Helechos de 80 años, hormigas carnívoras, orquídeas amarillas terrestres, cactus, jaguares, árboles palo rosa de 400 años, petiribíes adultos, mariposas azules y tapires son algunas de las especies que pueden verse en un safari por la selva misionera que ofrece, como variante a las cataratas, el Parque Nacional Iguazú.

Los turistas, además de visitar las Cataratas del Iguazú, tienen la posibilidad de recorrer -en camionetas 4x4 descapotadas- 12 kilómetros de caminos selváticos en los que durante dos horas pueden apreciar otros aspectos de la naturaleza en todo su esplendor.
Uno de los tres guías del paseo, Mauricio Barbieri, explicó que si bien el lugar está siendo recuperado por las autoridades del Parque Nacional, existen unas 115 especies de plantas foráneas traídas por el hombre con las inmigraciones, que se han adaptado a esta selva pero igual atentan contra la flora y fauna nativas.

Atravesando la selva
El camino que se recorre es la vieja ruta 12 que atravesaba este espacio virgen, que supo ser casi infinito, para llegar hasta las Cataratas a través de un camino de tierra roja ondulante que sube y baja como entre las páginas de un cuento casi fantástico de Horacio Quiroga.
Los turistas tienen la posibilidad de recorrer 12 kilómetros de caminos selváticos en los que pueden apreciar otros aspectos de la naturelaza
Ahora, los espacios verdes de la región trifronteriza están amenazados en su estado natural por el avance de la frontera agrícola y la inclusión de especies extrañas como la sultana, flor nacional de Cuba, o el huveña, árbol originario de China, ambas especies traídas por los inmigrantes.
El caso del huveña es destacable porque fue bien aceptado por las aves y otros animales debido a su fruto pequeño, blando y dulce, que es fácilmente propagable, pero que al crecer y desarrollarse desplaza a otras plantas y árboles nativos por su exuberante frondosidad.
Barbieri explicó que personal de la Administración de Parques Nacionales lo está combatiendo cortando la corteza por la que traslada la savia a su follaje, en toda su circunferencia.
De este modo, en unos seis meses pierde sus hojas y permite que la luz llegue a las plantas vecinas más bajas de manera que les permita su crecimiento y éstas reemplacen los espacios ocupados por el huveña.

Rarezas de la Naturaleza
En esta recorrida didáctica también pueden apreciarse enormes ficus de madera blanda y frutos comestibles por monos durante el día y murciélagos en al noche, ortigas gigantes, orquídeas amarillas terrestres (muy apreciadas por ser de las pocas que crecen en tierra) y helechos de más de 80 años.
Estos últimos resultan extraños, porque fueron depredados por el hombre, ya que sus troncos son muy requeridos para ser utilizados como macetas para orquídeas, explicó el guía a Télam.
Justamente para prevenir su posible extinción, especies como el jaguar, el tapir o el palo rosa fueron declaradas "monumentos naturales", con el objetivo de preservarlas ante los peligros a que son sometidas por la mano del hombre. Por ejemplo, Barbieri explicó respecto del palo rosa, que con su madera se hacen los mejores violines y guitarras.

El jaguar: casi extinto
Sobre la extinción de algunas especies animales, ejemplificó con las águilas arpía y los jaguares, de los cuales se cree que en toda la provincia de Misiones pueden quedar entre 30 y 60, en tanto "50 es el número mínimo de especímenes estimado para que una población animal pueda recuperarse y volver a propagarse".
El guía advirtió que no hay que alarmarse con estos datos porque tienen que ser analizados en un conjunto: para considerar extinguida a una especie tienen que pasar 40 años sin ver ningún animal de la misma, y en el caso de éstos deben pasar 37 años más.
Esta aseveración la hizo con cierto alivio por su preocupación y por los futuros visitantes de la aún fantástica, misteriosa y vigente selva misionera.

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