Todavía no se conoce con exactitud su origen, pero miles de esponjas amarillas aparecieron misteriosamente en las playas de la Costa de Ópalo, a lo largo de 30 kilómetros.

A simple vista, parecen bolas de espuma de poliuretano, pero no lo son, ya que se sienten un poco grasosas al tacto y no tienen un olor específico. No se sabe si son tóxicas.

Se dice que las esponjas amarillas son un producto natural del océano, ya que además de necesitar aire y agua para formarse, también necesita de una molécula aglutinante que se adhiere a la superficie entre el aire y el agua. Estas moléculas pueden provenir de muchas fuentes ocasionadas por el hombre, incluyendo fertilizantes, detergentes y aguas residuales.
 
A pesar de la intriga, a prima facie las autoridades aseguran que no son perjudiciales para el ser humano.