El balance de enero en los destinos turísticos nacionales arrojó resultados disímiles: Córdoba empezó con altos niveles de ocupación, mientras la costa atlántica no logró equilibrar una abultada afluencia con altos niveles de consumo. Los números del primer mes del año son una pista para lo que viene.

Durante los últimos meses del año pasado, las empresas del sector turístico vaticinaban una temporada alta difícil, por los efectos de la crisis económica mundial sobre los niveles de consumo. No obstante, una esperanza instintiva (o más bien la poca disposición a efectuar cambios) hizo que la mayoría de los hoteles y líneas aéreas mantuvieran sus tarifas intocables. Finalmente, el desembarco de la crisis se produjo por colisión.

Un verano atípico
Enero fue un mes paradigmático para la industria turística nacional. El gran ganador fue Córdoba y la costa Atlántica quedó a la retaguardia, en comparación con enero del 2008. Sin embargo, el denominador común fue la disminución del volumen de turistas en todas partes del país. Aunque la merma más notoria fue la de los visitantes extranjeros.
Quienes, en su momento no tomaron lo suficientemente en serio el freno que implicaría la crisis, reaccionaron tarde con los lanzamientos de promociones y malversaron el que siempre fuera el mejor mes del año. Por otro lado, las medidas lanzadas por el gobierno, respecto de las facilidades para costear las vacaciones en cuotas sin interés, o los créditos en las cuentas sueldo para viajar dentro del país, brillaron por su ausencia, ya que prácticamente ningún operador reconoció haber recibido pasajeros que hicieran uso de estos beneficios.
Otro dato relevante fue la salida tardía de los turistas que conforman el mercado interno. Una cantidad importante prefirió esperar que los precios bajaran para hacer su reserva, y como muchas tarifas ya descendieron, se espera una buena temporada media.
Además, predominaron los “turistas golondrina”, que realizaron escapadas de fin de semana, pero no se quedaron más de dos o tres días, y gastando poco.

Descenso previsible
La Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH), un operativo realizado por la Secretaría de Turismo de la Nación y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) para medir el impacto del turismo internacional y del turismo interno sobre el sector hotelero nacional, acaba de arrojar los números oficiales de noviembre del año pasado, que ya daban la pauta del comportamiento que tendría la temporada.
El número de pernoctaciones en establecimientos hoteleros y parahoteleros en noviembre de 2008 descendió 11,2 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior, correspondiendo a los turistas residentes una caída de 5,6 por ciento y a los turistas no residentes, de 23,6 por ciento. No obstante, los pernoctes en la Región Centro evidenciaron un crecimiento interanual de 22,3 por ciento, correspondiendo a los turistas residentes un incremento de 23 por ciento y a los no residentes una suba de 9 por ciento.

Enero fue de Córdoba
Los niveles de ocupación en los centros turísticos de Córdoba oscilaron alrededor del 80 por ciento, según fuentes extraoficiales. Mina Clavero, Santa Rosa de Calamuchita y Villa Carlos Paz tuvieron buena afluencia, pero los números (se calcula que más de 40 mil personas se hospedaron en la provincia mediterránea) no alcanzaron a los del año pasado. Mientras tanto, la ciudad de Mendoza alcanzó un 60 por ciento de ocupación en la segunda quincena de enero.
En lo que va de 2009, ingresaron a Mar del Plata 1.300.000 personas, un número alentador, aún tratándose de la quincena más convocante del año. Sin embargo, el volumen de turistas no se tradujo en altos niveles de consumo. Los pasajeros eligieron este año las opciones más económicas para pasar sus vacaciones, y la baja en la taquilla de los teatros y las sillas vacías de los restaurantes son consecuencias de esta tendencia.

El valor de una lectura anticipada