A Rio de Janeiro nunca le hace falta un motivo para festejar. Su espíritu alegre hace que siempre sea un lugar apto para sonreír y pasarla bien. Sin embargo, el pasado sábado 27 de octubre, la ciudad tuvo un acontecimiento para celebrar: el histórico teleférico, o Bondinho para los cariocas, que lleva a los turistas al Pan de Azúcar, cumplió sus primeros 100 años de actividad.
Por supuesto que fue un sábado muy festivo. Desde las 10 de la mañana hasta las 18 se distribuyeron dos mil porciones de pastel para los visitantes que arribaron al complejo turístico. Tampoco faltó el color y la música tan característica del lugar. Miles de turistas, curiosos por la noticia, tampoco quisieron perderse semejante evento.

Noche de gala
Los festejos no se detuvieron en ningún momento. Por eso, a la noche se organizó una cena especial en el emblemático lugar. Allí, acudieron numerosas personalidades conocidas como: Lulu Santos, Léo Jaime, Evandro Mesquita, Julia Lemmertz y Alexandre Borges, Nelson Motta y Vik Muñiz, entre otros. Tampoco faltaron las autoridades. El alcalde Eduardo Paes, el gobernador del Estado de Rio de Janeiro Sérgio Cabral, el presidente del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) Luiz Fernando Almeida, el ministro de Justicia José Eduardo Cardozo, el ministro de Turismo Gastón Vieira y representantes de la Embratur y del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) dijeron persente.
Durante la gala, se inauguró la “Exposición 100 años Bondinho”.
En este sentido, se presentaron proyecciones con imágenes de 1908 a 1912. Éstas fueron divididas entre las cuatro estaciones del punto turístico. En las imágenes se pudo observar los diferentes momentos de la sociedad brasileña y sus transformaciones.
Por otra parte, en el Morro de la Urca, se llevó a cabo otra exposición con paneles sobre eventos y celebridades que visitaron el Bondinho.
Finalmente, la ceremonia concluyó en pleno morro del Pan de Azúcar, con la Cápsula del Tiempo.
Aquí, los visitantes que se acercaron pudieron dejar variados mensajes sobre lo que ellos esperan del futuro.
Un clásico del turismo carioca y de todo Brasil llegó a su primer centenario. Sin embargo, nadie se atrevería a decir que ha pasado de moda. El Bondinho está más vigente que nunca, tanto para los brasileños como para los turistas que lo visitan año a año.