La crisis de los refugiados afecta el turismo de las islas del Egeo
Las playas de agua cristalina de las islas del Egeo son uno de los principales reclamos para los turistas, pero las llegadas masivas de refugiados a estas costas en los pasados meses están afectando a esta imagen idílica y debilitando el turismo.
Durante meses, las pantallas de televisión de toda Europa han retransmitido las llegadas de lanchas neumáticas cargadas de migrantes, pero también de los cuerpos de aquellos que no sobrevivieron a la travesía.
Aunque desde la puesta en marcha del acuerdo de migración entre la Unión Europea y Turquía las llegadas se han reducido considerablemente, es muy complicado borrar esta imagen del imaginario colectivo.
"El problema es que no podemos convencer a nuestros clientes de que la situación está bajo control. Los europeos oyen 'isla del Egeo' y creen que verán refugiados llegar a la playa. La gente no viene porque entre otras cosas tiene miedo de robos, y a eso han contribuido de forma negativa los medios", explica a Efe Petros Fragudakis, presidente de los hoteleros de Quíos.
Según el presidente de los hoteleros de Lesbos, Periklís Andoniu, las llegadas de vuelos de bajo coste y cruceros se han reducido más de la mitad en comparación con el año pasado.
Todos los hoteles de Mitilene, la capital de la isla, están en funcionamiento, pero la situación en el resto de la isla es bastante peor.
En el norte de la isla las reservas han bajado entre un 70 % y un 80 %, según datos de la asociación de hoteleros de Lesbos.
Tsimi, propietario de una taberna en Mitilene, la capital de Lesbos, cuenta que en esta época del año normalmente ya estarían llegando los turistas para hacer senderismo, pero que este año apenas hay reservas.
Lo único que ha dado vida al puerto de Mitilene es la presencia de funcionarios europeos encargados de gestionar la deportación de refugiados.
La situación humanitaria que han vivido las islas durante estos meses también ha atraído un gran movimiento de voluntarios, trabajadores de organizaciones no gubernamentales y periodistas, que se hospedan allí y consumen durante toda su estancia.
"La Agencia de la ONU para los Refugiados, FRONTEX y demás organismos quieren alquilar edificios con contratos a largo plazo, ya que la crisis de refugiados no terminará en poco tiempo", cuenta Andoniu.
Pero Tsimi señala que, aunque estas noches su taberna está llena, estos visitantes son circunstanciales y, además, un número muy inferior a los turistas que por lo general estarían sentados en su lugar.
Excepcional ha sido también la afluencia este fin de semana que colmó de gente el puerto de Mitilene.
La visita del papa Francisco, del patriarca ecuménico Bartolomé y del arzobispo de Atenas y toda Grecia Jerónimo II atrajo a muchos visitantes a la zona.
"La isla está tan limpia como estuvo Atenas en vísperas de los juegos olímpicos de 2004", explica Andoniu al comentar la operación de acicalado a la que ha sido sometida la capital ante la visita del papa.
Otro de los puntos críticos sobre la industria turística en las islas es la subida del IVA.
Hasta el año pasado las islas griegas gozaban de un régimen insular especial, pero a partir de julio pasará a aplicarse el mismo tipo que en el resto del país, un 23 %, algo que se teme afectará directamente al consumo, y con ello a la hostelería.
"Es psicológico, incluso si nosotros no aumentamos los precios, el cliente considera que lo haremos", cuenta preocupado el presidente de los hoteleros de Lesbos.
"Es el golpe de gracia para el turismo de la isla", afirma Fragudakis, presidente de los hoteleros de Quíos.
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