Turismo termal: un segmento que emerge
Representantes de algunos destinos que están posicionándose en el rubro dialogaron con Mensajero sobre su crecimiento y los trabajos para extender la actividad a todo el año.
La pandemia cambió la percepción de los viajeros en relación con el turismo de bienestar, por lo que los destinos termales se ubicaron entre las principales preferencias de los turistas. En ese sentido, algunos sitios comenzaron a desarrollar este segmento basado en la salud, en un contexto en el que los cuidados sanitarios están entre las prioridades de la población mundial.
Cabe mencionar que Buenos Aires, Rosario y Córdoba, según los expertos en la materia, son las ciudades en las que se concentran los mayores grados de estrés, por lo que no es extraño que sean los principales mercados de los destinos termales.
En ese marco, referentes de algunos de los puntos turísticos que recientemente comenzaron a dedicarse a este segmento dialogaron con Mensajero sobre la importancia que cobraron en los últimos años y las acciones llevadas adelante para romper con la estacionalidad.
Punto de partida
Las Termas del Quicho, en Serrezuela, Córdoba, se descubrieron de manera casual en 1987, cuando se hizo una perforación para proveer de agua a la escuela rural Rubén Darío. Renato Raschetti, director de Turismo de la localidad, explicó que recién en 2019, cuando Ricardo Martín asumió la intendencia, se comenzó a dotar al atractivo de infraestructura para que pudiera ser aprovechado.
“Hicimos de una represa, un piletón de aguas termales y, entre otras obras, ampliamos el camping, porque la oferta de alojamiento se centra en la localidad de Serrezuela. El complejo termal tiene esta modalidad para que ese segmento que quiere aguas termales en medio del campo tenga sus servicios básicos satisfechos”, detalló.
Asimismo, en Villa Vil, Catamarca, el proyecto de crear el producto termal nació como una necesidad de puesta en valor del recurso y de generar fuentes de trabajo. El intendente Ramiro Villagra añadió: “Se trató de consolidar un producto turístico que no sólo sirva al municipio, sino también a toda la región oeste de la provincia”.
Por otro lado, Julio Ludueña, dueño de la hostería Termas de Santa Teresita, en La Rioja, se dedica a la construcción hace más de 40 años. Pero, hace un tiempo, recorrió la localidad por cuestiones laborales y vio que el hotel del complejo estaba “muy abandonado”. En ese momento fue que llegó a un acuerdo con los propietarios y se hizo cargo de la concesión.
“Siempre me gustó el área del servicio. Ya lo hacían mi padre y mis hermanos, quien en Santa Fe tienen emprendimientos ligados a la gastronomía, así que este tipo de relaciones las mamé desde muy pequeño”, explicó.
Principales mercados
La mayor cantidad de visitantes que llegan a las Termas del Quicho son provenientes de Córdoba capital y de los valles turísticos cercanos, como Punilla, Traslasierra y Calamuchita. “Acá tienen la oportunidad de contar con un producto turístico en la misma provincia y mucho más cercano que otros destinos. La propuesta en Serrezuela son termas rurales, para el público que busca ese contacto con la naturaleza”, manifestó Raschetti.
Algo similar sucede en Villa Vil, que tiene entre sus mercados más importantes los turistas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe; así como también de otras provincias, aunque en menor escala.
Con respecto a las Termas de Santa Teresita, suelen recibir visitantes provenientes de las mismas tres provincias; mientras que en el plano internacional, los arribos son de Brasil y Chile. “Tenemos que apuntar a ese tipo de público para lograr su llegada. Nos falta mucho en infraestructura, pero vamos en un buen camino", indicó Ludueña.
Una nueva era
En la pospandemia, una etapa en la que el cuidado de la salud ha tomado un nuevo significado y la necesidad de buscar la relajación ha derivado en un cambio en las prioridades de los viajeros, los destinos termales pasaron a ser de los más concurridos por los argentinos.
Así lo manifestó Raschetti, quien detalló que las Termas del Quicho han dado a Serrezuela la posibilidad de crecer: “Se logró generar, en una localidad de menos de 4000 habitantes, 43 puestos de trabajo y pasar de las dos hosterías que había, a nueve. Los destinos emergentes tienen un gran potencial porque la pandemia da la posibilidad de que mucha gente busque alejarse de la masividad”.
Por otra parte, Villagra coincidió en que creció la demanda en las visitas a lugares naturales en las termas, aunque en Villa Vil todavía no evidenciaron ese impacto, dado que en la actualidad están con la obra en ejecución, por lo tanto, no se puede visitar en esos momentos.
Asimismo, las Termas de Santa Teresita tuvieron un aumento del 50 % en la llegada de visitantes con respecto a la prepandemia: “Hubo muchos cambios, la gente ya está muy metida en esa idea que establece que la vida es hoy. No podemos demorar más. Si queremos disfrutar algo, es ahora", sostuvo Ludueña.
Sin barreras
Es cierto que hasta hace algunos años, la actividad en los destinos termales se limitaba al invierno, época en la que, por cuestiones de temperatura, los turistas optaban por sumergirse en las aguas cálidas. Sin embargo, en el último tiempo ha surgido la necesidad de romper con la estacionalidad para que estos atractivos sean aprovechados durante todo el año
En ese sentido, en Termas del Quicho desarrollan otro producto que se complementa con las aguas termales: el astroturismo. “Observar el cielo desde un lugar con nula contaminación lumínica y observarlos desde las mismas termas del Quicho, es realmente un espectáculo que se puede dar durante todo el año”, explicó Raschetti.
Por su parte, en Villa Vil se realizan eventos programados como encuentros de montaña, travesías de cicloturismo, recorridos por el camino textil Huilla Huil. "Queremos que siempre haya movimiento y sirva de ayuda a los emprendedores locales”, aclaró Villagra.