Que el gobierno del país más poderoso del mundo tenga que cerrar las puertas de sus oficinas estatales, museos y parques nacionales por falta de fondos no es la trama de una película de ciencia ficción sino el resultado directo de la debacle provocada por las desinteligencias entre los dos partidos políticos mayoritarios que han frenado la aprobación del presupuesto nacional provocando lo que se ha dado en llamar el “shutdown”. 
Esta situación se planteó desde el pasado 1 de octubre de 2013 cuando la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas para cerrar un presupuesto dejó inactiva gran parte de la Administración.
Los republicanos se han negado a autorizar un mayor gasto si el presidente, Barack Obama, no retrasa al menos un año la reforma en el sistema de Salud con la implementación del Seguro de Salud Healthcare, para quienes están fuera de cualquier otro seguro médico. Este desacuerdo obligó a realizar el primer cierre parcial del Gobierno en más de 17 de años. De los 2,1 millones de funcionarios federales, unos 800.000 no podrán seguir con su actividad hasta que el Congreso apruebe nuevos fondos. Son aquellos empleados que trabajan en “servicios no esenciales dependientes del estado federal”.
Esos servicios no esenciales comprenden la mayoría de los Parques Nacionales, entre los que se encuentran algunos de los atractivos turísticos más visitados en el país como el Yosemite, Yellowstone, el Gran Cañón del Colorado, al igual que los museos estatales entre los que se encuentra la icónica Estatua de la  Libertad, en Ellis Island, Nueva York, que apenas hace unos meses volvió a abrir después de haber sufrido las consecuencias del paso del Huracán Sandy en octubre del año pasado.  
Si bien  no es la primera vez que esto le ocurre a un gobernante norteamericano, ya que Bill Clinton debió sufrir un “shutdown” durante 26 días, del 14 al 19 de noviembre de 1995y entre el 16 de diciembre y el 7 de enero de 1996 cuando el cierre de los 368 parques nacionales significó 7 millones de visitantes menos y pérdidas totales estimadas en unos US$1.400 millones.
Las consecuencias en el turismo no tienen un correlato inmediato, pero muchos estiman que quienes tenían planeado visitar el país lo pospondrán por lo menos hasta que la situación sea resuelta favorablemente.
Se sabe que las actividades del Departamento de Estado no se paralizarán, mientras que las embajadas y consulados en el extranjero continuarán funcionando, y se seguirán emitiendo visados para viajar a Estados Unidos.

Puertas adentro
Al conocerse la noticia del cierre de los numerosos parques naturales de Estados Unidos, uno de sus grandes atractivos turísticos, así como la incertidumbre que esta situación genera en el viajero, Roger Dow, presidente de la Asociación estadounidense de viajes -ASTA- dijo que esto supone “un daño grave e inmediato en la economía” nacional.
Los 11 parques naturales nacionales y los lugares históricos federales -incluyendo la Estatua de la Libertad- amanecieron cerrados al público el martes, algo que genera en los millones de visitantes y viajeros una “percepción incierta”, apuntó Dow, quien alertó sobre los enormes efectos negativos que ocasionará esta situación, si se prolonga.
Según la agencia EFE un hotelero de Miami (Frank Fuentes, director de ventas de Z Ocean Hotel) dijo que la parálisis “no sólo afectará a los funcionarios públicos, sino a muchos congresos y ferias donde las compañías hacen negocios con el Gobierno y hoy no pueden mantener reuniones ni cerrar acuerdos”. La paralización parcial de la Administración tendrá una repercusión especialmente negativa en mercados más corporativos como el de Nueva York o Washington.
Pero un destino tan tradicional como Miami también puede sufrir las consecuencias ya que el turismo es fundamental para la ciudad del estado de La Florida conformando el 50% o 60% de los ingresos de la ciudad.
“Si esto dura más de dos o tres días, vamos a ver un impacto negativo en menos de una semana” en el sector turístico y de ocio de la ciudad, ya que la “gente va a empezar a recortar sus gastos” en restaurantes y hoteles, alertaron desde Miami.
En declaraciones al Wall Street Journal, Dick Ring, director del National Park Trust Project, manifestó su alarma por el efecto de esta medida, especialmente sobre los Everglades, “en el pico de la temporada”, y el alcance de su ramificación en empresarios y pescadores locales. Al estar cerrados al público tampoco los transportistas o guías de pesca pueden brindar sus servicios al turista.
Los parques naturales nacionales reciben cerca de 280 millones de visitantes al año, los cuales generan unos US$ 20.000 millones a la economía de Estados Unidos.
Las puertas de los parques nacionales sólo permanecen abiertas para los servicios básicos de los bomberos y de seguridad, una paralización que ha afectado también al Zoológico, el Instituto Smithsonian y las bibliotecas presidenciales en la ciudad de Washington. A esto se le suman los negocios como el alquiler de embarcaciones y tiendas contratadas en los parques nacionales que también han colgado el cartel de ‘cerrado’.

Desde afuera
Operadores internacionales han debido cambiar las programaciones de los pasajeros que ya se encontraban en destino y tenían previsto visitar los museos y atracciones que hasta el cierre de esta edición continuaban cerrados. Así algunos de ellos están llevando a los clientes al borde oeste del Gran Cañón, donde hay una zona de gestión privada que se puede visitar, así como se está ofreciendo una noche en Las Vegas a quienes habían contratado el tour terrestre.
En cuanto a los turistas que iban al parque Nacional Yosemite a ver las secuoyas, se les ha propuesto visitar Calavera Grove y la capital californiana, Sacramento, aunque eso signifique hacerse cargo de costos adicionales.

Trenes y aviones sí
La administración estadounidense garantiza la seguridad en el transporte por tren, carretera y avión, por lo tanto los aeropuertos continúan estando operativos, porque entre los servicios básicos que se seguirán prestando se encuentra el control de tráfico aéreo. No obstante, podrían sufrir retrasos porque algunos servicios del aeropuerto están entre los “no esenciales”.
El Departamento de Transporte prescindirá del 33% de los 55.468 empleados; pero permanecerán en sus puestos los controladores de tráfico aéreo, y algunos de los encargados del control de autopistas.



Hasta NASA sufre
Entre las medidas más curiosas puede incluirse el efecto sobre las redes sociales de la NASA. En su cuenta de Twitter (NASA_es), la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, publicó que no tuitearán ni contestarán a tuits durante cierre del gobierno.
El último tuit dice lo siguiente: “Debido al cierre del gobierno, actividades/eventos públicos de NASA han sido cancelados o pospuestos hasta nuevo aviso. Disculpen molestia