En plena turbulencia
La construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México está generando opiniones divididas. ¿Habrá un consenso?
Hay una realidad. El actual Aeropuerto de la Ciudad de México, Benito Juárez, se encuentra colapsado. Según datos brindados desde el Gobierno mexicano, se especifica que ya en 2014, el aeropuerto transportó a 34.3 millones de pasajeros de los cuales, uno de cada tres era de vuelos internacionales. Además, atendió más de 409 mil vuelos entre aterrizajes y despegues de aviones de carga y pasajeros. También transportó 398 mil toneladas de mercancías, de las cuales más del 83 por ciento eran de carga internacional. Estos datos fueron incrementándose por lo que se empezó a pensar en ampliar o el aeropuerto o realizar uno nuevo, como es el caso. “El incremento en transporte de pasajeros y mercancías ha generado que al día de hoy, la capacidad del aeropuerto sea insuficiente. Tener restricciones en la transportación aérea implica un freno para el desarrollo de la Ciudad de México y en general del país”, explican desde la administración que comandado por Enrique Peña Nieto. “Contar con un aeropuerto que mejore la conectividad, tiene un impacto directo en el dinamismo y la expansión del mercado nacional; en el turismo, en la productividad y la eficiencia del sector empresarial; así como en la inversión y en la innovación”, sostienen.
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México será el 2º aeropuerto más grande en construcción a nivel mundial y seis veces más grande que el aeropuerto actual ya que ocupará una superficie de 5 mil hectáreas que están ubicadas al oriente de la Ciudad de México, en los terrenos del Ex-Vaso de Texcoco.
La polémica I
Según investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo, la construcción del nuevo aeropuerto está provocando “la destrucción del equilibrio hidrológico de la cuenca del Valle de México, de los ecosistemas de la región, y del patrimonio cultural”. Esto, traería según afirman, entre otras consecuencias, futuros desastres sísmicos.
“Exigimos que se decrete a la cuenca del Valle de México como Área Natural Protegida (ANP) en su modalidad de Reserva de la Biosfera u otra pertinente, que se designe como Patrimonio Cultural de la Humanidad y que se declaren a las actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas (del bosque) y las artesanías de la región, como actividades estratégicas prioritarias del país, y patrimonio cultural”, dijo Sócrates Silverio Galicia Fuentes, académico de la Universidad, a la vez que solicitan la cancelación de las obras.
“Hay una violación sistemática de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el marco jurídico en materia ambiental y relacionado con la construcción de megaproyectos. En todos los casos se carece de los estudios de impacto ambiental y los procedimientos marcados por las diferentes leyes y cuando las comunidades solicitaron por escrito a las autoridades municipales, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM) e incluso tribunales judiciales la respuesta fue variada, pero en esencia ninguna cumplió con sus atribuciones violentando los derechos de los ciudadanos y la aplicación del marco legal”, afirman.
En contraposición a estos dichos, desde el gobierno aseguran que el ex Lago de Texcoco se secó totalmente en el siglo pasado, y lo que hoy queda son terrenos áridos y con altas concentraciones de sales, que lo convierten en un suelo estéril para el cultivo. Por otro lado, sostienen que este espacio está rodeado de basureros y es utilizado para contener aguas negras cuando llueve mucho. “El Proyecto del Nuevo Aeropuerto rescatará esta zona para convertirla en un espacio con valor ambiental que incluya áreas verdes dignas, lugares de esparcimiento y para la convivencia familiar, así como acciones para preservar las especies animales de la región. Entre las principales acciones, destaca el saneamiento de 9 ríos al oriente del NAICM, lo que brindará mejores condiciones ambientales y de salubridad para la población aledaña; asimismo, se construirán 24 plantas de tratamiento en la región y se atenderá el problema de los malos olores que actualmente prevalecen en la zona”, esgrimen.
“El Nuevo Aeropuerto Internacional de México es el mejor ejemplo de que una obra arquitectónica de vanguardia puede coexistir en perfecta armonía con el medio ambiente.
El proyecto de construcción tiene como finalidad desarrollar las buenas prácticas internacionales en materia ambiental, cumpliendo con la normatividad e implementando acciones que conlleven al uso eficiente de los recursos naturales”, aseguran en la página web dedicada al proyecto.
¿En qué consiste el proyecto?
La primera fase del Nuevo Aeropuerto tendrá un costo estimado de 180 mil millones de pesos, de los cuales, el 58% provendrá del Presupuesto de Egresos de la Federación y el 42% de créditos con la banca privada que no representan deuda para el Gobierno, ya que serán pagados por el propio aeropuerto, según explica el propio parlamento mexicano.
La construcción está planteada a largo plazo, siendo que en la actualidad avanzaron un 30 por ciento, y abarcará dos etapas. La primera, tendrá tres pistas paralelas de operación simultánea, con una capacidad para más de 50 millones de pasajeros al año, 410.000 operaciones anuales y 118 plataformas de aeronaves.
En la segunda etapa habrá seis pistas en operación simultánea que permitirán “atender la totalidad de la demanda aeroportuaria de la zona y convertirse en el principal nodo de América Latina”, según especifican desde el gobierno mexicano. Además 5.000 hectáreas de superficie, 2 terminales aéreas y 2 satélites que significarán 120.000 millones de pasajeros anuales (342.000 pasajeros diarios).
En lo que refiere a el derrame de empleo, según el actual presidente, al momento de presentar la obra en el 2014, afirmó que para la construcción tomarían a 160 mil personas.
La polémica II
México se encuentra en plena contienda electoral para buscar al sucesor de Enrique Peña Nieto. Uno de los candidatos favoritos es Andrés López Obrador, quien se candidatea bajo la alianza Juntos Haremos Historia.
El político desde el comienzo de su campaña se mostró en contra del proyecto y en sus propuestas analizó la posibilidad de cancelar las obras en caso de que resulte ganador ya que considera las licitaciones se hicieron a través de “alianzas corruptas”.
Pero ahora, cuando las urnas están que arden y los candidatos se pasean por todos los estados, López Obrador decidió calmar los ánimos y estableció la posibilidad de que se haga una consulta popular para saber si el pueblo quiere que la obra se siga construyendo. “Vamos a hablar con el presidente Peña sobre este asunto vamos a buscar lo que más convenga al interés nacional todas las opciones se van a plantear y de todas maneras luego de hablar con él yo voy a informarle al pueblo de México y voy a recoger la opinión de todos los mexicanos sobre este tema en particular, en la democracia es el pueblo el que decide, es el pueblo el que manda”, disparó el candidato morenista.
Una de las variantes que hicieron calmar las aguas, es el dinero que ya se ha invertido. “Tengo el informe que se han gastado 40 mil millones y tienen otros 40 mil en la panza del fideicomiso, es decir, hay ya una inversión pública de 80 mil millones de pesos, así como las condiciones y avances de la misma”. En base a esto, una de las posibilidades que baraja el candidato es que si resulta presidente, va a proponer que la obra quede en manos de inversionistas privados.
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La polémica argentina
Salvando algunas distancias, teniendo en cuenta la dimensión que tendrá el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, en Argentina existe un caso parecido con el aeropuerto El Palomar. Esta base aérea transformada para su uso civil, tuvo variadas etapas de escándalos. En primera instancia algunos vecinos organizados protestaron en contra del proyecto civil, ya que de esta forma se acabaría la tranquilidad del barrio, además de que en el perímetro del aeropuerto, funcionan dos colegios que se verían afectados en los despegues y aterrizajes. Por otro lado, organismos de Derechos Humanos indicaron que ese sitio fue utilizado como centro clandestino de detención durante la última dictadura y al ser un sitio de la memoria no podía ser modificado. Por otro lado, se encontró el factor ambiental que no sólo afectaba el ambiente por el sonido de los aviones, sino que muy cerca de allí hay una reserva natural que se perjudicaría cuando el aeropuerto funcione con regularidad. Hubo una orden judicial de cancelar las obras del aeropuerto que luego fue levantada; también se realizó una audiencia pública en donde las partes expusieron sus argumentos. En la actualidad el aeropuerto funciona para la aerolínea Fly Bondi y esperan que en algunos meses se convierta en internacional.