Tres artistas argentinas que hay que conocer
En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Inprotur realizó un listado de algunas talentosas personalidades que se destacan en el arte nacional.
La industria del arte no siempre le otorgó al género femenino el rol protagónico que merece. Pero el paso del tiempo tuvo su efecto y, lentamente, las cosas fueron cambiando: más y más mujeres aparecieron en escena, con reconocimientos y un lugar cada vez más asentado. Y Argentina no es la excepción. Icónicas mujeres dieron los primeros pasos en el país del Fin del Mundo, marcando un antes y un después en la temática.
Obras con materiales reciclados, pinturas vivientes e ilustraciones que trasladan al público a múltiples universos. El Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) realizó un listado de algunas creativas promesas de las nuevas generaciones para una buena bocanada de inspiración en el Día Internacional de la Mujer.
Elisa Insúa, la artista plástica que brilla con sus obras
“Nacer con creatividad y sensibilidad artística es condición necesaria pero no suficiente para dedicarse al arte. Si esas aptitudes innatas no se complementan con trabajo, estudio, lectura, aprendizaje y tesón, creo que la obra queda incompleta y por debajo de su potencial”, asegura Insúa.
A modo de conejos a quienes quieren iniciarse en el mundo del arte, sostiene que antes de pensar en exposiciones, dediquen toda su energía en nutrir y profundizar su obra. Que no se dejen amedrentar por el círculo cerrado y elitista del arte. Que compartan sus procesos con otros artistas. “En mi experiencia ese intercambio es el más enriquecedor”, concluye.
Martina Elisa, el arte viviente y la conexión con experiencias humanas
Martina pinta desde que tiene memoria y, después de aprender de infinitos profesores y perfeccionar distintas técnicas, encontró su propia fórmula. “No quería seguir un patrón de cómo hacer arte o ser artista. Quería sacar para afuera todo lo que tenía dentro mío de la manera más auténtica que saliera. Si creía que algo podía condicionar ese recorrido, prefería mantenerlo al margen”, asegura.
Ahora, con 27, se define como artista plástica y emprendedora, dirige una escuela de arte para niños y jóvenes y se dedica al arte viviente, en el que las personas forman parte del cuadro. Su objetivo es generar experiencias sumergibles y transportar al público a diferentes universos. “Me gusta involucrar a los espectadores. Para mí es muy importante que la persona se sienta parte de la obra a través del arte viviente y pueda escribir o compartir lo que sintió”, señala Martina. Además, cuenta con la ayuda de la fotografía, con la que registra para siempre toda su intervención creativa e intelectual. Algunos años atrás publicó su primer libro, un recuento de sus obras plasmadas en papel donde pudo ver materializado su arte.
Martina experimenta constantemente, y ese es el consejo que le regala a quienes están comenzando en este camino. “Les diría que experimenten mucho, que prueben técnicas nuevas, que se animen a ejecutar ideas por más extrañas que parezcan. Me parece imprescindible crear de diferentes maneras para encontrar una impronta y lenguaje propio. El cambio trae crecimiento. También le diría que sea paciente y confíe. ¡Es un camino de muchas aventuras, aprendizajes y esfuerzos del que no se va a arrepentir!”, declara.
Victoria Amor y su creatividad contagiosa
“Vivir del arte es hermoso, es una montaña rusa con muchos colores”, indicó. Aunque los momentos de crisis no faltan -sobre todo cuando hay exigencias o presiones de por medio-, en el fondo sabe que para ella no existe otra forma de vivir. Con sólo dibujar o pintar porque sí, algo en su interior aparece para confirmarle que, efectivamente, este es su camino.
Creando se divierte, aprende y ayuda a los demás a destrabarse y a salir del tan temido bloqueo creativo con un método de dibujo especial, enfocado en disfrutar el proceso sin pensar en los resultados. “Lo que siempre trato de hacer y enseñar es a crear desde la intuición y con libertad”, afirma Victoria, quien asegura que todos, de alguna forma, son creativos. Está en el camino de cada uno descubrir la vocación de ser artista. “Mucha gente llega al arte buscando un cable a tierra, una terapia y se encuentra con un talento o una forma de vida”, asegura.
Su recomendación para las mujeres que quieran ser artistas es que se animen a ir por lo que les gusta sin dudarlo. “Si estás haciendo algo que te apasiona o que simplemente disfrutás, las ganas de intentarlo no se te van a ir tan fácilmente. Y podés llegar muy lejos”, concluye.