con los funcionarios de la Nación, de las provincias y de las instancias municipales para buscar las soluciones. La negación de la realidad no nos ayuda; al contrario, profundiza la crisis”.

Un toque de atención
Quizás aprovechando el resurgimiento de la figura de Raúl Alfonsín y los valores que encarna, o porque las elecciones se aproximan y no hay vistas de candidato con chances de victoria, los ex gobernadores de Mendoza junto con el actual mandatario provincial Celso Jaque y el Vicepresidente Julio Cobos se reunieron para dar su visión sobre la crisis. En ese marco, el subsecretario de Financiamiento de Mendoza, Raúl Mercau, refiriéndose a los niveles de empleo, advirtió que el sector del comercio, y el de servicios (turismo, hotelería y gastronomía) son los primeros que sienten el choque recesivo.
Más puntual había sido, en declaraciones a la edición 137 de Mensajero, Walter Rodríguez, secretario de AVIABUE: “Tenemos información de que hay algunos despidos”. En el mismo número, Francisco Valloto, socio Gerente de Viajes Melytour Argentina advertía: “El despido va a existir. En todas las agencias se está estudiando el tema. Eso de que no va a haber gente fuera del mercado laboral es mentira: tiene que haberlos forzosamente”.
Consultado nuevamente por este medio, Rodríguez ratificó sus dichos: “Se escucha que echaron tres personas acá, diez allá, cuatro en otro lado; esto está ocurriendo, no es en forma masiva, pero hay despidos”.

Los dirigentes cautos
Consultados por Mensajero, los dirigentes de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) y la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), coincidieron, sin embargo, en que las empresas aún no han llegado a la instancia de despidos. “Si bien hay rumores, no tenemos registrados despidos”, dijo Juan Mirenna, presidente de la CAT. “Luego de Semana Santa veremos los efectos reales de la crisis, pero el sector profesional y comercial está tratando de llevar adelante diferentes planes para menguar en lo posible los efectos. En todas las actividades industriales del país ya se vienen sucediendo despidos, vamos a tratar de que en el turismo se soslaye lo más posible esta situación, a pesar de que todo se está complicando bastante”, agregó. “Nadie empieza a resolver inconvenientes en la empresa despidiendo gente, el despido llega después de que todos los paliativos anteriores se han agotado”, afirmó Mirenna y auguró: “Espero que, llegados al caso de tener que efectivizar despidos, sean la menor cantidad posible”.
Por su parte, el titular de FEHGRA, Oscar Ghezzi, afirmó -y en esto coincidió con Mirenna- que “la formación de recursos humanos tiene un valor incalculable para la empresa, por lo que siempre procuramos mantener a nuestros empleados. En nuestra actividad no se han producido despidos”. No obstante, reconoció que sí se dieron “en los nuevos inversores, las ‘aves de paso’, aquéllos que vieron la posibilidad y especularon armándose un barcito y ahora tuvieron que salir de la actividad”. Un hecho ocurrido a fines del año pasado en Puerto Iguazú, va contra las afirmaciones de Ghezzi. Allí, en una semana fueron despedidos más de una veintena de trabajadores en hoteles de cuatro y cinco estrellas, mientras que a otros tantos se les redujeron los horarios laborales y hasta las jornadas completas.
Desde la AHT, Ricardo Muiño, director de Desarrollos de Filiales, dijo a Mensajero: “Todavía las empresas no han llegado a esa instancia (de despidos); por supuesto las horas extras se han bajado y se están dando las vacaciones que se tienen que dar, pero por ahora nadie habla ni de suspensión ni de despidos; estamos descomprimiendo por el mal menor”.

Congresos en la curva descendente