Entre las numerosas actividades deportivas que se pueden practicar en El Salvador se destacan el parapente. No hay duda de que éste es un deporte muy técnico, como el aladelta, que no puede aprenderse de cualquier manera, y que debe llevarse a cabo con prudencia, lo que obliga a conocer muy bien cuáles son las posibilidades reales y los límites que implica su vuelo. Practicado de esa forma no es peligroso. Pero  se requiere tomar todas las medidas de seguridad al practicarlo.
Hoy día en El Salvador existe una reducida cantidad de pilotos que lideran este deporte, pero poco a poco, está ganando adeptos en el turismo aventura. La zona de práctica más conocida está en el hotel Entre Pinos, cerca de La Palma, Chalatenango.
La experiencia desde un parapente muestra otra cara de lo que se puede experimentar en este país.

Comer en el volcán
Los turistas que visiten este país no pueden dejar de visitar la ruta gastronómica que ofrece el volcán de San Salvador, muy cerca de la capital y con excelentes vías de acceso, lo que lo ha convertido en un polo de desarrollo turístico que combina la naturaleza, el paraje de altura y las estancias. Lugares realmente sugestivos y que invitan a la tranquilidad y al disfrute de un hermoso paisaje desde un restaurante de altura.
A tan sólo 20 minutos de la capital del país los turistas pueden encontrar tres restaurantes ubicados en las alturas del Volcán Quezaltepeq: Café del Volcán, Café San Fernando y Café Miranda. Además desde allí se puede ascender al Boquerón (a 1.880 metros de altura); en cuyo interior se puede apreciar un mini volcán, el más pequeño del mundo.
Se llega por la carretera Boquerón que va de Sur a Norte, saliendo desde ciudad Merliot por la calle Diego de Holguín. Es una área protegida donde se refugia exótica flora y fauna como el ave Torogoz. Es el lugar ideal para pasar una tarde inolvidable, desde donde pueden apreciarse singulares vistas de San Salvador y el valle de San Andrés. Al inicio de la Carretera se encuentra el Espino Eco Park. Este bosque urbano tiene miradores y senderos entre plantaciones de café como Hacienda Cajamarca y Café Miranda que son algunas de las más conocidas, y que tienen el plus de contar con paseos turísticos completos en la zona, traslados en ómnibus desde hoteles y demás comodidades.
El legado de la caficultura es el tema predilecto de las estancias, ya que muchas de estas, aún, conservan sus cultivos, y sus selectos procesos de obtención del café.
Desde cualquier punto que mire, el verde estará presente, y su imponente “picacho” le garantizará una comida placentera en un ambiente deliciosament