Por Antonio Torrejón
Asesor Honorario del Ministerio de Turismo de la Nación.      
    

El Ministerio de Turismo, en la gestión de grandes replanteos de la administración Meyer está reparando olvidos como el del adecuado aprovechamiento del “turismo náutico”, que según lo captado en encuestas realizadas, en el “Salón Nacional del Turismo Náutico de San Fernando (Abril 2012), llevan los nautas varias décadas insistiendo ante las autoridades de turno con argumentos contundentes. Ya que el turismo náutico es un excelente nicho de mercado para mejorar nuestra oferta turística, y la calidad de vida de mucha gente que vive cerca de los ámbitos acuáticos,  y consecuentemente para relanzar la imagen de muchos valiosos rincones, desde los sistemas Fluviales a los Marítimos, generando al mismo tiempo nuevas ofertas, de cara a nuestros competidores.
Las hemerotecas al alcance de nuestros compatriotas, son fieles testigos de nuestra reiteración de tan ventajosas y claras oportunidades, pero han pasado los años y nuestras administraciones no se han involucrado de forma decidida en la potenciación de políticas, recreativo, náutico-turísticas.                                                                                                                             

Nuestros vecinos, Brasil, Uruguay y Chile, han tomado hasta créditos internacionales  para actualizarse competitivamente, ante  la creciente y mensurada demanda.
Nuestros espacios acuáticos cuentan con casi 12 mil kms. De riberas de ríos, lagos y embalses y lo superador sobre el Océano Atlántico con 15 mil kilómetros de costa marítima, camino a la Antártida, además de adecuadas condiciones climáticas durante todo el año, en el Sistema fluvial y de muchos meses en el marítimo que hacen posible que tengamos todos los componentes necesarios para ser uno de los lugares preferentes para la actividad náutica a nivel internacional. Se evidencia, hoy, al haberse dado otras prioridades en las acciones de los Gobiernos, que los indicadores nos sitúan en los vagones de cola para América Latina, en este rubro, aún teniendo casi todo a nuestro favor. Por  ello, el aumento tanto de puntos de amarre, como de instalaciones portuario-deportivas, de allí que nuestra Autoridad Turística, lo ha asumido al tema como un objetivo fundamental y prioritario, dispuesto a mensurarlo, crearle condiciones junto a la Autoridad Mayor de Puertos para el futuro desarrollo  de lo turístico-deportivo.
Con el objeto de que no confundan “la gimnasia con la magnesia”, vamos a darles la definición de lo que es turismo náutico: son las vacaciones activas en contacto con, espacios de ríos, lagos y el mar, que permiten realizar todo tipo de actividades náuticas, subacuáticas y de pesca deportiva en tiempos Libres de los humanos, compartiéndolas con el disfrute de la naturaleza y de la oferta turística y recreativa en el destino.                                             

Negocio rentable
Uno de los datos relevantes que es bueno informar es que las previsiones de un país muy referente en lo turístico de Argentina, como es España, para los próximos diez años crecerá un 44% en el número de amarres, el Mediterráneo un 75%. A todas luces, son insuficientes para tratar de conseguir unas políticas óptimas de desarrollo en este creciente y rentable sector, en el que los turistas realizan los mayores gastos. Esto evidencia que la política de potenciación de puertos deportivos es mínima en nuestro país y que no hay una juiciosa sensibilidad que afronte con rigor este gran nicho de mercado.                                                                                                                                         Queda claro así que, por las reveladoras cifras que aportamos ha llegado el momento de poner toda atención y trabajar intensamente en este apartado en Argentina ya que es esencial poner, también nosotros, acciones como complemento necesario para el buen impulso turístico como el observado en la comunidad Canaria para los próximos años.
La importancia económica de este subsector es manifiesta como indican los índices registrados en Europa: el gasto medio por persona que realiza vacaciones náuticas está en 1.320 euros, y el de un turista normal en 923 euros; hay, como podrá observarse, una considerable diferencia (datos de octubre de 2010). Pero aún hay más: un puesto de trabajo directo aporta 9 empleos indirectos. 100 amarres generan 4,4 puestos de trabajo directos y 39,6 indirectos, 1 euro de negocio directo del puerto genera 4 euros en actividades indirectas, y 100 amarres producen 2,1 millones de euros de impacto económico global sobre el volumen de negocio total generado en un año, según esos mismos índices                                                                                                                                          Por otra parte, y no menos importante desde el punto de vista de la economía, como sostenemos quienes estamos dedicados a la actividad turística, la industria náutica de nuestro país ha crecido y desarrolladlo en forma exponencial, tanto que se fabrican en el país y se exportan, embarcaciones de todo porte para uso deportivo, con una generación de empleos singular y un aporte económico al PBI del país cada día más significativo, como puede verse en las anuales exposiciones de la Industria, realizadas en las inmediaciones de los puertos deportivos de Olivos o el Tigre. Tal industria provee en el país todo lo necesario (excepto por ahora motores marinos) para la navegación  deportiva en todas sus forma y en todas las aguas, desde Kayak y semirrígidos, a cruceros marítimos de alta performance, y navíos a vela o motor. Los que abarrotan las “marinas” del vecino Uruguay el Brasil en el verano o los fines de semana largos, ante la falta en cantidad y calidad, de “puertos deportivos o amarraderos aptos en nuestro país, hecho más que elocuente que avala, aún más, lo antes expresado.