Caos y acción
Mal humor, demoras, suspensiones de vuelos, desconcierto en el transporte aéreo, y pérdidas monetarias millonarias, fueron algunas de las consecuencias que ocasionó la erupción de un volcán islandés en gran parte de Europa durante la última semana. Esto derivó en que las autoridades de la Organización Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea, Eurocontrol, debatieran y determinaran nuevas medidas para evitar futuras cancelaciones de despegues y arribos.
El tráfico aéreo se paralizó en el Viejo Continente y cientos de vuelos de Islandia, Inglaterra, Alemania, Escocia, España, Irlanda, Francia y Polonia fueron cancelados a causa de la nube volcánica provocada por Grimsvotn, el volcán más activo de Islandia situado en el glacial Vatnajoekull al sudeste de la isla.
La situación semi caótica comenzó hace varios días cuando el volcán islandés entró en actividad e impregnó el cielo europeo con una nube de ceniza que superó los veinte kilómetros de altura y dificultó el normal desenvolvimiento del tráfico comercial de los aviones.
A raíz de ello, y pese a que la erupción del Grimsvotn tuvo un índice bajo de explosividad volcánica, que no ocasionó una parálisis total del flujo aéreo, miembros de Eurocontrol explanaron diversas pautas para contrarrestar los futuros problemas ante imprevistos naturales.
Nuevas medidas
Si bien la mayoría de las compañías aéreas están preparadas para volar con nubes volcánicas de riesgo bajo o medio (hasta dos gramos de ceniza por 10 metros cúbicos de aire), más de 1.500 vuelos fueron cancelados en Europa durante la actividad del Grimsvotn.
En efecto, y para evitar cancelaciones o cierres de aeropuertos ante desastres naturales como éste, sumado a la vigente identificación de tres niveles de riesgo volcánico para la aviación, desde la cúpula aérea europea están estableciendo nuevas reglas para impedir un nuevo caos.
Sobrevolar por encima de los 30.000 pies de altura, trazados de rutas alternativas para evadir a la nube aunque impliquen una mayor trayectoria en su rumbo, y la obligación de presentar informes de seguridad para cotejar si se puede volar con una densidad de cuatro gramos de ceniza por 10 metros cúbicos, son las nuevas medidas impulsadas desde la Comunidad Europea.
Cabe destacar que las medidas se intentan tomar con el objetivo de evitar el peligro que implica la ceniza volcánica para los aviones, capaz de provocar un efecto de “papel de lija” en la turbinas de las aeronaves, destrozando los mecanismos internos de los motores.
Por su parte, el secretario de Transportes de Inglaterra, Philip Hammond, explicó que probablemente las nuevas directrices también se vean afectadas ante nubes de ceniza y posiblemente algunos vuelos se suspenderán, pero el número de cancelaciones disminuirá.
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