Después de tener una discusión con sus padres, un niño australiano de 12 años le robó la tarjeta de crédito a su madre, reservó un vuelo hasta Bali, viajó hasta la isla y se hospedó en un hotel durante cuatro días.

El joven aseguró al recepcionista que la habitación se encontraba a nombre de su hermana y que ésta todavía no había llegado. Por eso mismo, el trabajador asiático ofreció su habitación a Drew para que esperase a su supuesta hermana.

Una vez instalado, el niño disfrutó cuatro días solo en el destino de playa. Fue su madre la que interpuso una denuncia por la desaparición de su hijo al comprobar que el día que viajó hasta Bali no había acudido al colegio. Cuando descubrió los pagos realizados desde sus cuentas bancarias, viajó hasta la isla de Indonesia para hacer que su hijo volviese a casa.