Envuelta constantemente por los conflictos que atraviesa el país al que pertenece, Tel Aviv se ha transformado con el tiempo en el centro económico, financiero y comercial de Israel.
Mucho más joven que la legendaria Jerusalén, la gran metrópoli está celebrando sus primeros cien años de vida y unas cien mil personas festejaron el inicio oficial de los festejos. Así, las principales avenidas de la Ciudad Blanca amanecieron adornadas con banderas del centenario, guirnaldas de hojas y miles de lamparitas.
Las festividades se iniciaron en sabath, el día sagrado y de recogimiento para la religión judía, lo cual marca las disparidades en un país tan tradicional en sus costumbres: mientras las totalidad de los bares de la ciudad de Jerusalén bajaban sus persianas, para pasar junto a sus familias la jornada sabática, los residentes de la capital comercial del estado se preparaban para un día de música, teatro y baile, con una multitudinaria fiesta central en la céntrica Plaza Rabín.

Una fiesta a todo color
Una destacada lista de artistas famosos participaron en el evento, con enormes pantallas reflejando cada minuto del colorido espectáculo, bandas musicales tocando sobre techos de edificios y un impresionante despliegue de fuegos artificiales.
De acuerdo a lo informado, las autoridades municipales pretenden hacer del aniversario un foco que ilumine la ciudad y la coloque en las rutas del turismo internacional, para lo que han diseñado un programa de festejos que se prolongará durante todo el año.
En declaraciones a la agencia EFE, Ron Huldai, el alcalde de Tel Aviv, resumió su satisfacción: “Cien años después, la visión de los fundadores de nuestra ciudad, que miraron hacia las dunas de arena y vieron el potencial vibrante, se ha realizado. Tel-Aviv Yaffo es una ciudad pujante cuyos 400.000 residentes están orgullosos de llamar su hogar”.
Tel Aviv es la ciudad más heterogénea de Israel, en la que conviven varios mundos muy dispares. Es la ciudad de las más altas torres del país, pero también de los parques más grandes, como el Hayarkon.
Mientras que por un lado es considerada la ciudad más secular de Israel, la más liberal y abierta, por otro, su Rabino Jefe, Israel Meir Lau, declaró que “es una ciudad muy judía, con 545 sinagogas, 200 clases de estudios religiosos diarios y mucho respeto por la tradición”. Lau cuenta además que “en el primer Consejo Municipal, de 31 miembros sólo uno era religioso, pero hoy hay siete”.
En 2003, la Ciudad Blanca de Tel Aviv fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la concentración de edificios