La preocupación por el alcance de la crisis económica mundial no se queda sólo en la llegada de turistas internacionales a nuestras costas. En el primer mundo se sienten los efectos también en la industria sin chimeneas.
En España, ya se cuentan 1,8 millones de turistas menos y las expectativas en el nivel de reservas no son mejores para la próxima temporada.
En ese sentido, el principal mercado emisor de turistas a España, Reino Unido se vio muy afectado a lo largo de todo el 2008 por la depreciación de la libra en relación  con el euro. Así, el costo de unas vacaciones en España para los británicos se encareció frente a otros destinos del Mediterráneo como Turquía o Egipto. De cara al resto del año, las reservas de turistas británicos en España llega sólo al 35 por ciento de lo previsto.
Algo similar sucede con los turistas alemanes -uno de los tres mercados que más turistas emite hacia España- aunque sus cifras aún no son tan preocupantes como las de sus vecinos ya que la llegada de alemanes se mantuvo gracias a destinos como Baleares y Madrid.
Mientras tanto, el turismo emisivo francés sufrió grandes caídas durante el año pasado por la confluencia de tres factores: mal tiempo en Semana Santa, un aumento en los precios de los combustibles en temporada alta y la recesión que comenzó a sentirse en agosto. Por ejemplo, Cataluña perdió más de un millón de visitantes franceses.