Myanmar se abre turísticamente
La antigua Birmania, tras años de luchas internas por el poder y conflictos armados que esperemos, están dando los últimos coletazos, se abrió al turismo en 2003 después de dar la espalda al mundo bajo el yugo de una dictadura militar. Desde entonces el número de turistas que visitan cada año Myanmar no ha dejado de crecer. Y es que sobran los motivos para dejarse seducir por el país más desconocido y misterioso del Sudeste Asiático.
Cada vez son más los viajeros inquietos que se aventuran a conocer Myanmar y, a riesgo de poneros los dientes largos y masifiquemos entre todos el destino, hoy vamos a descubrir sus mayores atractivos turísticos.
Empezamos nuestro recorrido por Yangón, la capital de Myanmar hasta 2005, año en que fue sustituida por Naipyidó. Sigue siendo la ciudad más grande del país y el punto perfecto para iniciar nuestro viaje.
La primera visita obligada es el complejo budista de Shwedagon, coronado por una preciosa estupa bañada en oro y de 100 metros de altura. Se trata de la pagoda más sagrada de Myanmar, ya que contiene algunas reliquias de Buda. Entre ellas un trozo de tela y ocho cabellos de Siddharta Gautama.
Construida en 1895 por un arquitecto alemán, la Catedral de Santa María ya no es un edificio religioso, hoy en día acoge el instituto Saint Paul. Aun así, sigue siendo sorprendente darse de bruces con edificio de su estilo en un sitio como Yangón.
La ciudad de Kyaikto no tiene ningún atractivo especial de por sí, pero a tan solo 20 kilómetros y en lo alto de la colina podemos encontrar uno de los lugares más curiosos de todo Myanmar, la Roca de Oro. Se trata de una gigantesca roca dorada, coronada por una pequeña pagoda, que da la sensación de estar a punto de echar a rodar colina abajo en cualquier momento, a pesar de lo cual siempre está rodeada de peregrinos. Y es que cuenta la leyenda que la roca se mantiene en equilibrio ¡gracias a unos cabellos de Buda!
Al norte del país, cerca de la ciudad de Mandalay, se encuentra el Lago Taungthaman. Merece la pena visitarlo solo por disfrutar del atardecer cruzando el puente U Bein, el más largo del mundo hecho con teca. Construido aproximadamente en 1850, tiene 1.200 metros de largo.
947 cuevas excavadas en arenisca, allá por el siglo XV, dan lugar al complejo religioso de Hpo Win, que alberga cerca de 2.600 estatuas de Buda. Lástima que, al ser un lugar de peregrinación, los no budistas no puedan acceder a todas ellas. Que este hecho no te eche para atrás, hay pocos lugares como este en todo el mundo.
Después de tanto peregrinar, y aprovechando los 25ºC de media, nada mejor que descansar en alguna de las playas paradisíacas de Myanmar, como las de Thandwe, Myeik o Ngwesaung... Al fin y al cabo estamos en el Sudeste Asiático, ¡y seguro que hay más sitio para estirar la toalla!
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